A poco de que la causa por las responsabilidades políticas y de la cúpula policial en la masacre del 19 y 20 de diciembre de 2001 vaya a juicio oral, la jueza federal que la investigó, María Servini de Cubría, se excusó ayer de seguir interviniendo en el expediente. La magistrada confesó a sus íntimos ser víctima de “presiones” que buscarían beneficiar a determinados imputados en el caso. La versión que circuló ayer en Tribunales indica que el comisario Jorge “Fino” Palacios, a cargo de la seguridad de Boca Juniors, estaría ansioso por ver cerradas sus cuentas pendientes con la Justicia para poder aceptar algún cargo que le ofrecería Mauricio Macri en la ciudad. En cualquier caso, aunque no está dicha la última palabra, el apartamiento de Servini de Cubría demora la elevación del caso a la etapa oral y pública.

Ayer, en los tribunales federales de Retiro la novedad había causado cierto estupor dado que la magistrada no fue recusada por ninguna de las partes, y ante los mismos cuestionamientos que dicen haberle causado “violencia moral” ya fue ratificada varias veces por sus superiores de la Cámara Federal para continuar al frente de la investigación. En el escrito con que pidió su inhibición en las causas “De la Rúa, Fernando y otros s/abuso de autoridad” y “Oliverio, Orlando y otros s/delito de acción pública”, Servini de Cubría se quejó de la “reiteración” de pedidos de medidas de prueba por parte de la defensa del comisario Rubén Santos. Su abogado, Pablo Jacoby, solicitó que sean individualizadas las personas que en las grabaciones policiales aparecen modulando bajo códigos. Consultado por Página/12, Jacoby manifestó su “respeto y admiración” por la jueza y explicó que no tuvo ninguna intención de recusarla.

Servini mencionó como otro agravio las “insinuaciones” de Santos y de su “consorte de causa, Enrique Mathov, buscando apartarme de la dirección del sumario”. “Si a estas circunstancias, per se extrañas, le sumo los comentarios que escuchara respecto de las amistades y vínculos que mantendrían los oficiales superiores Jorge Palacios y Rubén Santos con varios miembros del Poder Judicial, se percibe que se estaría procurando cualquier excusa que impida el tratamiento del fondo de la cuestión y con eso lograr mi apartamiento”, explicó la jueza en la presentación a la que Página/12 tuvo acceso. A continuación dedicó varias páginas a explicar que su actuación el 19 y 20 de diciembre, cuando se acercó a Plaza de Mayo y fue custodiada por Palacios, en medio de la represión, tuvo dos momentos: el primero, que fue “meramente informativo”, y el segundo, en que se constituyó como “tribunal”. “Insisten en transformarme en responsable de la caída de un gobierno”, concluyó.