Jorge Telerman recibirá esta misma semana a quien hoy sea elegido por los porteños para gobernar la Ciudad de Buenos Aires durante los próximos cuatro años. El encuentro será el punto de partida de una transición que el jefe de gobierno pretende que sea “ordenada” y que incluirá un cambio de gabinete –que podría concretarse en los próximos días– con la idea de “concentrar la gestión sobre gente lo más leal posible”. Sin llegar a plantear un esquema de cogobierno porque a su alrededor aclaran que “el manejo de la administración pública es responsabilidad excluyente de la actual administración”, Telerman también tiene disposición de discutir con el que resulte electo el presupuesto del año próximo y de empezar a adecuar la estructura ministerial al formato que su sucesor quiera darle.

Esta noche Telerman seguirá el escrutinio de la segunda y definitiva vuelta electoral junto a sus colaboradores más cercanos en la jefatura de gobierno. Serán de la partida los ministros Sergio Beros (Hacienda), Enrique Rodríguez (Producción) y Juan Pablo Schiavi (Planeamiento) y el secretario de Prensa y Difusión, Oscar Feito. También es posible que se sumen el subsecretario de Asuntos Políticos y Legislativos, Horacio Lenz, y el procurador General de la Ciudad, Agustín Zbar.

Según anticipó el viernes antes de abandonar su despacho, Telerman decidirá con ellos los próximos pasos a seguir. Eso incluye eventuales cambios de gabinete en los que piensa por estas mismas horas.

Los rumores sobre posibles cambios en la primera línea del gobierno de Telerman surgieron tras su derrota el pasado 3 de junio, pero se multiplicaron tras la reunión que la ministra de Derechos Humanos y Sociales, Gabriela Cerruti, mantuvo con el presidente Néstor Kirchner en la Casa Rosada para manifestarle personalmente el apoyo de Nuevos Ayres –-el espacio político que conduce– a la candidatura de Daniel Filmus. La postura en relación con el ballottage divide al gabinete de Telerman, que se declaró “prescindente” y dejó a sus ministros hacer lo que quisieran, pero les pidió bajo perfil. Cerruti no mantuvo esa línea y por eso ambos discutieron más de una vez en las últimas semanas. La foto con Kirchner terminó de deteriorar la relación de confianza que mantenían desde hacía años.

Cerruti –que encabezó la lista de legisladores de Telerman y obtuvo una banca– aparece ahora como primera candidata a dejar el gabinete porteño. Los rumores, de todos modos, refieren también a otros posibles alejamientos.

Lejos de pensar en tomar distancia de la política aunque sea por un tiempo, Telerman pretende seguir siendo una figura influyente en el escenario porteño. Sus hombres de confianza ya piensan en el armado de una fuerza política con la cual articular con los otros espacios políticos del distrito y presentarse el año próximo a las elecciones de comunas –si es que se hacen– y a las legislativas de 2009. Saben, como también el jefe de gobierno, que cualquier proyección a futuro sólo será posible si logran conducir el gobierno en buenos términos hasta el próximo 10 de diciembre. Por eso rechazan cualquier mención a una entrega anticipada del poder –“no hay motivos”, dicen– y coinciden con su jefe en la necesidad de “concentrar la gestión sobre gente lo más leal posible para garantizar que nadie saque los pies del plato ni meta gente por la ventana”.

Los cambios a nivel de ministerios en los que Telerman piensa tienen que ver con la idea de replegarse en su círculo de mayor confianza para lograr “una transición ordenada y compacta”, pero también con empezar a moldear la primera línea de la administración local a gusto de su sucesor. El jefe de gobierno trabaja sobre la hipótesis de que será Mauricio Macri quien conducirá la ciudad durante los próximos cuatro años. En su entorno aseguran que “nadie habló por ahora con los macristas”, aunque cuentan tener el dato de que Macri quiere cambiar el formato y reducir el gabinete.

Cuando llame al ganador para felicitarlo, Telerman acordará también un encuentro en el que se trazarán los ejes políticos de la transición que seguirán luego sus colaboradores y los que su sucesor designe. Varios de los funcionarios que lo acompañarán esta noche serán los encargados de coordinar el traspaso

Telerman armará dos equipos en los que delegará el arreglo de la transición: uno político y otro técnico. Aún no lo tiene definido pero quienes lo conocen esperan que en el primero aparezcan funcionarios como Beros, Feito y Zbar y afirman que las cuestiones más técnicas quedarán en manos de ministros como Rodríguez y Schiavi. “Lo que tenemos que evitar para que la cosa sea ordenada es que se planteen relaciones entre pares”, le han escuchado decir en estos días, a modo de adelanto de que no tolerará negociaciones al margen de las autorizadas. En la hipótesis de que hoy gana Macri, en la jefatura de gobierno suponen que entre sus interlocutores estarán la compañera de fórmula del candidato de Pro, Gabriela Michetti; quien se anticipa será su jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; y Mariano Narodowsky, electo a la cabeza de la boleta de legisladores de PRO.

Telerman se propone seguir con el manejo diario de la administración porteña sin plantear un esquema de cogobierno, pero propone acordar con quien lo suceda las cuestiones que tienen proyección a futuro. El primero de los asuntos que está dispuesto a poner sobre la mesa es el Presupuesto 2008 porque es él quien debe girarlo en los próximos meses a la Legislatura, pero será su sucesor quien deba ejecutarlo en su primer año de mandato. También se allanará a acordar todo lo referido a las obras públicas en marcha y por hacer y las licitaciones pendientes. “Esas son cuestiones sensibles porque la decisión de avanzar o no con una obra o una licitación compromete al próximo gobierno”, explicó un funcionario de confianza del mandatario local.