En el Frente para la Victoria festejaron las declaraciones del intendente radical de Río Grande, que interpretaron a su favor. En el ARI confiaban en dar otra sorpresa.
› Por Martín Piqué
desde Ushuaia, Tierra del Fuego
A dos días de las elecciones que enfrentarán al kirchnerismo con el ARI, la provincia más austral del país amaneció con la obligación de respetar la veda electoral. Ya no se podía hacer campaña ni tampoco emitir en público opiniones que pudieran incidir sobre el resultado. Sin embargo, hubo atajos que permitieron pelear votos hasta último momento. Ayer aparecieron en los frentes de escuelas y fábricas, sobre todo en Río Grande, volantes sin firma que advierten que en caso de un triunfo del ARI la provincia perderá los beneficios de la ley de promoción industrial que favorece la radicación de industrias. En tanto, en el Frente para la Victoria festejaron como un logro muy significativo las declaraciones del intendente de Río Grande, el radical Jorge Martín, quien tras lograr su reelección en la primera vuelta se convirtió en una de las piezas que el FPV intenta sumar para el ballottage. Ayer se declaró “prescindente”, pero dejó entrever que no compartía el apoyo que el titular de la UCR, Gerardo Morales, había prometido a la candidata del ARI, Fabiana Ríos. “No fui consultado y mucho menos he vertido alguna opinión”, dijo.
En el peronismo, los dichos de Martín fueron interpretados como un aval implícito a la fórmula Hugo Cóccaro-Rosana Bertone. “Salió a contradecir a Gerardo Morales. Está claro que el Mopof y la UCR no van a apoyar a un partido que no tiene experiencia de gestión”, comentó a Página/12 una colaboradora del gobernador Cóccaro. Sin embargo, el entusiasmo ante las palabras del intendente de Río Grande no ocultó la desazón que produjo en el FPV que Cóccaro no hubiera asistido a la visita de Néstor Kirchner a la localidad santacruceña de Río Turbio (ver página 11). Una foto con el Presidente hubiera ayudado en esta competencia con el ARI (tan peliaguda que muchos fueguinos aseguran que será la candidata del partido fundado por Elisa Carrió la que se impondrá mañana en las urnas).
Ushuaia se veía anoche tan fría y linda como siempre. Pero para ser viernes, había menos movimiento y muchas cortinas bajas. La veda había impuesto sus rigores. Los night clubs de la calle Roca, de nombres tan poco australes como Tropicana Show y Sheik, mostraban un panorama opuesto al de la temporada alta, cuando la tripulación y unos cuantos pasajeros de los cruceros de lujo los eligen como parada obligatoria. “Esto se llena de marineros”, comentó a Página/12 el remisero que lo trajo desde el aeropuerto. Anoche, en la misma cuadra de los clubes nocturnos lo único que se veía abierto era la unidad básica Identidad y Convicción peronista. Adentro, dos personas sentadas en una mesa. Afuera una gigantografía ampliada a partir de una foto de Cóccaro, Kirchner y Bertone: “El Presidente confía en ellos”, completaba el eslogan.
La Casa de Gobierno es un edificio de estilo alpino que ocupa toda una manzana sobre la avenida San Martín. Techo a dos aguas, mucha madera y en la base de las paredes piedra gris mezclada con el revoque. La custodiaban muchos policías que podrían servir como señales de tránsito nocturnas: llevaban pecheras naranjas. Quizás estuvieran allí por la inminencia de los comicios, lo más probable es que su presencia se debiera a la carpa que bloqueaba media vereda y media calle. “Campamento de ATE”, aclaraba una bandera. Eran cuatro personas, todos empleados estatales, se calentaban con un fuego. “Estamos reclamando que nos paguen la recomposición del poder adquisitivo salarial –dijo Jorge Portel, secretario general de ATE Tierra del Fuego–. Acá se lo conoce como Repas. Nos lo descontaron en 2004, hicimos juicio y hace cuarenta días salió el fallo del juez laboral. Nos lo tienen que devolver.”
–¿Cómo ve la segunda vuelta? –preguntó Página/12.
–Va a ganar el ARI. Yo soy peronista, pero, salvo los dirigentes, la mayoría de los estatales apoyamos a Fabiana. Por lo menos en Ushuaia, no sé en Río Grande. No va a haber más afano. Acá se acabó la impunidad.
Sus compañeros lo miraban en silencio. Luego siguieron tomando un mate algo frío. Los empleados públicos representan la tercera parte de los empleos de la provincia.
Justo frente a la gobernación se veía una tienda de venta de souvenires para turistas. Detrás de la vidriera esperaban decenas de pingüinos de todos los tamaños. En Buenos Aires podría haber sido un alarde de kirchnerismo, aquí no. El negocio de al lado vendía remeras con leyendas en inglés. También se veían muñecos de marineros o piratas para colgar de las paredes. Y timones y nudos náuticos. “Cuando yo llegué a Ushuaia esto era todo de la Marina”, había contado el propietario del hotel.
Los pocos afiches del ARI apostaban todo a los ojos de su candidata. Ninguna referencia a Elisa Carrió. Sólo los ojos de Ríos, enmarcados por un lema entre simple e informal: “Fabiana gobernadora”. Aquí todos conocen a Ríos por su nombre de pila. Incluso sus opositores. Ayer, su marido estaba confiado: “Tenemos una sensación parecida a la del último domingo –dijo a Página/12 Gustavo Longhi, concejal por Río Grande–. Creemos que el resultado va a ser muy bueno. Quisieron instalar el miedo, la sensación de que se instalaba la isla cubana en Tierra del Fuego.”
–¿A qué se refiere con la isla cubana?
–Dijeron que íbamos a bajar todo el megapase (por los beneficiarios de planes sociales que fueron blanqueados y pasados a planta permanente por el ex gobernador Jorge Colazo). A los directores de dos sanatorios, el San Jorge de Ushuaia y el Cemep de Río Grande, les dijeron que si ganaba el ARI íbamos a cerrarlos.
En el FPV decían que el eje de la campaña no era generar miedo sino subrayar la falta de experiencia de gestión del partido de Carrió. “Nunca pasaron de concejales y legisladores y apenas tienen quinientos afiliados. Dijeron que Gerardo Conte Grand iba a trabajar en el ministerio, pero se olvidaron de que para ser ministro hay que tener por lo menos cinco años de residencia en la provincia”, dijo un estrecho colaborador de Cóccaro. Como un equipo que concentra ante una parada difícil, el candidato decidió mantenerse en silencio hasta mañana.
Donde no hubo silencio fue en un cóctel que se organizó el jueves a la noche en la inauguración de una nueva sucursal de una cadena bancaria privada. Allí se congregaron comerciantes, profesionales y algunos propietarios de constructoras. “Ahora nos van a cambiar todas las reglas”, dijo uno de los empresarios al recordar las cuatro mil casas que el Estado provincial deberá construir el año próximo en el marco del Plan Federal de Viviendas.
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