Desde la izquierda, el kirchnerismo, la Coalición Cívica y partidos propios, referentes piqueteros se postulan para presidente o legisladores. Pocos tienen posibilidades reales de entrar.
› Por Laura Vales
Las boletas para las elecciones de octubre van a llevar una decena de nombres piqueteros, la mayoría como legisladores provinciales bonaerenses, pero también hay tres candidatos a diputados nacionales y dos que se postulan a presidente. Los movimientos sociales que se sumaron al kirchnerismo son los que más dificultades tuvieron para hacerse un lugar en las boletas, en las que quedaron muy por debajo de sus expectativas de reconocimiento. La izquierda lleva a un piquetero encabezando una lista y hay otros que se presentan con un partido propio. Los que tienen chances reales de resultar electos son pocos; el resto figura como relleno o son candidaturas testimoniales.
A seis años de distancia del 2001, que haya candidatos piqueteros ya no es una novedad. Los que se presentan –como Néstor Pitrola, del Polo Obrero, o Alicia Sánchez, la mujer de Luis D’Elía– integran fuerzas que aunque a fines de la década del ‘90 se sumaron al entonces creciente fenómeno piquetero, nunca renegaron del sistema de partidos. En cambio, sí es curioso el caso de Toty Flores, el referente del MTD de La Matanza, un movimiento que a fines de la década del ’90 se hizo conocido como la más antisistema de las agrupaciones de desocupados. El MTD tuvo gran difusión porque en la época más oscura de la crisis económica sus integrantes se negaron a aceptar planes Trabajar por considerarlos una herramienta de sometimiento político. Al mismo tiempo se organizaron con prácticas asamblearias que desafiaban la idea de que la representación sirviera para algo. Por eso fue una sorpresa que Flores haya decidido ahora presentarse como candidato a diputado nacional. Lo hará en la lista de la Coalición Cívica de Elisa Carrió.
–¿Por qué?
–Lo pensamos como un amplificador –dice Flores–. En un momento en que el movimiento piquetero se achica, agotándose en sí mismo, estamos buscando cómo abrir la experiencia.
Carrió visitó el barrio hace un año para participar en una charla organizada por el MTD. “En realidad vinieron políticos de todos los pelajes, pero con ella hubo sintonía”, dice Flores. En diciembre, la líder de la Coalición Cívica le propuso sumarse como candidato. Flores cuenta que lo discutieron durante varios meses dentro del MTD. “Nosotros teníamos pendiente cómo intervenir en la cuestión política más general, no éramos ingenuos cuando armamos el movimiento piquetero.”
–¿Y el Congreso les pareció una buena institución para entrar?
–Yo sé que vamos a un lugar desprestigiado. Es cierto: no debe haber peor lugar. El tema es si los lugares cambian a los hombres o si los hombres hacen a los lugares. Y, además, tenemos la libertad de irnos, porque no estamos pensando en hacer carrera.
Flores va quinto en la lista de candidatos a diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. Margarita Stolbizer tendría que hacer una muy buena elección para que él pudiera entrar. Quedó metido, además, en la contradicción de estar en la misma fuerza que propone volver a poner en el Congreso a Patricia Bullrich, ex ministra de Trabajo que fue calificada como antipiquetera.
El kirchnerismo raleó la presencia piquetera de sus listas. Los dirigentes de los movimientos sociales que acompañan la gestión del Gobierno pidieron tener lugares en todas las boletas bonaerenses, meter cuatro nombres en las listas de diputados nacionales, ocho en la de legisladores provinciales y sesenta concejales. Les dieron bastante menos.
Luis D’Elía, de la Federación de Tierra y Vivienda, consiguió que su mujer, Alicia Sánchez, fuera como senadora provincial por la tercera sección electoral. Adriana Tolosa, de la FTV, también irá como candidata a diputada bonaerense, y Sandra Cruz –del Frente Transversal– tendrá un espacio también como diputada.
D’Elía no ocultó su decepción por lo escaso del número. “Fue una negociación muy difícil contra el PJ encabezado por (el presidente de la Cámara de Diputados y compañero de fórmula de Daniel Scioli) Alberto Balestrini, que arremetió contra las organizaciones sociales”, definió. El mismo fue uno de los que se quedó fuera de las listas, ya que aspiraba a ser diputado nacional.
El Movimiento Evita logró poner dos candidatos a la Legislatura bonaerense y dos diputados nacionales. Se trata de Santiago Martorell y Alfredo Antonuccio (a senador y diputado provincial, respectivamente), a Adela Segarra y Gloria Bidegain (a diputadas).
Jorge Ceballos, de Barrios de Pie, es otro de los que sufrieron hasta último momento; recién el sábado a la noche, después de advertir que si no lo apoyaban iría con una lista propia, consiguió la autorización del Frente para la Victoria para pelear por la intendencia de La Matanza. El subsecretario de Organización Popular de Desarrollo Social competirá sin ninguna oportunidad de ganar con el candidato oficial, Fernando Espinoza, el hombre de Balestrini. “De mínima, la elección nos va a dejar parados como una referencia en La Matanza. Donde antes había un solo color ahora va a haber otra alternativa, con presencia en el Concejo Deliberante y visibles para las elecciones que siguen.”
Néstor Pitrola es candidato a presidente por el Partido Obrero. Ya se había presentado en el 2005, cuando se postuló a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires. “Sacamos 98.500 votos, el 1,5 por ciento del padrón, lo que consideramos un buen resultado”, evalúa. Pitrola se inició en la militancia en el gremio gráfico, se sumó después al movimiento piquetero enviado por su partido y ahora, cuenta, se reparte entre lo político y lo social. “El movimiento de desocupados cambió porque fue cooptado por el kirchnerismo, pero al mismo tiempo las contradicciones sociales que le dieron origen continúan. En el Polo Obrero seguimos siendo piqueteros, pero tenemos más frentes de lucha.”
Gustavo Giménez, líder del Movimiento Teresa Vive, va como candidato a legislador bonaerense del MST-Unite. Y Raúl Castells se presenta como candidato a presidente con un partido propio, el del Movimiento de Jubilados y Desocupados (MIJD), que postula a Nina Peloso como vicepresidenta y, además, gobernadora bonaerense. Castells presentó listas en diez provincias, “son 2300 candidatos, todos del movimiento”, describe. No tiene chances de ganar prácticamente en ningún lado, pero considera que presentarse “ya es un triunfo”.
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