La noticia sorprendió en Córdoba por la decisión del ex basquetbolista de acompañar al candidato de De la Sota en octubre.
› Por Camilo Ratti
desde Córdoba
Héctor “Pichi” Campana será finalmente candidato a vicegobernador del peronista Juan Schiaretti y no postulante a la intendencia de Córdoba, en las elecciones provinciales que se realizarán el 2 de septiembre. Aunque el anuncio, oficializado ayer, se venía cocinando hacía veinte días, la decisión del ex basquetbolista tuvo una impronta personal que dejó un sabor amargo en el kirchnerismo cordobés, quien se encuentra en plena negociación con el delasotismo para elegir concejales y diputados provinciales y nacionales.
El efecto Macri se hizo sentir en Córdoba. La fórmula que se oficializó ayer iba a anunciarse el viernes pasado, el mismo día en que Luis Juez oficializó también su alianza con el radical Benigno Rins, intendente de Río Cuarto. Pero el triunfo del PRO en la ciudad de Buenos Aires terminó por convencer al PJ y al entorno de Pichi de dar la noticia. Era el modo de contrarrestar o por lo menos opacar en Córdoba la repercusión que tuvo a nivel nacional la victoria de Macri y la derrota del Frente para la Victoria en Tierra del Fuego a manos del ARI. Y lo logró, porque la decisión de secundar a Schiaretti sorprendió a todos, inclusive a los de su propio partido, quienes quedaron descolocados por la forma y el día en que se realizó.
Para varios kirchneristas que hablaron off the record con este diario, “el actual concejal se apresuró, porque la posibilidad de que Campana se bajara de la intendencia para ser el vice de Schiaretti entraba en el marco de una negociación global entre ambas fuerzas, que hoy se encuentra en pleno desarrollo. No nos olvidemos de que todavía quedan por discutir quiénes van a ser los candidatos a concejales y quiénes a diputados nacionales y provinciales”. Para estos dirigentes, que no podían ocultar su desconcierto, el anuncio significó que Campana dejó de ser una carta negociadora del espacio que en Córdoba integran una parte del Partido para la Victoria (la otra apoya a Juez) y los radicales K, o Morafe, entre los que se encuentra el sector de Rubén Martí. “Ahora que nuestro principal candidato se entregó solito a Schiaretti, dependemos de la muñeca del presidente Kirchner, el único al que van a respetar los delasotistas”.
Aunque Campana se cansó de repetir que su sueño era “ser intendente de Córdoba”, y que “nunca voy a formar parte de un gobierno con el delasotismo”, la decisión de ayer se explica fundamentalmente por su baja performance en las últimas encuestas, en las que aparece cuarto, muy lejos del juecista Daniel Giacomino, quien va primero, y detrás del radical Ramón Mestre hijo y la peronista Olga Riutort. Además, el ex basquetbolista de Atenas nunca quiso competir por la intendencia sin tener un candidato propio a gobernador, y mucho menos lo entusiasmaba la idea de sumar votos con los otros dos candidatos peronistas en caso de sellar un acuerdo con Schiaretti.
Esos elementos, sumados a un estado de ánimo que no pasa por su mejor momento, hicieron que Campana se cortara solo y aceptara ser vice. Negocio para él, para Ricardo Jaime, su promotor dentro del gobierno nacional, y para Julio De Vido, el peronista que siempre quiso y trabajó para que el kirchnerismo cordobés cerrara con De la Sota y le soltara la mano a Juez. Si lo será para Néstor Kirchner es algo que no se sabrá hasta septiembre, cuando las especulaciones abran paso a la realidad.
La semana pasada se difundió una encuesta realizada por la Universidad Nacional de Córdoba, que le daba al candidato delasotista una holgada ventaja para la gobernación. Juez criticó la confiabilidad del sondeo que lo relegaba a él al tercer puesto.
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