EL PAíS › UNO DE LOS EMPLEADOS DEL RECUENTO DE VOTOS CUENTA COMO SE CAYO EL SISTEMA
El escrutinio en Córdoba del domingo pasado fue lento, interminable y muy cuestionado. Julián Castro, 28 años, fue uno de los encargados de cargar los datos y cuenta que entre las dos y las tres de la mañana se cayó el sistema informático. Justo cuando, denunciaron los medios, Juez comenzó a pasar a Schiaretti.
› Por Martín Piqué
Desde Córdoba
Julián Cruz Castro tiene 28 años, es estudiante avanzado de Psicología –ayudante de la cátedra Psicoanálisis en la Universidad de Córdoba– y suele presentarse a las búsquedas de empleos temporarios. Uno de los trabajos más solicitados del rubro es el de data entry, que consiste en ingresar datos por computadora. La semana pasada, Castro consiguió un trabajo a través de Bayton SA, una empresa de recursos humanos contratada por el Correo para proveer el personal que trabajaría en el escrutinio provisorio de la elección. El domingo 2 de septiembre Castro se presentó a las 17.30 en la sede de avenida Colón y General Paz. Se sentó ante una computadora y a las 20 empezó a ingresar al sistema los resultados que aparecían en los telegramas electorales. En ese momento empezó el conteo de votos más dilatado de los últimos años, que duró 16 horas y terminó recién a las 10.30 del lunes. La demora asombró a Castro y a muchos de sus compañeros. “Eran las 4 de la mañana y seguíamos cargando datos y no habíamos llegado ni al 50 por ciento”. La sorpresa era mayúscula dada la velocidad con la que los telegramas se ingresaban –a razón de 10 o 15 por hora, estima Castro– y la cantidad de empleados que se dedicaban a la tarea: unos 70 en forma simultánea. A ese ritmo los resultados deberían haberse conocido mucho antes. Lo que más le llamó la atención al joven estudiante fue que pasadas las 2 de la mañana se cayó el sistema. “Tuvimos que dejar de trabajar. Nos dijeron que estábamos cargando datos demasiado rápido”. En ese momento quienes seguían la transmisión en vivo del escrutinio provisorio se enteraron que Luis Juez había superado por un punto a Juan Schiaretti. “La caída del sistema coincidió con el momento en que Juez pasó a ganar”.
Como los demás contratados por Bayton, el trabajo de Castro comenzó el jueves 30 de agosto y terminó el lunes 3 de septiembre, al día siguiente de la votación. Ese jueves, los temporarios se presentaron en el Correo para hacer una prueba con el sistema informático. No hubo ningún problema. Como confirmó ayer el responsable del servicio electoral del Correo Argentino, Rolando Visconti, el software que se usó en el escrutinio fue elaborado por Convertech SA. Esa empresa fue inscripta el 12 de enero de 2006 en el Registro de Actividades de la Comisión Nacional de Comunicaciones (CNC). “Que se haya caído el sistema es un hecho objetivo de que hay una irregularidad, por lo menos en cuanto al funcionamiento del sistema”, dice Castro. La caída del software coincidió con la interrupción de la cobertura televisiva y radial del escrutinio provisorio.
Los operarios habían sido divididos en dos terminales de data entry que hacían el mismo trabajo para evitar errores: en “Carga 1” ingresaban un telegrama y en “Carga 2” lo volvían a ingresar, para así cotejar datos. En una tercera sección, “Control”, se revisaban los casos que mostraban diferencias. Castro dice que cuando se cayó el sistema, un supervisor les ordenó que dejaran de trabajar. “Nos dijeron que dejáramos de trabajar. Que estábamos cargando datos demasiado rápido”. Las tareas se retomaron entre quince y veinte minutos más tarde. Pero los problemas no terminaron allí. Al volver al trabajo, las computadoras empezaron a contestar “error fatal”, luego de que los operadores ingresaran los datos de cada telegrama. “Nos dijeron, ‘chicos, empiecen a cargar’. Pero las máquinas no andaban, en la pantalla aparecía la leyenda ‘error fatal’. Yo reinicié mi máquina varias veces”.
Julián Castro es hijo de Fidel Angel, ex dirigente del Partido Comunista desaparecido y luego fue puesto a disposición del Poder Ejecutivo. Los represores se ensañaron mucho con él por la coincidencia del nombre: tenían al comunista Fidel Castro. “En una época tan marketinera como la actual, llamarse así podía haber funcionado”, se ríe hoy. A Julián no le resultó fácil decidirse a contar lo que vio en el Correo. Está nervioso y se le nota. Muestra el recibo de la Bayton. La contratación de esa empresa también fue confirmada por el funcionario del Correo de apellido Visconti. Bayton tiene bastante relación con el Correo Argentino: uno de sus directivos, Gustavo Muzlera, fue hasta junio de 2004 responsable de negocios corporativos de la región Centro del Correo Argentino.
El testimonio de Castro confirma algunos hechos que están probados, como que se ingresaron primero los resultados del Interior y luego los de Capital. Como Córdoba está dividida políticamente, esa forma de ingresar los telegramas iba a resultar en una primera tendencia favorable a Schiaretti: así fue. El relato también confirma lo que denunció Juez y que ya fue publicado en detalle, que el sistema informático se cayó justo cuando Juez había superado por un voto a Schiaretti.
–¿Te habían dicho para qué era la búsqueda laboral de Bayton?
–Iba a empezar a trabajar en rondines, que es llevar y traer telegramas, y después quedé como data enter. Los rondines son los que van llevando los telegramas a las computadores donde están los operadores cargando los datos. Son los que entregan los telegramas para cargar y los que los retiran para archivo o control.
–¿A qué hora empezó concretamente el trabajo?
–A las seis nosotros estábamos en las computadoras. Nos habían citado a las cinco y media. Habrá habido doscientas computadoras. Al parecer éramos doscientos, a lo mejor éramos setenta en carga 1 y setenta en carga 2. No tengo el número específico, la gente en masa es difusa, es difícil de numerar bien.
–¿Qué perfil tenían los operarios de data entry que habían sido contratados?
–En su mayoría eran universitarios y trabajadores de call centers, gente que trabaja en distintos tipos de lugares, con acceso a computadoras, conocimiento y rapidez en su manejo.
–¿Cómo se pasaban los resultados a las computadoras?
–Habían tres secciones. Carga 1 era donde se cargaba por primera vez el telegrama. Carga 2 donde se cargaba por segunda vez el mismo telegrama. Tenían que coincidir. El telegrama dice la cantidad de ciudadanos que votaron y la cantidad de votos para cada partido. Vos lo vas cargando, copiás y das enter. El telegrama da datos número por número, columnas, hay telegramas de cuatro columnas, de seis columnas, de cinco. Después de cargarlo en Carga 1 se lo cargaba en Carga 2: se hace de la misma forma que en Carga 1. Le dabas enter y entonces en la computadora aparecía si iba a la bandeja de archivo o a la bandeja de control. Si lo ponías en la bandeja de archivo el rondín lo llevaba a archivo.
–¿Cuando va a archivo, significa que el telegrama coincidía en Carga 1 y Carga 2 y que había sido aprobado por el sistema informático?
–Significa que los dos telegramas coinciden. Si iba a Control era porque no coincidían. Control es como una sección de Carga 1 o Carga 2. Era un compartimiento como el nuestro. Ahí se comparaban los telegramas para pasarlos al archivo.
–¿Quiénes trabajaban en Control?
–En Control había compañeros míos de Bayton. No sé la cantidad. Las otras personas no sé si eran del Correo o no.
–¿El contrato era para trabajar cuántas horas?
–Lo firmamos en pleno trabajo, muy apurados y ni lo leímos.
–¿Les habían dicho a qué hora terminaba el trabajo?
–Se calculaba que hasta las 3 de la mañana o 4. Pero se pensaba que había una demora y ya de entrada nos decían que estábamos demorados. Nosotros empezamos a cargar datos a las 8, 8 y media.
–¿A qué ritmo?
–Trabajamos mucho, muy rápido. Empezábamos con un telegrama y seguíamos con otro. Había quienes lo hacían en 5 minutos, otros 6, 7 o 10. Cuando adquirís práctica te concentrás en los números y ya ni mirás el teclado, mirás solo la computadora para ver que lo que están tecleando coincida con lo que estás escribiendo. Es una forma de trabajo más rápido y te cansás menos. Supongo que hacíamos 10 o 15 telegramas en una hora.
–¿Y cuántas personas eran trabajando al mismo tiempo?
–Eran doscientas personas pero en Carga 1 había setenta, en Carga 2 otros setenta. O cincuenta habrá habido. Pero de todas maneras trabajando de la manera en que se trabajaba, siendo 5800 telegramas... ¡los cargás loco!
–¿Tenían registro de cuántos telegramas ya tenía incorporados el sistema y cuántos faltaban?
–No sabíamos cuántos faltaban. Cuando decíamos cuánto falta nos decían todavía falta, todavía no llegamos a la mitad.
–¿Quién decía eso?
–Los supervisores.
–¿Del Correo o de Bayton?
–No sé.
–¿En algún momento pararon de ingresar telegramas?
–En un momento de la noche se cayó el sistema y tuvimos que dejar de trabajar. Nos dijeron que dejáramos de trabajar porque estábamos cargando datos demasiado rápido. Se comentó que se cayó el sistema.
–¿Vino alguien que les dijo que dejaran de cargar datos?
–Sí.
–¿Y era del Correo?
–Pudo haber sido de Bayton o del Correo.
–¿A qué hora fue que se cayó el sistema?
–Dos y media o tres de la mañana.
–¿Ustedes sabían cómo iban yendo los resultados?
–Se veía que la elección estaba reñida. Tengo entendido que Schiaretti ganaba en el interior pero también que había mucha confusión. Nosotros estábamos dentro del Correo con los celulares apagados y no podíamos escuchar la radio. Cosa que me parece ético.
–Porque hubieran podido pasar datos hacia afuera.
–Por supuesto.
–Mientras incorporaban los datos, ¿sabían quién iba ganando?
–Primero empezamos a cargar Interior y cuando empezó a aparecer Capital nos empezaron a apurar. Dijeron que estábamos demorados y precisaban los datos de Capital. Según tengo entendido, luego lo leí en La Voz del Interior, la caída del sistema coincidió con el momento en que Juez pasaba a ganar. Adentro no lo sabíamos pero luego se corrió la voz de que estaba ganando Juez.
–¿Entre ustedes?
–Sí. Después apareció el mismo Juez. Estaba muy, muy caliente. Muy preocupado.
–¿Qué pasó desde que se cayó el sistema hasta que volvió?
–Cuando se cayó el sistema yo salí a fumar un pucho a la puerta. En el mismo correo, cerca de la computadora.
–¿En un momento les dijeron que había vuelto el sistema?
–Nos dijeron “chicos, empiecen a cargar”. Pero las máquinas no andaban, en la pantalla aparecía la leyenda “error fatal”. Yo reinicié mi máquina varias veces pero a lo mejor es porque soy neurótico. Solamente en Carga 2 decía “error fatal”, porque es el control de Carga 1. “Error fatal” es cuando vos das enter y el sistema en vez de mandar el telegrama al archivo o a control te daba error fatal.
–¿Cuándo empezó a pasar eso?
–Más o menos a las dos o tres de la mañana.
–¿Hasta qué hora cargaron telegramas?
–Yo me fui a las seis de la mañana, hubo gente que se fue a las ocho y muchos trabajaron hasta las 12. Yo tenía que entrar a trabajar en otro lado a las 7 de la mañana. No nos imaginamos que iba a tardar tanto. Teníamos compromisos. A las cuatro de la mañana nos dijeron que nos fuéramos a la hora que nos fuéramos íbamos a cobrar hasta las 12 del mediodía. Una de las cosas que más me llamó la atención fue que yo cargué aproximadamente dos o tres telegramas, y le pregunté a una amiga y a ella le pasó lo mismo, que decían “cantidad de ciudadanos que votaron: 216, cantidad de votos impugnados: 216”.
–¿Por qué se tardó tanto si eran unos setenta trabajadores a un ritmo de 10 telegramas por hora como mínimo?
–Me llama la atención. En Santa Fe con un electorado similar y un sistema igual, a las tres de la mañana se había terminado.
–¿Ustedes creen que se cargaron dos veces los mismos telegramas?
–No puedo decir eso. No tengo ni idea de por qué se tardó tanto. Cuando nos fuimos nos dijeron que el cheque lo íbamos a cobrar el viernes. Que nos comunicáramos. Al cheque no lo cobré todavía.
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