EL PAíS › DURO DEBATE ENTRE LOS TRES PRINCIPALES POSTULANTES A JEFE DE GOBIERNO
Cada uno siguió el esquema que se había trazado. Macri tiró propuestas y no entró en las recriminaciones. Telerman aprovechó su soltura y habló a las cámaras. Filmus le repartió tanto al candidato del Pro como al jefe de Gobierno. El debate no defraudó y resultó entretenido por los cruces.
› Por Santiago Rodríguez
Era el momento más esperado por todos los que están involucrados en la campaña porteña. “El debate Capital”, decían las promociones que se repitieron durante la última semana para incrementar aún más la expectativa y los candidatos a jefe de Gobierno –quienes llegaron incluso a suspender actividades proselitistas para prepararse– no defraudaron. Sin apartarse nunca demasiado de sus respectivos libretos, Mauricio Macri, Jorge Telerman y Daniel Filmus protagonizaron varios cruces que hicieron entretenidas las dos horas que estuvieron al aire y en las que no se sacaron mayores ventajas.
“Estuvo muy bien”, evaluaron en el entorno de Telerman apenas se apagaron las cámaras. Lo mismo en el grupo que acompañó a Macri y también entre los asesores de Filmus. Todos coincidieron, eso sí, en que el debate fue “divertido”.
Instalado en el atril dispuesto en el centro del estudio de A dos voces –escenario del debate–, el actual jefe de Gobierno desplegó el histrionismo que tiene como sello distintivo. A su derecha –porque así lo quiso el sorteo–, Macri machacó una y otra vez con sus “propuestas”. Desde el otro costado, Filmus se fue consolidando con el correr de los minutos y terminó mejor de lo que arrancó.
El debate se estructuró en cuatro bloques. Uno sobre el perfil social y productivo que cada candidato piensa darle a la ciudad en caso de llegar a la Jefatura de Gobierno, otro sobre seguridad, un tercer segmento referido a educación salud y transporte y uno final sobre el espacio público. Antes cada candidato hizo una presentación individual y al final cada uno tuvo también dos minutos para pedirle el voto a los porteños que dentro de diez días decidirán quién los gobierna durante los próximos cuatro años.
El orden en que los candidatos hablaron también fue decidido al azar. Los organizadores del debate pusieron en esos detalles el mismo cuidado que los candidatos en cada uno de sus gestos e, incluso, en su vestimenta. Los tres optaron por los trajes oscuros. Macri eligió uno azul y lo combinó con zapatos marrones. Esta vez el empresario no se puso camisa celeste, sino blanca. El mismo color escogieron Telerman y Filmus, aunque en su caso lucieron traje y zapatos negros.
A Filmus le tocó arrancar, pero el que primero pegó fue Telerman: en su presentación ante la audiencia se preguntó si podía defender el “interés de los porteños” un “delegado” del gobierno nacional y “quien ha hecho su vida defendiendo los intereses de su familia y sus negocios”. Su gente, instalada en la franja central de la tribuna asignada a los acompañantes de los candidatos, celebró esa primera estocada. En la primera fila estaban su esposa y su compañero de fórmula, Enrique Olivera. Más atrás su vocero, Oscar Feito, y varios de su ministros, como Juan Pablo Schiavi, Roy Cortina y Enrique Rodríguez. Gabriela Cerruti, además primera candidata de su boleta de legisladores, se instaló al lado de un monitor.
Macri no respondió. Fue una constante: aconsejado por sus asesores de que evitara entrar en discusiones, el candidato de PRO esquivó en silencio los dardos de Telerman y Filmus. Una de las pocas veces que entró en el juego que le plantearon sus adversarios fue cuando el jefe de Gobierno le salió al cruce de su propuesta de crear un banco de datos genéticos para los casos de violación. “Se muestra tal cual es”, retrucó Telerman, quien advirtió que eso es “violatorio de los derechos humanos” y apeló a lo dicho por Aníbal Ibarra en la edición de ayer de Página/12: “Como dijo alguien que no me quiere, si dijera lo que piensa no lo vota nadie”.
“Te estás riendo de todas las violadas, viejo”, respondió Macri. Salvo por ése y algún otro cruce menor, Macri se concentró en lo suyo y no contestó tampoco los embates de Filmus. “Su minuto para la réplica”, lo invitaban una y otra vez los moderadores del debate y, como si estuviese grabando un spot de campaña, el empresario esperaba que se encendiera la cámara y arrancaba con alguna de sus “propuestas”.
En la tribuna de PRO estaban, entre otros, la acompañante de Macri en la fórmula, Gabriela Michetti, Horacio Rodríguez Larreta, Paula Bertol y el hombre que le indica lo que tiene que decir y callar en la campaña: el consultor ecuatoriano Jaime Durán Barba.
La réplica de Filmus al golpe inicial de Telerman tardó en llegar pero llegó. Estaba casi por terminar el debate, cuando el candidato K sacó leyó un artículo periodístico de hace unos meses donde el jefe de Gobierno manifestaba su deseo de ser el abanderado de Néstor Kirchner en el distrito. “Te ofreciste para ser títere y no te aceptaron”, disparó Filmus y completó: “No se te puede creer. Hasta hace un tiempo te decía licenciado”. Entre los acompañantes del candidato kirchnerista se anotaron Ibarra; su compañero de fórmula, Carlos Heller y Ginés González García, primer candidato a legislador del Frente para la Victoria.
Filmus repartió golpes entre Telerman y Macri. Al candidato de PRO le endilgó básicamente el haber cambiado de discurso. Y al jefe de Gobierno le reprochó también no haber presentado proyectos para construir las escuelas y las viviendas que el gobierno nacional tenía previstas para la ciudad, lo mandó a “leer la Constitución” por el tema del traspaso de la policía y la consulta al respecto que convocó para el próximo 24 de junio y lo acusó de promocionar obras inexistentes o realizadas por la Nación. Telerman le tiró que los años de menor inversión en las escuelas de la ciudad fueron los que él se desempeñó como secretario de Educación.
“Voten con tranquilidad, con convicción y con profunda libertad para no ser rehenes de los grupos económicos y de los que quieren concentrar poder para disciplinarnos”, dijo Telerman a la hora de pedirle el voto a los porteños. La fórmula de Filmus, más allá de insistir que el proceso puesto en marcha por Kirchner ofrece a la ciudad una “oportunidad histórica”, fue: “Soy docente. Creo en el valor de la palabra y el compromiso”. Y Macri planteó que quienes están en condiciones de solucionar los problemas de los porteños no son “los que gobernaron en los últimos diez años”.
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