El Presidente aseguró que “tratan de cualquier manera de que la inflación crezca para que les crezca la rentabilidad”. En este marco, denunció maniobras con el dólar y también minimizó las denuncias y defendió los índices cuestionados del Indec.
“Lo digo como Presidente”, alertó Néstor Kirchner ayer al acusar de modo muy contundente a los fondos de inversión Allianz y Dresdner de poner en duda los índices inflacionarios oficiales con el afán de aumentar el valor de los bonos ajustables por los precios internos en su poder. “Tratan de cualquier manera de que la inflación crezca para que les crezca la rentabilidad”, sentenció, reclamando a la Justicia que también apunte hacia esos presuntos especuladores. En el mismo discurso de tono belicoso, pronunciado en la Casa de Gobierno al anunciar inversiones energéticas, también disparó contra los empresarios españoles que el día anterior reclamaron a su esposa Cristina “un marco estable” para las inversiones de origen hispano, implícita recriminación por el congelamiento tarifario dispuesto tras la devaluación. “Son los lo-bbistas de siempre”, sentenció el mandatario.
Quizás el punto más fuerte de su embestida fue la alusión directa a los fondos de inversión, a los que acusó de una supuesta influencia sobre el staff del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) con el propósito de distorsionar el Indice de Precios al Consumidor hacia arriba. De esa manera, los títulos públicos ajustados por CER tendrían una mayor valorización, lo que redundaría en más beneficio para sus tenedores, los fondos que lo tienen o tuvieron en su cartera.
Graciela Bevacqua, la primera funcionaria desplazada del Indec cuando comenzó el control más directo de Comercio Interior sobre la conformación de las estadísticas, fue oficiosamente sindicada como una supuesta aliada de esos intereses externos al organismo oficial, que el Presidente ayer respaldó de cuajo. “No tengo ninguna duda de que el Indec está trabajando bien” y realiza su labor “con honestidad y cristalinidad”, defendió. El aval presidencial tuvo lugar horas después que el ministro de Economía, Miguel Peirano, removiera de la dirección a Alejandro Barrios, identificado como de la línea de la desplazada Felisa Miceli, reemplazándolo por Ana María Edwin. “Algunos se prestan corporativamente adentro y dirigentes políticos son, por distintos motivos, utilizados por esta gente.”
Kirchner dio incluso precisiones de cómo Allianz y Dresdner habrían perpetrado parte de una maniobra para beneficiarse con los títulos ajustables por CER. “En los últimos días, a través del Citibank, del Deutsch, del Morgan, del Santander y del HBSC, hubo una venta total de más de 300 millones de dólares que se pasaron a dólares.” “Por eso están tratando de hacer que los argentinos no creamos en el índice de inflación. Acá se están moviendo otras cosas y esto lo tendrán que tener en cuenta todos, hasta la Justicia: vienen por el bolsillos de los argentinos.”
De este modo, el Presidente no sólo respaldó la actuación del organismo público, sino que, aunque de modo indirecto, también minimizó las investigaciones judiciales orientadas a corroborar si Guillermo Moreno y Beatriz Paglieri habrían cometido los delitos de incumplimiento de funcionario público y falsificación de instrumento público. En el marco de esta causa, la fiscalía pidió la indagatoria de ambos, cuestión que en Tribunales se resolverá en los próximos días.
Desde su escenario habitual de la Casa Rosada, Kirchner también aludió a las publicaciones de los distintos medios de comunicación sobre la posible presión que habrían realizado inversores extranjeros ante la senadora Cristina, quien el miércoles se entrevistó en Madrid con responsables de firmas ibéricas. “A veces hay maniobras de algunos empresarios españoles que son incorregibles. Los conozco. Viven operando y haciendo lobby desesperadamente siempre”, objetó el mandatario, quien, sin embargo, cuidó que esa sentencia no involucre a empresas que, a instancias del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, relajaron su discurso hacia la administración kirchnerista y prometieron inversiones importantes, Endesa, Telefónica y Repsol entre ellas. “Hay otros que son muy buenos”, rescató sin nombrarlas.
Otra de las defensas que hizo a su gestión fue cuando aclaró que “las únicas inversiones” en el área de la energía que se hicieron desde 1997 hasta ahora “son las nuestras”. Lo hizo en el marco del anuncio del tendido de una línea de alta tensión de 1220 kilómetros que unirá el Noroeste con el Noreste y demandará el desembolso de 2000 millones de pesos de recursos públicos. Nadie podría desmentir los dichos del Presidente. Por el contrario, la estrategia oficial en materia energética tiene dos pilares claros: contener las tarifas residenciales y ejecutar con fondos estatales las inversiones que dejaron de hacer los privados desde la última recesión. Las siete nuevas usinas de electricidad licitadas y por licitar son un ejemplo. Y hasta las ampliaciones de los gasoductos, que se costean con un cargo que pagan los usuarios industriales, implican una intervención estatal férrea a través del manejo de los fondos fiduciarios nutridos por esa sobretarifa.
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