Como en un revival de la gira presidencial por México, el electo jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, tuvo su serie de encuentros aztecas. El líder de PRO fue recibido por el presidente Felipe Calderón, por el empresario Carlos Slim y por el alcalde del Distrito Federal, Marcelo Ebrard. Con Calderón compartió una hora en la residencia presidencial de Los Pinos. “Nuestros países y ciudades tienen algunos problemas comunes, como el aumento de la inseguridad y la falta de provisión de servicios de calidad en salud, educación y bienestar social, por lo que tenemos que generar sinergias para compartir soluciones”, planteó Macri tras la reunión.

El viaje de Macri repitió algunos de los pasos que siguieron el presidente Néstor Kirchner y la candidata Cristina Fernández, quienes tuvieron encuentros con Calderón, Ebrard y Slim. “Ellos fueron en un viaje oficial y nosotros fuimos recibidos por cortesía”, recordaron cerca del empresario. El presidente de Boca le agregó al menú un encuentro con el titular del gobernante Partido de Acción Nacional, Manuel Espino Barrientos, que preside la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA). Con este último encuentro, Macri reforzó su afinidad ideológica –aunque esta palabra no es habitual en el PRO– con el presidente mexicano.

Desde Compromiso para el Cambio recordaron que la ODCA la integran también el ex presidente brasileño Fernando Cardoso y el mandatario colombiano Alvaro Uribe. El macrismo buscará integrarse a esa organización. El futuro jefe de Gobierno porteño viajó acompañado por su asesor en política exterior, Diego Guelar, quien fue embajador en Washington durante el gobierno de Carlos Menem. Ambos se reunieron con Calderón. Hablaron durante una larga hora, algo que los macristas no dejaron de destacar. “Y eso que no se conocían”, comentaban cerca del empresario.

Calderón felicitó a Macri por su triunfo en las elecciones porteñas y le prometió que le retribuirá la visita una vez que asuma. “Observo en el presidente Calderón y, en general, en el pueblo mexicano una intención de abrirse al mundo de manera inteligente, compitiendo y abriendo espacios de otros mercados. Pero al mismo tiempo defendiendo los intereses nacionales muchas veces limitados por otras grandes potencias”, recitó Macri a la salida del encuentro. No hubo menciones –como en el caso de Kirchner– al muro que piensa construir Estados Unidos en la frontera con México: no sería PRO.

Macri continuó su raid de reuniones apretadas en un solo día con el alcalde del DF. Del encuentro, que duró 45 minutos, los macristas se ocuparon de destacar que Ebrard le explicó cómo funcionaba la prevención del delito en esa ciudad, donde “la policía es controlada por el alcalde”, según se ocuparon de subrayar en PRO, en medio de la pulseada con el Gobierno por el traspaso de la policía.

Macri también conversó con Ebrard sobre contaminación, sobre transporte –el mexicano se refirió a su plan para construir subtes– y sobre espacios públicos. El ingeniero aprovechó también para invitar a su par azteca a que asista a su asunción. Su agenda siguió con el encuentro con Slim. Desde PRO, recordaron que se trata de un “poderoso empresario” y que es “el hombre de negocios más rico del mundo, según la última medición de la revista Fortune”.