EL PAíS › CFK HABLO DE LA DEUDA CON EL CLUB DE PARIS EN UNA REUNION CON EMPRESARIOS
La candidata fue recibida por integrantes de la Cámara de Industria y Comercio alemana. Le preguntaron por la crisis energética, el índice de inflación y la deuda con el Club de París. Dijo que hay voluntad de pagar, pero sin el FMI de por medio.
› Por Fernando Cibeira
desde Berlín
En la única presentación pública que tendrá durante su visita a Alemania y Austria, Cristina Fernández de Kirchner volvió a mostrar a la Argentina como una tierra de oportunidades para hacer negocios. Lo hizo ante los empresarios alemanes nucleados en la poderosa DIHK, la Cámara de Industria y Comercio. La candidata presidencial recibió preguntas sobre la crisis energética, el índice de inflación y la deuda que el país mantiene con el Club de París, de la cual Alemania es el principal acreedor. Sobre este punto, Cristina ratificó la política que ha seguido su marido, el presidente Néstor Kirchner, de no renegociar a través del FMI, tal como pretenden los países que integran el organismo. “La vocación del gobierno argentino es la de pagar. Pero el problema que tenemos es que se nos exige someternos a un plan de condicionalidades del Fondo Monetario Internacional. Esto es imposible en términos políticos, económicos y lógicos”, sostuvo. No sería extraño que la cuestión de la deuda surja de nuevo hoy, cuando Cristina Kirchner se reúna con la canciller Angela Merkel, en el punto más importante de su viaje.
La candidata reconoció que la deuda, de unos 5500 millones de dólares, complica las posibilidades de financiamiento exterior y que la voluntad del Gobierno –del actual y del suyo, si es que gana las elecciones– es la de conversar país con país. Con España, por ejemplo, Argentina hizo una refinanciación aparte. Los acreedores argentinos son en total 19 países, entre los que se encuentra Estados Unidos, que presiona para devolverle al Fondo su papel preponderante en la orientación de la economía argentina. Ayer, Cristina Kirchner recordó el papel jugado por el organismo en los noventa, cuando mostraba a Carlos Menem como “su alumno más dilecto”.
La senadora hizo su presentación en la moderna sede de la DIHK, un espectacular edificio con exterior de vidrio a pocas cuadras de la Alexanderplatz. La escucharon unos treinta empresarios, la mayoría de ellos con inversiones en la Argentina. Junto a ella se sentaron las autoridades de la Cámara, Michael Pfeiffer, Rolf Schumacher y Matthias Kleinhempel, presidente de Siemens en la Argentina. Esta empresa, justamente, tuvo un rol decisivo en la organización del encuentro. Además, hoy por la mañana, Cristina Kirchner visitará su fábrica en las afueras de Berlín.
Las palabras de presentación de los empresarios fueron ampliamente favorables al rumbo del Gobierno y dieron casi por hecho que la senadora será la próxima presidenta. “En los últimos cinco años nos ha ido muy bien y cada año nos va un poquito mejor. Nos gustaría que nos explique cómo va a mejorar la situación en los próximos años”, la presentó Kleinhempel en castellano. Indudablemente no buscó poner a la candidata en aprietos.
Cristina mostró en Alemania un discurso que ya se nota bien aprendido. Recordó la crisis argentina de 2001 y los índices de desocupación, pobreza e indigencia de cuando su esposo asumió la presidencia. Luego mencionó los actuales, resaltando el de la desocupación del 7,8 por ciento. “¿Cómo se hizo todo esto? ¿Es obra de la magia?”, preguntó entonces. Y habló de las virtudes de un modelo de “matriz diversificada”, en el que la producción del campo no es incompatible con el desarrollo industrial.
El discurso duró unos 25 minutos y dio paso a las preguntas que fueron apenas dos porque no dieron tiempo a más. La primera fue de un directivo de la empresa BASF, que es el tercer productor de gas del país, con inversiones en Neuquén y Tierra del Fuego por un total de 400 millones de dólares, según la información que dio al presentarse. La pregunta fue, obviamente, por el futuro de la explotación de gas y la situación energética del país.
La candidata criticó la política de haber sido “excesivamente dependientes” del gas. Ya antes, previendo que alguna de las preguntas iría en ese sentido, habló sobre la crisis energética. “La energía es un problema en todas partes”, aseguró. Dijo que al plan energético presentado hace tres años se le están agregando obras. Detalló la reactivación de las centrales nucleares de Atucha, en las que participa Siemens, que ganó la licitación para construir cuatro usinas. Ante la pregunta del directivo de BASF, la senadora mencionó obras por un total de 50 mil millones de pesos que tendrían por objetivo diversificar la oferta energética.
Algo que sorprendió a la comitiva argentina, lo comentó luego el canciller Jorge Taiana, es que la fábrica de Volkswagen en Wolfsburgo funcionara a carbón que traen en barcos a través de los canales, casi como si fuera de otro siglo. Cristina mencionó el caso y dijo que en la mina de Río Turbio, ahora en manos del Estado, hay reservas como para “150 o 200 años” de carbón.
La segunda pregunta la hizo una periodista alemana de la agencia Reuters, que quiso saber cómo haría en su gobierno para solucionar el problema de la inflación y la deuda con el Club de París. Aunque la pregunta no se dirigía directamente a eso, la primera dama tomó el tema del Indec. “La forma de medir la inflación no es la Biblia, ni el Corán, ni el Talmud”, reiteró tal como lo hiciera la semana pasada en la reunión de IDEA. Justificó la decisión de cambiarla porque en el rubro turismo se toma en cuenta el precio de los viajes a Cancún y al Caribe, dos destinos que emparentó con la época del uno a uno. O también porque se incluye el precio de las universidades privadas cuando la universidad pública gratuita “es distintiva” en la Argentina. Y reiteró su convencimiento de que detrás de las críticas a los índices que difunde el cuestionado organismo “hay intereses encubiertos” debido a que el 42 por ciento de la deuda externa renegociada se actualiza por el índice CER que tiene en cuenta la inflación.
Cristina se fue con aplausos y, tal como hizo al ingresar, agradeciendo a izquierda y derecha. La cadena de televisión alemana DW le hizo unas preguntas antes de que se fuera. “Argentina es un país de oportunidades, donde se puede invertir y ganar dinero”, promocionó quien todavía es candidata, aunque en ningún momento habla de campaña ni de la elección de la que participará.
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