Once kilómetros. Esa fue la distancia que Daniel Filmus recorrió ayer. Parte a pie, parte en subte y parte en un micro con jóvenes kirchneristas con quienes en un rapto de euforia llegó a cantar “Arde la ciudad”, el candidato K a la Jefatura de Gobierno cubrió el trayecto de Liniers a Plaza de Mayo junto con su compañero de fórmula, Carlos Heller. Así cerró su campaña y en su último acto proselitista hizo una apelación final al electorado porteño y en particular a los votantes de centroizquierda que dudan qué hacer el próximo domingo: remarcó que “cada voto vale la pena” y aseguró que “todos juntos podemos derrotar a la derecha y hacer mejor a la ciudad de Buenos Aires”.

Filmus le puso a su campaña el broche final que quería, aunque tuvo que ceder en su pretensión original: deseoso de un último contacto con los vecinos, el candidato kirchnerista hubiera preferido recorrer a pie la distancia que separa Liniers de la Jefatura de Gobierno porteño. El frío y el consejo de los organizadores de sus actividades proselitistas –“son once kilómetros”, le advirtieron– lo convencieron de caminar sólo algunas partes del trayecto.

Ni Néstor Kirchner ni su esposa Cristina Fernández se mostraron esta vez con Filmus. El Presidente había acompañado al candidato K en su cierre previo a la primera vuelta del pasado 3 de junio y también emprendió a su lado la campaña para el ballottage. Después de un arranque en el que vinculó a Macri con las políticas de los ’90, Kirchner fue cediéndole el protagonismo a Filmus y en los últimos días no hizo alusión a las elecciones porteñas, sino a las presidenciales de octubre próximo.

En La Manzana de las Luces, donde habló en su acto final de campaña al término de su recorrida, Filmus jugó una vez más a nacionalizar la contienda porteña. “Aunque no les guste, se discuten dos modelos”, enfatizó. Antes Heller había precisado que “Macri es la derecha” y dicho también que “es el palo en la rueda al proceso de integración regional, a la distribución más equitativa del ingreso”.

Varios de los presentes habían acompañado a Filmus en todo o parte del recorrido desde Liniers. Otros fueron a alentarlo puntualmente en su última aparición proselitista y sumaron al “olé/olé/olé/Daniel/Daniel”, con el cual el candidato K fue recibido tras ser presentado como “el próximo jefe de Gobierno del pueblo de la ciudad”.

Filmus agradeció a los funcionarios, dirigentes y simpatizantes kirchneristas que colmaron el lugar y tuvo palabras particulares para algunos. “Si estás acá, Estela, es que no nos equivocamos”, le dijo a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto. También subrayó las presencias de Leonardo Favio y la Tigresa Acuña y mencionó que estaban Miguel Bonasso y Aníbal Ibarra, referentes de Diálogo por Buenos Aires junto a su compañero de fórmula. Por su “generosidad” agradeció a Ginés González García y a Heller, quien en un gesto paternal le acarició la cabeza y le dio un beso al escucharlo. Y del hijo de desaparecidos Juan Cabandié afirmó que “representa lo mejor de nuestra juventud”.

Ocho horas antes, Filmus había comenzado su raid proselitista en la esquina de Rivadavia y Suárez. Allí, se mostró junto al vicepresidente y candidato a gobernador bonaerense Daniel Scioli. Fue la última puesta en escena conjunta para transmitir la idea de que entre los dos pueden dar respuesta a las problemáticas del área metropolitana y también una cábala: Filmus hizo una caravana de Liniers a Plaza de Mayo como apertura de su campaña y ese día se encontró con Scioli en esa misma esquina.

Filmus paró después en los cruces de Rivadavia con Segurola y Nazca antes de seguir viaje hasta Primera Junta, desde donde caminó hasta Acoyte. Una señora mayor que lo cruzó en su camino se encargó de mimarlo: “Sos el único que tiene cara de honesto”, lo elogió.

La siguiente escala fue Medrano. Un numeroso grupo de científicos esperó en la confitería Las Violetas a Filmus, quien destacó que la ciudad produce “el 40 por ciento de la ciencia del país, por lo que no sólo debe recibir la ayuda de la ciudad, sino que los científicos deben colaborar” con los porteños. Enfrente, en la tradicional pizzería Tuñín, lo recibieron a continuación dirigentes de la juventud kirchnerista y de derechos humanos, encabezados por Cabandié. Eran eso de las cuatro de la tarde y el candidato aprovechó para comer una muzzarella con jamón y morrones con fainá.

De ahí Filmus tomó el subte hasta la estación Lima y al bajar caminó hasta el Tortoni. Adriana Varela, Guillermo Fernández y Susana Rinaldi, entre otras figuras de la cultura, lo aguardaban para un café.

Filmus guardó para el cierre unos últimos cartuchos para Macri. “Nada de nuestra vida nos agravia”, sostuvo y aseguró que “una persona que dice que el mejor intendente fue (Osvaldo) Cacciatore no merece gobernar esta ciudad.” El fin de su discurso –tras remarcar que “no estamos peleando por un resultado decoroso, sino por el futuro de nuestros hijos”– fue el que fija el manual de todo candidato: “Vamos a ganar y vamos a hacer el gobierno más justo del que tenga memoria la ciudad de Buenos Aires”.