El Gobierno y el menemismo continuaron ayer su pelea en torno del llamado a internas abiertas del 25 de noviembre. Un grupo de diputados que responde al ex presidente hicieron una presentación ante la justicia electoral para que declare nula por “inconstitucional, ilegítima y arbitraria” la convocatoria que hizo el lunes el presidente Eduardo Duhalde a través de cuatro decretos y que permite que afiliados de un partido voten en la interna de otro. Dirigentes menemistas le fueron con la queja al ministro del Interior, Jorge Matzkin, que les respondió que el Gobierno no pensaba modificar los decretos pero se comprometió a abrir una nueva ronda de consultas. “Si aparece una solución mejor no tenemos por qué ser obcecados y conciliarlo”, dijo Matzkin como para calmar a las fieras.
Luego de mucha agitación, por la noche, los menemistas se sentían más tranquilos. El diputado Adrián Menem advertía sobre la posibilidad de que hubiera cambios en el llamado a internas, de acuerdo con lo que se había conversado en el encuentro con Matzkin. Sin embargo, después, el ministro advirtió que hacerle cambios a los decretos “no forma parte del pensamiento del Gobierno”. Lo que sí se consensuó fue lo de las nuevas consultas, algo que ya había hecho Interior antes de la convocatoria.
Esta vez, el sobrino de Menem desmintió que su tío esté evaluando competir por afuera de la estructura del PJ si las internas no son como él quiere. “No hay ninguna posibilidad de que Menem vaya por afuera del partido. El justicialismo es una camiseta que uno se pone toda la vida”, explicó Adrián.
La pelea está centrada en la amplitud del llamado. Los menemistas sostienen que los afiliados a otros partidos no pueden participar de la interna del PJ, imaginando multitudes de militantes del ARI y de partidos de izquierda –que al tener candidato único ese día no participarán de ninguna elección– que marcharán a votar contra Menem. Con soltura, el diputado Javier Mouriño sostuvo que esos partidos tienen “aparatos militarizados” que no les sirven para hacer un buen papel en una elección general pero sí “podrían modificar el resultado de la voluntad de los afiliados justicialistas”.
El senador Eduardo Menem fue de los más duros al atacar al Gobierno. Opinó que la convocatoria era irregular e ilegal y que Duhalde “lejos de preocuparse por la desocupación y la crisis, está interesado en que Carlos Menem no gane la presidencia. Eso lo hace cometer estas arbitrariedades”.
Pese a que el propio Duhalde ya dijo que no era posible, anoche, Matzkin no descartó que finalmente los partidos que tienen candidato único también deban ir a una interna. “Es razonable esa idea, para que los candidatos de los partidos independientes, por ejemplo, muestren un piso mínimo de votantes de cara a las generales”, anunció. Pese a que todavía no se pronunciaron públicamente, muchos radicales coincidirían en este tema con el punto de vista del menemismo.
Por la mañana, un grupo de diputados encabezados por Mouriño y Alejandra Oviedo se presentaron ante la jueza federal con competencia electoral, María Servini de Cubría, para pedirle que impugne los decretos y ordene al Ministerio del Interior que confeccione un padrón de ciudadanos discriminados por afiliación partidaria. Lo que sostienen los menemistas es que, según la ley que sancionó el Congreso, de las internas pueden participar los afiliados a un partido más los independientes, es decir, quienes no están afiliados a ningún partido. Justamente, el Gobierno dice que ya no hay tiempo para hacer de acá a noviembre padrones que separen a los afiliados de los independientes, amén de que hay provincias en las que sería casi imposible hacer esa diferenciación.
“Si tuviera buena voluntad, el Gobierno llegaría a tiempo sin problemas”, aseguraba ayer uno de los menemistas que participaron del encuentro con Matzkin. Fueron unos cuantos: a la nutrida delegación de diputados se les sumaron dirigentes como los ex funcionarios Eduardo Bauzá y Jorge Castro y el sindicalista Antonio Cassia. Con todo, la presentación judicial llevó alguna preocupación a la Rosada, en donde están frescos los muchos rechazos que vienen sufriendo las medidas que intentan frenar los amparos por el corralito financiero. Además, luego de Servini, el camino de la causa seguiría en la Cámara Electoral y terminaría en la Corte Suprema, donde el menemismo conserva sus amigos de la mayoría automática.