El ex suboficial de la Prefectura Juan Antonio Azic, que en 2003 intentó suicidarse de un tiro en la boca cuando iban a detenerlo a pedido del juez español Baltasar Garzón, fue procesado con prisión preventiva por la apropiación de una niña. La jueza María Romilda Servini de Cubría lo responsabilizó “prima facie” como autor de la sustracción de una beba que Azic habría anotado como hija propia. Por el caso también quedó procesada su mujer, y en calidad de presunto partícipe necesario el médico capitán de fragata Carlos Octavio Capdevila.

El matrimonio Azic hizo dos “adopciones irregulares”. La primera de ellas fue la de Victoria Donda, quien aceptó realizarse los análisis de ADN y recuperó su identidad. Su hermana de crianza, en cambio, rechaza hacerse los estudios. Con las pruebas reunidas hasta el momento, la jueza consideró que existe evidencia para probar que Azic y su mujer adoptaron ilegalmente a esta segunda niña, por lo cual quedaron procesados por “sustracción, ocultación y retención de un menor”, al igual que Capdevila. En la causa se investiga si la joven, que hoy tiene 27 años, es en verdad Laura Ruiz, hija de Silvia Dameri y Orlando Ruiz, secuestrados en septiembre de 1980 con sus dos hijos pequeños y conducidos a la ESMA.

Carlos Lordkipanise y Víctor Basterra, sobrevivientes de ese centro de detención, testimoniaron en la causa que Dameri “estaba muy panzona, con un embarazo muy avanzado” al ser llevada al lugar, pese a lo cual “fue torturada por el propio Azic” y otros represores. En octubre de 1980 dio a luz a una beba a la que puso de nombre Laura, asistida por el médico Capdevila, según los testimonios.

Tanto Dameri como el padre de la niña, Orlando Ruiz, continúan desaparecidos. La hermana de Ruiz, Claudia, fue quien presentó la denuncia que dio origen a esta causa con la asistencia de la abogada Alcira Ríos.

El fallo de Servini de Cubría detalla que los otros dos hijos del matrimonio, Marcelo y María de las Victorias, fueron llevados al interior y abandonados en sendas plazas de las ciudades de Córdoba y Rosario, donde familias locales los recogieron, adoptaron en forma legal y dieron sus apellidos.

Tanto Azic como el médico ya cumplían prisión preventiva, el prefecto en un psiquiátrico y Capdevila en la cárcel de Marcos Paz. Ahora afrontan posibles penas de hasta quince años de prisión.

Azic también tuvo un pedido de captura del juez español Baltasar Garzón y fue recordado por Lordkipanise como el torturador de su pequeño bebé de veinte días: “Me amenazó ‘si no hablás, le reviento la cabeza contra el piso a tu hijo’. Yo le dije que no tenía nada que decir, entonces me lo puso en el pecho y me pasó corriente eléctrica a mí. No sé si Rodolfo sufrió el dolor, porque no me lo puede contar: entonces sólo tenía veinte días”.