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› PARA REABRIR LOS BANCOS, URUGUAY LE PIDIO A BUSH QUE LE TIRE UN ADELANTO
Esperando que O’Neill traiga los cheques
Mientras el Parlamento trata durante el fin de semana una nueva ley financiera, los orientales confían en que el secretario estadounidense del Tesoro llegue el martes sin haber olvidado la chequera. Piden poco: 1500 millones ya, mientras el Fondo se la piensa.
El ministro de Economía y Finanzas de Uruguay, Alejandro Atchugarry, anunció ayer que “el Fondo Monetario Internacional responderá el miércoles” al pedido de una asistencia complementaria y, mientras tanto, el Departamento del Tesoro de EE.UU. aportaría 1500 millones de dólares, como crédito puente. Por segunda vez en 72 horas, el nuevo conductor de la política económica uruguaya expuso públicamente su visión de la situación actual del país, que calificó de “grave” y “muy difícil”, y, pese a su aparente optimismo, dejó nuevamente una serie de incógnitas. Tras hablar unos veinte minutos ante los periodistas, respondió apenas cuatro o cinco preguntas, por lo que no pudo saberse qué pasará con la actividad bancaria a partir de mañana, cuando debería levantarse el feriado bancario, que rige desde el martes pasado. Todo indica que el cierre continuará hasta que aparezca la ayuda del Fondo y otros organismos multilaterales, o al menos el anticipo del Tesoro norteamericano. Su jefe, Paul O’Neill, es esperado en Montevideo el martes.
La reapertura de los bancos está por otro lado supeditada a la aprobación del proyecto de ley de “Estabilidad del Sistema Financiero”, que empezó a discutir ayer mismo el Senado y que ingresaría hoy a Diputados para un trámite urgente que permita su promulgación mañana. Aunque todo ocurra tal como lo prevé el gobierno, que dispone de los votos necesarios en el Parlamento, no se despejó hoy la duda en cuanto a las garantías que ofrecerá el Estado a la banca privada, para que, en caso de abrir sus puertas mañana, se impida el retiro masivo de los depósitos.
El mencionado proyecto de ley solamente contiene normas que afectan a los estatales Banco de la República y Banco Hipotecario, sin hacer mención a la banca privada. “El ahorrista debe saber que por cada dólar que tiene en el República, habrá un dólar de respaldo del gobierno”, dijo únicamente Atchugarry, al referirse a los angustiados depositantes. Tras estar reunido con las comisiones de Hacienda de Senadores y Diputados, dijo que “el Consejo Directivo del FMI ha considerado favorablemente la propuesta uruguaya y la tratará formalmente el miércoles”. También sostuvo haber logrado apoyo del Banco Mundial y del BID.
El ministro confirmó que se procederá a la liquidación de los bancos Montevideo y Caja Obrera, que estaban en un proceso de fusión pero que fueron primero intervenidos y luego suspendidos al descubrirse una estafa de sus principales accionistas por una cifra cercana a los 600 millones de dólares. Los bancos Comercial y De Crédito, también en dificultades que obligaron a la participación del Estado en su gerenciamiento, dispondrán de unos días para demostrar su solvencia y liquidez y, “en caso contrario, también se tomarán similares medidas” que con los anteriores, dijo Atchugarry.
No se sabe aún en Montevideo si O’Neill llegará pasado mañana con los cheques tan esperados, o sólo con una verbal ratificación de la buena voluntad de la administración Bush, o bien con alguna otra respuesta. En consecuencia, “es razonable pensar que si el lunes los bancos abren sus puertas, los ahorristas acudirán masivamente a llevarse su dinero, debido a la falta de confianza”, indicó ayer una fuente parlamentaria, que prefirió mantener el anonimato “para evitar complicar las cosas”.
De la ayuda esperada, 1100 millones de dólares se destinarán a fortalecer los bancos estatales República e Hipotecario, para que los ahorristas sepan que “por cada dólar que haya en cuenta corriente o caja de ahorros de estos dos bancos, habrá un respaldo de un dólar, efectivo y real”, explicó Atchugarry. Con otros 400 millones se harán anticipos a cuentas corrientes y cajas de ahorro “para que entonces se puedan seguir pagando salarios y cuentas de familias y de empresas. No se le financia al banco, sino directamente al ahorrista, que está a la vista”, subrayó el ministro uruguayo. Advirtió además que “el Estado no podrá invertir un centavo más en mantener bancos; en consecuencia, el concepto central, a partir de la reapertura (de las actividades) será que cada banco que abra en Uruguay deberá cumplir las normas de solvencia y liquidez que establezca el Banco Central”. Para quienes “tienen plazos fijos –dijo el ministro refiriéndose a los bancos ya caídos o por caer– buscaremos con los bienes del banco y lo que se persiga de sus propietarios, securitizar, recuperar y defender su crédito con mucha fuerza”. Los depósitos a plazo fijo en moneda extranjera sumaban a fines de junio, según los datos del Banco Central del Uruguay, 9155 millones de dólares, 3602 millones en la banca oficial (que serían los únicos afectados por la iniciativa gubernamental) y 5553 millones en la privada.
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