Mauricio Macri protagonizó 24 actos por cada hora del día para cerrar la campaña electoral porteña. Hubo para todos, desde la iluminación hasta las víctimas por accidentes de tránsito.
› Por Werner Pertot
Salieron al escenario como jugadores que entran a la cancha. En los rostros, sin embargo, estaban las marcas de las 24 horas de propuestas. Eran los candidatos PRO. “¡Buenasss nocheeeees, PRO!”, abrió una de ellas, como si condujera un talk show. El candidato a jefe de Gobierno Mauricio Macri esperaba a un costado, junto al cortinado negro, hasta que lo llamaron. Tras tocar la campana que marcó el comienzo y el final de la recorrida de propuestas en tiempo real, hizo un discurso fiel a su estilo: no polemizó, no marcó antagonismos y no planteó definiciones. Sólo más tarde dejó una advertencia: “El Gobierno la tiene difícil en la Capital”. En las filas de PRO, comenzaron a instalar la idea de que el que quede segundo debería bajarse por la diferencia.
Un escuadrón de candidatos enfundados en remeras amarillas a lo boy scouts pulularon por la ciudad en las últimas 24 horas. La estrategia consistió en moverse mucho y hablar poco. A las 20.30, la candidata a vicejefa de Gobierno, Gabriela Michetti, prendió velones por las “víctimas de accidentes de tránsito”. Una hora más tarde, el diputado Cristian Ritondo posaba junto a otros candidatos ante una pila de basura. Un vecino, al pasar, les dijo que eran residuos patológicos y retrocedieron.
Macri volvió a la cancha para presentar el “plan de iluminación para más seguridad” a las 23.30. Buscaron una “boca de lobo” en Liniers, donde improvisaron una canción al estilo de la de una propaganda que protagonizó Víctor Sueiro (“Que Sueiro apague la luz”).
–¡Que Macri prenda la luz!, ¡que Macri prenda la luz! –corearon, mientras encendían linternas.
Lo acompañaban algunos legisladores que trasnocharon en medio del frío polar y terminaron con un resfrío. A las 2.30, al candidato a legislador Avelino Tamargo presentó en un bar de San Telmo a un grupo under de punk-rock llamado “Crinch”, que tocó al estilo de los Sex Pistols. Tamargo, un ex funcionario de Gustavo Beliz en el gobierno de Kirchner, es el número 10 en la lista. “Soy del palo del rocanrol puro: Intoxicados, Gatupecu Machu, Jóvenes Pordioseros. Con Mauricio, fuimos a ver a Los Piojos”, aseguró. El empresario apareció una vez más a las 11.30, en la estación Acoyte del subte A, donde planteó su “plan de transporte”. El diputado (de licencia por campaña) terminó escuchando los carnavalitos de dos músicos, que tocaban el charango y la quena.
El ciclo de 24 propuestas concluyó en la sede de PRO, engalanada para la ocasión (de amarillo). Macri saludó al ex arquero El loco Gatti y se sumó al grupo de candidatos que se formó en fila para subir al escenario.
“Había visto cierres... pero nunca de 24 horas. Muchos no tuvieron la suerte de dormir”, comentó Ritondo, con sombra de barba y ojeras. El candidato a legislador denunció que antes del “linternazo” de Liniers una cuadrilla de emergencia del gobierno porteño puso luces donde iban a hacer el acto. Y tuvieron que trasladarlo a un par de cuadras. “Podríamos decir que pasamos la noche juntos”, chanceó el primer candidato a legislador Mariano Narodowski, quien le dio pie a que subieran Macri y Michetti.
“Oleeeeeé, oleeeeeé, olé, Gaby, Gaby”, coreó un grupo de fans liderado por la diputada Paula Bertol. “El domingo tendremos un espaldarazo, Dios nos va a ayudar”, dijo la candidata a vicejefa.
–¿Hay alguien de PRO acá? –preguntó Macri, con ánimo de conductor.
–Ssssíiiiiiiii –dijeron las chicas PRO.
Enseguida, presentó un video con las fotos de las 24 horas y una canción de fondo de Fito Páez y Joaquín Sabina. El video terminaba con una leyenda: “24 horas y no nos cansamos”.
–¡PRO!, ¡PRO!, ¡PRO!, ¡PRO! –gritó la tribuna.
“Somos breves y no nos movilizamos con colectivo y choripán, porque no queremos molestar”, definió Macri, quien dijo que “quienes nos quieren agredir tienen la mala costumbre de manotear algún voto. Los vamos a controlar”. Pero Michetti se quedó con la última palabra, “como corresponde a una mujer”. Fue en clave futbolera: “¡A partir del lunes, garra y pases cortos!”.
“De 24 miré siete u ocho capítulos. Al principio era buena, pero con eso del secuestro después no la seguí”, comentó Macri a Página/12, sobre la serie norteamericana que narra 24 horas en tiempo real en la vida de Jack Bauer, un agente antiterrorista con tendencia a la brutalidad y facilidad para la tortura. ¿Qué tiene que ver esto con la campaña? El jefe de Gobierno, Jorge Telerman, lo había acusado la semana pasada de “mirar mucho 24” por sus propuestas de mano dura. Involuntariamente o no, su cierre de campaña terminó emulando el estilo en tiempo real de la serie: 24 propuestas en 24 horas. “El gabinete todavía no lo consulté con Jack Bauer”, chanceó en un aparte con los periodistas. En broma, Macri también respondió que, si gana, el agente antiterrorista de la serie de ficción no formará parte de su Agencia de Prevención del Delito.
“La campaña de 2003 fue muy agresiva, apuntaba a generar miedo y tuvo éxito. Mucha gente creyó que íbamos a privatizar la escuela, el hospital. Se llegaron a decir barbaridades”, consideró el candidato a jefe de Gobierno de PRO, Mauricio Macri, en un reportaje que concedió a la agencia DyN. “Al conocernos más, van perdiendo los miedos”, estimó el empresario.
En un aparte con la prensa, indicó: “Con una diferencia de ocho puntos, estamos muy tranquilos para la segunda vuelta”. En tanto, la legisladora Gabriela Michetti cuestionó la “legitimidad” de un ballottage si la diferencia es mayor, lo que despunta como una estrategia a partir del lunes: “Es legal, pero el segundo sabrá si es legítimo enfrentarla”. Macri negó que estén apostando a que el segundo se baje. “Nosotros no hacemos apuestas”, aseguró.
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