EL PAíS › KIRCHNER Y LULA SE REUNIERON EN OLIVOS A PUERTA CERRADA Y AGENDA ABIERTA
Los dos presidentes se reunieron a solas y luego se incorporó Cristina Fernández de Kirchner. En una sala contigua, ministros y técnicos abordaron las formas de alcanzar una “sinergia” en los proyectos sobre biocombustible y la propuesta del Banco del Sur impulsada originalmente por Venezuela y que causa recelo a los brasileños.
Los presidentes de Argentina y Brasil, Néstor Kirchner y Lula da Silva, se encontraron ayer en la quinta presidencial de Olivos, almorzaron junto con sus esposas, Cristina Fernández de Kirchner y Marisa Leticia de da Silva, y pasaron revista a temas de interés común, desde los proyectos de biocombustible hasta el Banco del Sur, así como mecanismos comerciales comunes, aunque las decisiones concretas se tomaron en una reunión paralela, en la que participaron el canciller Celso Amorim y el asesor Marco Aurelio García, por el lado brasileño, y el canciller Jorge Taiana, el ministro de Planificación, Julio De Vido, y la ministra de Economía, Felisa Miceli. La reunión de los presidentes, cerrada a la prensa, más significativa por el gesto mutuo de confianza que por los anuncios, fue definida en medios oficiales como la “renovación del vínculo estratégico” iniciado con la creación del Mercosur y profundizado por los dos mandatarios.
Lula arribó anoche a la Argentina, procedente de Chile, donde se había reunido con la presidenta Michelle Bachelet y fue recibido en el aeroparque Jorge Newbery por el subsecretario de Asuntos Exteriores de la Cancillería argentina, Agustín Colombo Sierra. Es la primera visita del mandatario brasileño desde que renovó su mandato, en enero, y su viaje estuvo precedido por una entrevista con medios argentinos –entre los que se contó Página/12–, en la que reivindicó la importancia que su gestión otorga a la relación con el presidente argentino. Antes de la reelección del mandatario brasileño, Kirchner había expresado su esperanza de que Lula ganara las elecciones. En esta ocasión, Lula devolvió gentilezas y subrayó, en un gesto poco común entre gobiernos, que consideraba importante para el proceso de integración regional que Kirchner siguiera al frente del Ejecutivo argentino.
Más allá de declaraciones que exceden el marco de la diplomacia formal, ambos presidentes han generado una atmósfera más parecida a la de dos políticos que se reúnen para intercambiar ideas y proyectos, con agenda abierta, lejos de los periodistas y sin la obligatoria declaración final, como sucedió ayer en la residencia de Olivos. A los ministros y técnicos les queda la tarea de bajar a un plano más concreto e inmediato los términos de ese intercambio.
De todos modos, Brasil se ha lanzado a un ambicioso plan para la producción de etanol, que implica el aumento de las áreas para cultivar caña de azúcar y la búsqueda de nuevos mercados. El tema pasó al plano de la polémica con la visita del presidente norteamericano, George Bush, a Brasil y la firma de un acuerdo sobre biocombustibles que todavía se mantiene más en un plano simbólico. Y pareció llevar a un cisma del Mercosur ante la oposición del presidente venezolano, Hugo Chávez, y del mandatario boliviano, Evo Morales, en la reunión de presidentes sudamericanos que se realizó en la isla Margarita. La intervención de Argentina limó asperezas, diferenciando los proyectos regionales sobre producción de biocombustibles, de los planteados por Bush.
Brasil afirmó que no desplazará con la caña de azúcar a cultivos de otros alimentos y mantiene este proyecto entre sus prioridades. Al retirarse de la reunión de ministros, el canciller brasileño, Celso Amorim, declaró a la televisión de su país que se había acordado poner en marcha una “estrategia común” sobre la producción de biocombustibles, además de la integración de otras fuentes energéticas.
Sobre este aspecto, De Vido matizó las declaraciones de Amorim y aclaró que cada país “tiene su propio proyecto nacional”, pero no descartó “la posibilidad de que se dé una sinergia en algunas cosas”. “Argentina no recibirá volumen de combustible desde Brasil, porque nosotros tenemos que defender a nuestros productores y en términos generales a nuestro propio proyecto”, indicó. Y diferenció la especialización en etanol que caracteriza a Brasil, respecto del biodiesel argentino, en base a soja. En cuanto a la eventual “sinergia”, explicó que podría darse en base a la producción de caña de azúcar que tiene Argentina (base para el etanol) y la de soja de Brasil, que constituye el eje de la producción del biodiesel nacional.
Sobre el Banco del Sur, Amorim dijo que formó parte del temario de los presidentes y las delegaciones acompañantes, pero ratificó la posición de su país al señalar que “quedan por delante conversaciones técnicas”. La próxima semana los ministros de finanzas de la región se reunirán en Quito, Ecuador, donde está previsto que este tema formar parte de la agenda. En esa reunión participará la ministra Miceli, quien ayer también participó en la charla con la delegación de Brasil.
En contraparida, Amorim destacó el “mecanismo financiero” que vienen trabajando ambos gobiernos, para comenzar 2008 de tal forma que el comercio bilateral se exprese en moneda de origen, dejando de lado al dólar. También aludió el diálogo a nivel presidencial sobre el mensaje común que comparten ambos gobiernos frente a la Organización Mundial de Comercio (OMC). Argentina y Brasil integran el Grupo de los 20 países en desarrollo y pugnan en ese marco para que las naciones desarrolladas abran el comercio a productores agrícolas que chocan con las barreras proteccionistas.
A su vez, la ministra Miceli explicó que los presidentes abordaron “en términos generales” la creación del Banco del Sur, porque indicó que “los detalles específicos” serán tratados la próxima semana en Ecuador. “Los detalles específicos y técnicos se abordarán el 3 de mayo en Quito, en ocasión de la reunión de ministros de Finanzas y Economía” de la región, dijo. La ministra afirmó que los gobiernos de Argentina y Brasil renovaron la voluntad de “seguir avanzando” en la iniciativa bancaria que impulsa principalmente Venezuela. Y subrayó que en Quito, Brasil participará en condición de “actor” en la discusión de esta iniciativa.
La reunión de los presidentes había creado una fuerte expectativa en los medios de prensa locales, a los que se sumaron en la puerta de la residencia de Olivos los que acompañan la gira del mandatario brasileño. Lula llegó a las 11 de la mañana y sólo pudieron ingresar fotógrafos y cámaras de televisión, en tanto que los periodistas debieron hacer guardia en la puerta a la caza de los ministros que se iban retirando.
Kirchner y Lula charlaron a solas en la Jefatura de Gabinete de la residencia durante la primera hora del encuentro y luego se sumó la senadora Cristina Fernández de Kirchner. Tras finalizar la reunion, ambos mandatarios y la primera dama argentina posaron frente a la Jefatura de Gabinete para la foto oficial y luego se sumó la esposa de Lula, Marisa Leticia de Da Silva. Fue clara la intención de que la senadora Cristina Kirchner apareciera en la foto junto al Presidente y Lula, en la nueva modalidad de presentarla en las reuniones con mandatarios extranjeros. Las dos parejas hicieron un paseo por los jardines de la quinta y luego compartieron el almuerzo en el chalet oficial.
En forma paralela, los cancilleres de ambas naciones, Jorge Taiana y Celso Amorim, se habían reunido en un despacho lindero. A ese encuentro se sumaron los ministros de Economía, Felisa Miceli; de Planificación Federal, Julio de Vido, y el asesor presidencial de Brasil, Marco Aurelio García. Finalmente, los ministros y asesores que participaron en esta reunión, más el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli, dejaron a solas a las dos parejas presidenciales en la residencia de Olivos y marcharon a un restaurante de la Costanera Norte, donde compartieron un parrillada.
Ya se había advertido que no habría comunicado final y tampoco hubo anuncios detonantes. Sin embargo, por gestos y expresiones previas, es evidente que los dos presidentes asignan a este tipo de reunión a solas, con agenda abierta, sin declaración oficial y sin que trascienda el tono ni los contenidos de lo que se charla, más importancia que si se tratara de una cumbre. Los dos cancilleres, Amorim y Taiana, destacaron como el hecho más destacado de la reunión Kirchner-Lula el “muy buen espíritu” que reinó en la conversación, como si se tratara de una nueva categoría en la diplomacia de la región.
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