EL PAíS › LOS DOCENTES DE SANTA CRUZ RECHAZAN LA CONCILIACION
› Por Miguel Jorquera
Las asambleas reflejaron el estado de ánimo de los docentes santacruceños. Las seccionales de la Asociación de Docentes de Santa Cruz (Adosac) de Río Gallegos, Las Heras, Río Turbio y Caleta Olivia confirmaron ayer el paro de cinco días que se extenderá hasta el viernes, rechazaron la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo de la Nación y repudiaron la “represión de la Gendarmería” a los maestros que el lunes por la noche manifestaban frente a la casa de Néstor Kirchner. “No hay manera de que el Gobierno realice una oferta concreta para que los maestros vuelvan a trabajar”, dijo el dirigente de Adosac Eduardo James y consideró que “es un capricho del Presidente” que el conflicto no se resuelva, en medio de los cruces verbales con el gobierno nacional. Un congreso definirá el viernes la postura gremial y resolverá el mandato para los negociadores que aún están en Buenos Aires. Ayer una nueva marcha cruzó Río Gallegos en apoyo a los docentes en huelga.
La tensión que se vivió el lunes por la noche frente a la casa del Presidente en Río Gallegos, entre manifestantes y gendarmes, tampoco cedió a lo largo de toda la jornada de ayer. Por la mañana, los docentes explicaron cómo se “desató la represión”, que terminó con tres docentes y un fotógrafo atendidos en el hospital: “Los gendarmes empezaron a empujar a todos los manifestantes” y Ernesto Velázquez –secretario de Adosac de Río Gallegos– “recibió un culatazo en la cabeza por parte de uno de los uniformados cuando trataba de formar un cordón para que ningún compañero sea agredido”, afirmó el dirigente gremial Eduardo James.
Para James, la elección de la casa del Presidente “fue algo simbólico y pacífico, porque ahí no vive nadie y (el jefe de Estado) se llevó los muebles a su residencia de El Calafate”. La respuesta del gobierno nacional no se hizo esperar. “Hay dirigentes que se autohieren para dar lástima”, dijo el ministro de Interior, Aníbal Fernández, y hasta el propio Kirchner acusó a los dirigentes de “patoteros” que “agredieron” a su madre (ver aparte). En Buenos Aires, Ctera reclamó a través de un comunicado el “enérgico repudio a la represión a los docentes de Santa Cruz” y exigió “inmediata solución a los reclamos docentes”. Desde Río Gallegos, Adosac volvió a reclamarle a la conducción nacional “un paro” para respaldar su pelea en la única provincia que sigue sin clases.
Por la tarde, las asambleas ratificaron el paro de cinco días que culmina el viernes, el tercero de las últimas tres semanas. La confirmación de la medida de fuerza fue el preludio al rechazo de la conciliación obligatoria que por quince días dictó el ministro Carlos Tomada. “La disposición apunta a dilatar y acallar el reclamo de los maestros”, sostuvo James, quien consideró que la cartera laboral “no puede ser juez y parte”, en referencia a que la decisión fue resuelta desde la Casa Rosada. Los docentes de Las Heras, Río Turbio y Caleta Olivia –que mantienen una postura más beligerante y la más alta adhesión a la huelga (el 90 por ciento)– fueron los primeros en rechazar la conciliación obligatoria. Unos 800 maestros hicieron lo mismo en Río Gallegos, donde los huelguistas superan –según Adosac– el 70 por ciento de los docentes.
Todas las asambleas ratificaron su reclamo de un básico de 1040 pesos. La única propuesta que el gobierno santacruceño presentó fue “transferir” 50 pesos de los adicionales al básico de 161 pesos, lo que endureció la postura de los docentes que negociaban un “blanqueo paulatino” de sus salarios. Ahora todos subieron la apuesta en medio de un clima cada vez más tenso que supera holgadamente la demanda gremial.
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