El índice de salarios de julio muestra que tanto en el mes como en los últimos doce y en lo que va del año, la mejora en el sector público supera a la del privado. Ambos, a la vez, aventajan a las estimaciones más pesimistas de inflación en dichos períodos.
La recuperación salarial en el sector público se ubicó por encima de la observada para los privados en el mes de julio, tanto de los trabajadores en blanco como de los no registrados. El Indice de Salarios que elabora el Indec reflejó una mejora del 3,9 por ciento en los sueldos estatales en dicho mes, contra 1,9 por ciento de los trabajadores registrados y 1,4 por ciento de los asalariados en negro, en ambos casos de la actividad privada. Pero en los tres casos la mejora mensual resultó superior a las estimaciones de inflación de los analistas que desconfían del Indice de Precios oficial.
La carrera de los salarios contra la inflación reconoce distintas etapas desde el fin de convertibilidad hasta este año. En 2002, con la devaluación y el retorno de la suba de precios (hasta 2001 se verificaba una leve pero persistente deflación, valga recordarlo), las distintas categorías de trabajadores (los que mantuvieron el empleo) perdieron fuertemente capacidad adquisitiva. En el caso de los trabajadores no registrados (en negro), se verificó hasta mediados de 2003 inclusive un retroceso de salarios nominales, es decir que perdían doblemente: cobraban menos y los precios de sus bienes de consumo eran más caros que un año y medio atrás. En tanto, en el sector público los salarios permanecían congelados y los del sector privado registrado crecían, pero por debajo del ritmo de la inflación.
Con la recuperación económica, la mejora en el empleo y la estabilización de los precios de los años siguientes se dio el marco para una recuperación salarial, que se verificó primero para los registrados del sector privado (desde fines de 2003), con un leve retraso entre los no registrados privados (principios de 2004) y tardíamente en el sector público (a partir de 2005).
Estas diferencias temporales entre los tres sectores en que divide el espectro laboral el Indec tuvo como consecuencia que se llegara, a la primera mitad de 2006, con una recuperación de los salarios privados en blanco que superaba la inflación, un aumento de las retribuciones de los privados en negro que apenas alcanzaba a poco más de la mitad de la inflación acumulada desde fines de 2001, y una evolución del salario del sector público que mostraba incrementos inferiores a los de los trabajadores en negro.
Era evidente, por entonces, que la reactivación había favorecido más a los empleados del sector privado registrado, que además de disponer de más ofertas de trabajo, habían recuperado las negociaciones colectivas como institución reguladora del piso salarial. Los trabajadores en negro, aunque en condiciones laborales precarizadas, también se vieron beneficiados por el efecto arrastre de los salarios en blanco, después de haber sido el sector más castigado durante la crisis.
Desde julio de 2006 a julio de 2007 se observa un fenómeno significativo. La evolución de salarios, en las tres categorías, se ubica por encima del 18 por ciento. Es decir, supera las estimaciones más pesimistas respecto de la denominada “inflación real” (en contraposición a la sospechada medición del Indec). Pero, además, en las dos categorías más atrasadas es donde se dan las recuperaciones más fuertes. Los salarios del sector público subieron en esos 12 meses en un 26,3 por ciento, en el sector privado no registrado lo hicieron en un 21,8 por ciento y en el privado en blanco, el 18,2. Esto es, que existiría una tendencia al equilibrio entre las distintas categorías, al mismo tiempo que se recuperan los salarios en cada una de ellas en relación con la inflación.
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