EL PAíS › LA PEDAGOGA ADRIANA PUIGGROS
La directora general de Escuelas bonaerense explica los alcances de la nueva Ley de Educación provincial. Destaca la extensión de la obligatoriedad desde los 4 años hasta el fin del secundario, la primaria en seis años, la secundaria en otros seis y la renovación de contenidos.
› Por Nora Veiras
Los cambios en el sistema educativo bonaerense impactan como en ningún otro lugar. La razón es sencilla: más de cuatro millones de estudiantes y más de 250 mil docentes representan más de un tercio de la totalidad de alumnos y docentes del país. Las consecuencias de las decisiones desafortunadas también se sienten como en ningún otro lugar. Después de catorce años se sancionó una nueva Ley de Educación que, en los hechos, intenta revertir los efectos de la reforma impulsada por la entonces ministra y actual vicegobernadora, Graciela Giannettasio. En diálogo con Página/12, la directora general de Escuelas, Adriana Puiggrós, explica en qué consisten los cambios.
–¿Qué cambio concreto en lo inmediato implica la sanción de la nueva Ley de Educación provincial?
–La legalización de lo que venimos haciendo desde hace dos años. En la provincia empezamos a reorganizar el sistema educativo desde las escuelas agrarias y técnicas que tienen seis años, es decir que dejaron de respetar la Educación General Básica de nueve años y el Polimodal de tres años. Ya hace dos años que la secundaria es de seis años. Lo que hace la ley es darle legitimidad a una secundaria de seis años y una primaria de seis, agregado a eso hay dos cosas muy importantes como la obligatoriedad de toda la secundaria y la obligatoriedad del nivel de educación inicial de 4 y 5 años. Esto implica un reto enorme en cuestiones de infraestructura, de normativa, vinculadas al nombramiento de docentes que estaban en el tercer ciclo y ahora tienen que trabajar en una secundaria, no más en una primaria prolongada.
–¿Esta redefinición de la estructura en seis y seis implica un reconocimiento del fracaso de la EGB y el Polimodal?
–Sin ninguna duda. Lo que hemos criticado durante muchos años cayó por sus resultados. Cuando hablamos de una baja de la calidad, de dificultades enormes para que los chicos que terminan el Polimodal ingresen a la universidad, cuando incluso hablamos de abandono, de abandono temporario, la causa no es solamente social; claro que la crisis ha sido una causa importantísima pero además ha habido un modelo que no retuvo, la primaria prolongada –la EGB fue realmente una primaria prolongada– y en todo caso en los lugares donde sí retuvo más chicos que fueron zonas rurales no es por el modelo de EGB que se retuvieron chicos sino simplemente porque se puso un octavo, un noveno y un décimo año. La otra cuestión es que el Polimodal en la provincia de Buenos Aires se puso en marcha entre el ’99 y el 2001 o sea en el momento en el cual el trabajo entra en la mayor crisis de su historia en la Argentina, con lo cual las decisiones sobre las especializaciones del Polimodal, sobre qué tipo de contenidos debía haber, cuánta carga de saberes generales y específicos, todo eso queda atravesado por la crisis del trabajo y la producción.
–Usted habla de la necesidad de atraer a los adolescentes para que sigan estudiando, ¿cómo se hace porque sólo el cambio de estructura no lo garantiza?
–Nosotros estamos haciendo una reforma curricular, la generación que ingresó en el 2007 va a hacer la secundaria entera con la nueva currícula. Nosotros hicimos una experiencia en 75 escuelas, a partir de eso capacitamos a los docentes de primer año de toda la provincia. Ahora, en el 2007, estamos haciendo la experiencia de 75 escuelas para el segundo año de la secundaria. Con lo cual, en el 2008, primero y segundo estarán con el nuevo plan de estudio y en el 2009, tercero. Mientras tanto, estamos trabajando en el cambio curricular de los últimos tres años. Hicimos una comisión con la Secretaría de Educación Superior del Ministerio de Educación de la Nación sobre cuáles son los contenidos que requerirían las universidades para que los chicos puedan ingresar y seguir. En relación al trabajo, organizamos esa comisión donde están todas las organizaciones empresariales, industriales y agrarias, están la CGT, la CTA –que se sentaron juntos a la misma mesa–, pymes, la Secretaría de Ciencia y Técnica de la provincia. Esta comisión está trabajando para hacer un panorama de las grandes líneas del desarrollo provincial. Al mismo tiempo estamos haciendo una investigación con la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Nación para hacer la prospectiva de expectativas de empleo y los equipos de la Subsecretaría de Educación de secundaria están avanzando sobre la reforma curricular. Vamos a dejar programado para la próxima gestión cuáles serán las orientaciones de todas la secundarias de la provincia.
–¿Cuáles son las reformas que ya empezaron?
–Separamos Historia de Geografía, cambiamos Lengua por Prácticas de Lenguaje con una carga muy fuerte de lectura y escritura y agregamos una materia “Construcción de Ciudadanía” que tiene un capítulo sobre educación sexual. La decisión que tomamos es que educación sexual tiene que haber en todas las escuelas de la provincia, hay contenidos mínimos; en función de la libertad de conciencia, hay un margen de libertad para que las escuelas elijan. Probablemente lo que digamos es “quieren poner su versión, en la medida que cumplan con estas mínimas cosas póngalas, pero no se metan en las escuelas estatales. Hay siete mil servicios educativos privados, casi un tercio del sistema, el 60 por ciento recibe subsidios.
–¿Qué diferencia hay entre Lengua y Prácticas de Lenguaje?
–Lengua era una materia con alto contenido abstracto que no interpelaba a los chicos para que leyeran ni para que escribieran y ahora hay muchas lecturas que van desde literatura hasta formularios, desde textos hasta Internet, y mucha práctica de escritura.
–¿Cómo juega Internet en las nuevas formas de aprendizaje: los chicos saben más? ¿distinto?
–Los chicos saben más, saben distinto, son mucho más rápidos. Estamos llevando adelante un programa de conectividad. En este momento debe haber unas 1200 secundarias –nos falta bastante todavía–. Parte del crédito que fue a firmar el gobernador Felipe Solá a Washington es para computadoras. En un año deberían estar conectadas todas las escuelas. Hicimos una experiencia muy interesante en Colón. En un acuerdo con el intendente y con los cibercafés. El dueño de un cibercafé le escribió una carta a una directora diciéndole: “Mire los chicos están acá, yo soy un ciudadano responsable y le tengo que decir que están acá”. Se hizo una experiencia que coordinó Carlos Lagorio, con alumnos avanzados y docentes en el cibercafé. Se recuperaron chicos que habían desertado. El proyecto es hacerlo en varios lugares.
–La capacitación docente parece ser la pata que no termina de ponerse adecuadamente, la nueva ley prevé cuatro años de formación y además la actualización, ¿cómo se va a hacer?
–Hace un año que tenemos la reformulación de la formación docente de base, estamos esperando porque nos pidieron del Ministerio de la Nación que esperáramos hasta que estuvieran los lineamientos de Nación. Acabamos de hablar con el Instituto Nacional de Formación Docente porque si no empezamos ahora a capacitar para el cambio curricular no llegamos para el año que viene. La Ley Nacional habla de residencia, eso lo discutimos mucho porque no estamos de acuerdo con que haya un último año de residencia y mucho menos que se transforme en paga. Logramos que se pusiera en la ley –eso lo acordé con Daniel Filmus– “residencia u otros”, es una práctica que cruza todos los años pero que va a abarcar todo: todos los estudiantes van a ir a alfabetizar, van a ir al aula pero para apoyar programas de sobreedad, educación especial, los programas de retención, van a ir a los lugares de fractura del sistema, al final de todo en el último año van a trabajar más en cuestiones de la institución.
–¿Actualmente cuántos años de estudio se requieren para ser docente?
–Desde este año son cuatro años para todos: maestros y profesores. Por otro lado está la Universidad Pedagógica. En julio del año pasado empezó la primera cohorte que termina ahora en agosto. Es una cohorte cerrada para los 25 inspectores regionales de educación estatal y los 25 de educación privada. Es un año de posgrado en conducción de sistemas educativos con profesores prestigiosos de la Argentina y el exterior. A esa especialización ingresan en agosto los 135 inspectores regionales. Se abre ahora la especialización en ciencias, dirigida por Roberto Aquilano –astrónomo, secretario de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de Rosario, candidato al Premio Nobel Alternativo– y que, además, es un gran educador, con un equipo de la Universidad de La Plata, para todos los profesores del área científica que quieran hacerlo, es voluntario. La otra especialización es en educación ambiental. La sede de la Universidad es en Quilmes porque nos donaron un maravilloso edificio que es el mercado del Hogar Obrero. Pero el funcionamiento va a ser descentralizado. Las sedes del interior no van a ser fijas, van a ser todas carreras a término. Los maestros que tienen tres años de formación de base y, por lo tanto, no pueden entrar al posgrado, van a tener que hacer en alguna universidad una terminalidad.
–¿Y qué pasa con la capacitación de los que están frente al aula?
–El año pasado capacitamos a 130 mil docentes. Este año vamos a llegar a 150 mil docentes en toda la provincia. Tenemos, además, la nueva normativa para la capacitación privada, el famoso shopping de cursillos. Hay una oferta privada que piden puntaje y entraba cualquier cosa, creamos un cuerpo de auditores, vamos a poner temáticas que son prioridades curriculares, vamos a poner un máximo de horas que se pueden dar en un instituto .
–El sólo hecho de incrementar la obligatoriedad supone también un incremento de inversión importante, ¿cuál es el incremento que prevén?
–Lo estamos trabajando haciendo una prospectiva. Una de las variables fuerte es el tamaño de las generaciones y es más difícil contestar respecto a la secundaria que respecto al nivel inicial. Estamos en un 90 por ciento de cobertura en la sala de 5 años, sobre 400 mil chicos nos faltan más o menos 25 mil. De 4 años, estamos más o menos en el 55 por ciento. Hay que duplicar la inversión para garantizar la sala de 4 años. Todavía no estamos hablando de la universalización porque la atención de los menores de 4 años está básicamente a cargo de las organizaciones sociales, no sólo piqueteras. Lo que vamos a hacer es que avance la escuela pública, que avance la escolarización bien organizada. Creemos que es muy importante que haya jardines maternales completos eso implica una inversión muy importante que estamos calculándola.
–¿Cuál es la cifra que manejan sobre los chicos que abandonan?
–Es alto el porcentaje de chicos que no termina el Polimodal y es bajo el que no termina el tercer ciclo, es muy variable porque se van del Polimodal e ingresan a educación de adultos. Había una curva descendente y empezó a hacerse horizontal a partir de este año. El año pasado todavía seguía la sangría que empezó a mediados de los ’90. Los números nuestros son peores que la realidad, se habla de un 20 y pico por ciento, pero no está considerado el chico que regresa.
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