Mauricio Macri llamó ayer a una conferencia de prensa para denunciar la “campaña sucia” que asegura que hay montada en su contra. Pero a la hora de dar precisiones, el candidato a jefe de Gobierno porteño de PRO no ofreció ningún nombre propio, con lo que la denuncia quedó un tanto aguada. “El tema de la reunión es decirle no a la campaña sucia, lo que dijimos en 2003, en 2005 y lo decimos ahora: la campaña sucia es faltarles el respeto a los vecinos, no podemos seguir ensuciando la ciudad de agresiones y no de propuestas”, sostuvo en tono idílico. Macri habló en su local partidario de la calle Alsina. Allí mostró los afiches que se ven en varias partes de la ciudad y que parodian a los grandes carteles amarillos de PRO. “Sería bueno... que mi afiche diga algo”, es la versión en sorna de la campaña macrista que arrancó con “Sería bueno Buenos Aires” y continuó con afiches “en positivo”, al decir del candidato. “Que los políticos no entienden que los vecinos quieren debates de ideas y no agravios”, pero no dio datos ni nombres de quienes, en su opinión, lo agravian. Sólo habló de políticos y también de “algunos medios”. “No importan los nombres; la campaña sucia está en la calle, todos lo pueden ver, lo importante es parar esto y discutir ideas”, añadió. La única alusión más o menos concreta que dio fue en referencia al gasto de publicidad oficial que está haciendo Jorge Telerman, al que acusó de darle un uso proselitista. “Las cosas hay que hacerlas antes y lo que hay que comunicar hay que comunicarlo antes del período electoral.” Y largó una promesa a muy largo plazo: dijo que si resulta electo no repetirá esa práctica.