EL PAíS › EN CAMPAñA
El ministro de Salud, Ginés González García, primer candidato a legislador porteño, critica a Macri y a Carrió.
› Por Diego Schurman
–¿Cómo le va? –saluda Ginés González García con el ceño fruncido.
–Bien –responde este diario con la formalidad del caso.
–¿Y yo qué culpa tengo? –se ríe a carcajadas de su propia ocurrencia. De ahí en adelante resultará imposible transitar el reportaje sin caer en esos cambios de clima que impone el ministro de Salud. “Hay que imprimir alegría y optimismo, eso es el motor del verdadero cambio”, sorprende con su teoría el funcionario que este domingo seguramente se transformará en diputado porteño electo por la lista K.
–De ministro a legislador. Hay que ser optimista para no sentirlo como una devaluación.
–Cuando Kirchner me propuso ser candidato, me sorprendió. Es la primera vez que participo de un cargo electivo. Soy un callejero que me gusta escuchar. No soy un tipo lejano, como suelen ser los médicos profesionales. Hay que ser protagonista.
–¿Que Kirchner haya hecho jugar dos ministros en su lista es porque prevé que no será sencillo vencer en Capital?
–Es por la jerarquía que él le da a esta ciudad. No es un premio consuelo.
–¿Usted entra en escena porque no se lo conocía a Filmus?
–Noooooo (abre los ojos). Si fuera así me hubieran buscado desde el principio. Es para identificar a un sector que tengo buenas relaciones, como los chicos, las mujeres... pero desde el peronismo, del cual nunca he salido.
–Se ve que en el PJ porteño nadie tenía chances y tuvieron que buscar un bonaerense...
–Yo he nacido en San Nicolás, pero viví más tiempo acá en la Capital. Pero por ahí el PJ porteño representa un antiguo espíritu y quisieron un tipo que fuera bueno para dentro y fuera del PJ, como yo (se señala y se ríe).
–¿Es verdad que le bajó el pulgar a Susana Rinaldi porque era “gorila”?
–Yo dije que, más allá de los méritos de ella, la lista tenía que ser una cosa más fresca, más joven, que para veterano estaba yo. Lo de gorila, nooooo.
–¿Por qué no conformó una única lista con Ibarra?
–Pensamos cosas distintas y venimos de lugares distintos. Es una coalición: como decía Perón: “Juntos pero no mezclados”.
–¿Cromañón puede afectar la elección de Ibarra y, en consecuencia, de Filmus?
–No lo sé. Hay quienes quieren utilizar una tragedia de esa magnitud. Pero también es verdad que dicen que Ibarra tiene un grado de adhesión muy fuerte. Yo realmente no lo sé porque no miro encuestas. No es alarde ni omnipotencia. Yo no me acomodo a las encuestas, soy como soy. La gente siente que digo lo que siento.
–Sorpréndame: dígame algo bueno de Telerman y Macri.
–Telerman le pone una razonable cuota de humor y buena onda a lo que hace. En este oficio eso es bueno. Poner cara de enojado no va. Macri se ha dedicado con mucha disciplina a lo que hace. Y eso es meritorio.
–¿Por qué el Gobierno no acordó con Telerman?
–Por la desconfianza de que hiciera lo que finalmente hizo: cerrar con Carrió.
–¿Filmus va a ser chirolita de Kirchner?
–Yo no he sido ni seré chirolita. Y Daniel tampoco adhiere a ninguna obediencia debida. Lo de chirolita es puro marketing. Nosotros no hacemos culto a Kirchner, sino que bancamos un proyecto. Dígame ¿qué beneficio le trae a un tipo de esta ciudad una propuesta cuyo único propósito es votar en contra de un proyecto nacional? Eso es lo que hace Telerman con Carrió. Para contrera, de Calabró en adelante ya tuvimos muchas experiencias, y no nos fue bien.
–¿Pero está mal la alternancia de poder?
–Está mal que no reconozcan que quieren el poder total haciendo base en la ciudad.
–¿Este gobierno le tiene miedo a Carrió?
–Es lo más antipático de la política. Representa lo peor. Es destructiva y provocadora. Saca la caca de adentro y tapa de caca a todo lo que la rodea.
–Carrió puso reparos en el sistema de los fondos fiduciarios, denunció a De Vido. Hoy el caso Skanska involucra a hombres de Planificación.
–Carrió hace puro circo. Difamar es fácil.
–Tiene un buen concepto de Telerman y, por lo que veo, otro pésimo de Carrió, ¿por qué cree que están juntos?
–Jorge está haciendo una cooperativa electoral, sólo para ganar, pero una vez que termine la elección cada accionista tirará para cada lado. Los une el espanto.
–¿Por qué se usó como estrategia de campaña el descubrimiento de las supuestas boletas truchas en la Capital o de la falsa licenciatura de Telerman?
–Ay, ay ay... El conflicto de Santa Cruz tampoco puede quedar al margen de la campaña electoral, ¿eh? Pero debo admitir que yo no hubiera hecho la solicitada que hizo el Frente para la Victoria (con la denuncia de falso licenciado).
–Debe estar contento: los tres candidatos con chances son peronistas.
–La política es una construcción colectiva. Macri tiene más una idea de patronal. Una idea del buen gestor y del buen presidente de la empresa. Macri es menemista.
–Bueno, Menem se decía peronista...
–No voy a hacer una competencia de quién es más peronista. Por supuesto que no es lo mismo: yo jamás fui funcionario de Menem ni de Duhalde en la provincia, ¿eh?
–¿Por qué los candidatos no hablan de la distribución del ingreso?
–Por ahí no le conviene a la oposición.
–Perdón, Filmus tampoco habla.
–A Daniel no lo dejaron hablar. En esos debates televisivos no se habla de cosas serias. Es televisión espectáculo, busca riña.
–Si el ballottage fuera entre Macri y Telerman, ¿a quién va a votar?
–Esa posibilidad no entra en mi cabeza.
–¿En ese caso Kirchner haría fuerza por Macri?
–Nooooooooooooo. Eso es una locura. De eso estoy seguro que no.
–¿Cuál será su primer proyecto como legislador?
–Duplicar los centros de atención primaria de la ciudad. Muchos de ellos ponerlos en funcionamiento veinticuatro horas. Todo el mundo va al hospital en vez de ir a un centro de atención primaria.
–¿Va a seguir bregando por la despenalización del aborto?
–Sí, como ciudadano, porque no es tema de la Legislatura. Hay que decir las cosas claras: o se está en contra del aborto o se está en contra del programa de salud reproductiva. Pero las dos cosas no. Y la gente tiene que entender que ésta es una Nación democrática, no una monarquía teocrática.
–Hace dos años, por decir cosas parecidas a este diario, Baseotto lo quería ver con una cadena al cuello y tirarlo al mar.
–Yo ya me hice la “baseottomía” (se ríe). Baseotto es un gran mentiroso, pero no por lo que opinó, porque él podía opinar lo que quisiera. Pero nunca me mandó ninguna carta. Se la mandó a los medios. La lucha siempre es contra la opinión pública, no contra Baseotto. Y en ese sentido estoy satisfecho. Nunca hubo una política de salud reproductiva como ésta, nunca una de educación sexual, de profesionales responsables, de acceso a la píldora del día después.
–Un peronista progre...
–(Se ríe.)...Todos los peronistas somos progres.
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