EL PAíS › FELISA MICELI VOLVIO A DEFENDERSE Y EN EL GOBIERNO ASEGURAN QUE LA RESPALDARAN
La ministra de Economía atribuyó la difusión del dinero hallado en un armario de su baño a las denuncias que hizo sobre el caso Greco. Entregó una copia de su agenda con las reuniones que tuvo el día anterior al descubrimiento. En el Gobierno aseguran que no le pedirán la renuncia. “Sería injusto castigarla por esto”, dijeron.
“Alguien hizo una campaña enorme porque quiere quedarse con el Ministerio de Economía”, sostuvo ayer la ministra de Economía, Felisa Miceli, un día después de intentar explicar de dónde habían salido los 100 mil pesos y 31 mil dólares que fueron encontrados por un operativo del escuadrón antiexplosivos en el armario del baño de su despacho. En plan de despejar las dudas sobre una presunta coima, el ministerio distribuyó una copia de su agenda con los encuentros que tuvo previos al hallazgo, con la idea de que se compruebe que esas personas no le entregaron el dinero (ver aparte). En una nueva defensa, la ministra no descartó que la información haya surgido de sectores cercanos al ex ministro de Economía Roberto Lavagna, o bien de empresarios perjudicados por el caso Greco. Desde el Gobierno, tras los rumores de su renuncia, indicaron a este diario que la mantendrán en su cargo y respaldaron su versión de los hechos.
“Sería muy injusto castigarla por esto. Es una tontería, una causa muy poco compleja comparada con Skanska”, indicó a este diario una fuente con acceso al despacho del Presidente. El funcionario evaluó que legalmente no existen elementos que puedan complicar a la ministra de Economía y descartó que el presidente Néstor Kirchner vaya a pedirle la renuncia. “Cambiar un ministro a esta altura es poco conveniente”, analizó con un ojo puesto en la repercusión negativa y otro en la campaña presidencial, con Cristina Fernández ya lanzada.
Operación inmobiliaria
El escándalo se desató el mismo día que el candidato kirchnerista Daniel Filmus fue derrotado por el líder de PRO Mauricio Macri en las elecciones porteñas. Ese día, se conoció que, en un operativo de rutina en el que se registra el ministerio en busca de explosivos, los policías encontraron el 5 de junio una bolsa de plástico con dinero en el armario del baño de Miceli. El Ministerio de Economía, a través de sus voceros, señaló que se trataba de 100 mil pesos y 31.670 dólares y explicó que era dinero de la ministra y que iba a ser utilizado para una “operación inmobiliaria”.
Mientras la oposición salía a pedir su renuncia y a señalar que, en base a su declaración jurada, no podía tener tantos ahorros, el fiscal federal Guillermo Marijuán y el fiscal de Investigaciones Administrativas, Manuel Garrido, iniciaron un causa penal por indicación de la jueza María Romilda Servini de Cubría. Paralelamente, el diputado de PRO Esteban Bullrich –-uno de los que fogonean la causa por las presuntas coimas de Skanska–- presentó otra denuncia penal. Hasta ahora, Marijuán se ocupó de reunir videos de seguridad, fotos y documentación, para lo que hizo el viernes un allanamiento a la oficina de la ministra, del que se secuestraron agendas y se revisaron las computadoras y otros documentos.
Ese mismo día, la propia Miceli tuvo que salir a explicar de dónde había salido el dinero en un reportaje con Página/12, Clarín y La Nación: “Mi hermano me prestó el dinero para comprar una casa”, indicó, en referencia al empresario Horacio Miceli. “Yo vivo en Saavedra y estaba buscando en Núñez. Mi hermano me ofreció un préstamo puente por un tiempo para que tuviese tiempo de firmar el boleto y vender mi duplex”, contó. Afirmó que pensaba llevar el dinero al Banco Nación para depositarlo, pero que tuvo muchas actividades y no le alcanzó el tiempo, por lo que lo dejó guardado en la oficina.
Luego indicó que la operación de compra nunca se había realizado, que no existía un boleto ni un comprobante del préstamo que pudiese aportar. “Pudo haber sido una torpeza, un error, pero no un delito. Pudo haber negligencia, pero estoy segura de que no he cometido ningún delito”, se defendió, ante la sospecha de que se tratase de una presunta coima. Y sostuvo que nadie le había pedido la renuncia y que el presidente Néstor Kirchner la apoyaba.
“Operación política”
“Esta es una operación política de una magnitud extrema, brutal, en mi contra y no es nueva porque desde el primer día que asumí en Economía dijeron todo tipo de cosas”, remarcó Miceli ayer en declaraciones a distintas radios.
Miceli insistió con que no cometió ningún delito y señaló que “las repercusiones se magnificaron, además en un momento donde estamos en campaña electoral”. En ese sentido, apuntó al compañero de fórmula de Lavagna y titular del Comité Nacional de la UCR, Gerardo Morales. “Está pidiendo mi renuncia desde hace meses, acuérdense del caso Greco, ellos fueron los principales impulsores de este tema”, sostuvo Miceli.
El grupo Greco fue uno de los que crecieron con las condiciones creadas por el ministro de Economía de la dictadura José Alfredo Martínez de Hoz: creó el banco Los Andes para absorber depósitos públicos y luego hacerle pagar la deuda al Banco Central. Durante el gobierno de Raúl Alfonsín, inició una demanda para que se lo indemnizara por apropiación de bienes por parte de la dictadura. El reclamo fue rechazado hasta junio de 2003, cuando se le concedió una reparación aún mayor a la que pedían.
Pero luego fue denunciado públicamente –entre otros, por el abogado Ricardo Monner Sans– y se dio marcha atrás. Los herederos iniciaron una querella en la Justicia para que se le conceda la indemnización. La gestión de Miceli se ocupó de denunciar a dos ex funcionarios cercanos a Lavagna: el ex secretario legal del ministerio Eduardo Pérez y el ex subsecretario de esa área Osvaldo Siseles.
“Nosotros, desde el ministerio, actuamos con toda velocidad haciendo las denuncias penales contra los funcionarios anteriores que no habían cuestionado el dictamen del juez y evitamos el pago de 600 millones de pesos en bonos de la deuda pública que era lo que el juzgado había determinado y la gestión anterior no había apelado”, recordó la ministra de Economía.
“Así que para mí esto no es nuevo, por eso hablo de una campaña sucia, porque se mueven muchísimos intereses en el Ministerio de Economía. Millones y millones de pesos todos los días donde decimos que no y después acá están las consecuencias”, adjudicó. Los periodistas le preguntaron si consideraban que era Lavagna el que quería perjudicarla y Miceli respondió: “Que cada uno saque sus propias conclusiones”.
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