Como no había ocurrido en toda la campaña, y como si todavía estuviera en ella, Juan Schiaretti encabezó una extensa caravana automovilística que bordeó toda la ciudad de Córdoba. Lo hizo con dos consignas: respaldar su “triunfo” como gobernador y decirle “no al golpe de (Luis) Juez”, que le disputa la victoria en el recuento definitivo de la elección realizada hace diez días. Desde una camioneta especialmente acondicionada, Schiaretti y su compañero de fórmula, Héctor “Pichi” Campana, agitaban los brazos y respondían con besos los saludos que recibían desde miles de vehículos que exhibían todo el cotillón sobrante de la pelea proselitista, movilizados por el poderoso aparato pejotista del interior provincial y la militancia de la capital cordobesa. El oficialismo acompañó la pulseada callejera con el juecismo en la TV, a través de un prolongado y “didáctico” spot publicitario que rechaza el pedido opositor de contar voto a voto.

Antes de que la marcha arrancara, y cuando la caravana pejotista ya había colapsado el tránsito en el cruce de la Avenida de Circunvalación y la Ruta 9, Schiaretti enfrentó una también multitudinaria conferencia de prensa. “Cada día más se desmoronan las mentiras que dijo el intendente Juez, a pesar de que cada día inventa una nueva, y el escrutinio definitivo marca lo que dijo el provisorio. Ya hay escrutadas cerca de 1800 mesas, un 30 por ciento del total, y todo indica que se mantiene la tendencia de nuestro triunfo. Nosotros no apretamos a la Justicia”, insistió el delfín delasotista. Y volvió a proclamarse “gobernador electo”.

El propio Schiaretti se encargó de ponerle cifras a la movilización que lo respaldó: “Hay unos cinco mil vehículos, la caravana tiene 15 kilómetros de largo y nos acompañan más de 15 mil personas”, dijo a los periodistas, apoyado en los datos que le suministraba un helicóptero contratado por el PJ, que sobrevolaba de ida y vuelta las columnas sobre distintos puntos del camino de Circunvalación.

El extenso desfile de vehículos, que bordeó la ciudad de Córdoba de sur a norte para terminar en las cercanías del aeropuerto de Pajas Blancas, estaba compuesto por un variado conjunto: se veían desde múltiples modelos de camionetas 4x4, lujosos automóviles deportivos, micros, camiones, coches desvencijados y hasta un tractor, provenientes de todas las localidades del interior cordobés y de la capital. Todos embanderados con carteles y una consigna principal: “No al golpe de Juez”.

Al frente iba una Trafic blanca, desde donde Schiaretti y Campana asomaban parte de su cuerpo, parados sobre un banco de hierro soldado al piso de la camioneta. Junto al conductor estaban las respectivas esposas de los integrantes de la fórmula de Unión por Córdoba.

En la rueda de prensa previa, Campana se mantuvo detrás de Schiaretti y no quiso abrir la boca. “Es una decisión de la Justicia. Es a la que le corresponde decidir cómo se realizará el escrutinio de acuerdo a la ley cordobesa. Nosotros no estamos por encima de la ley y la Justicia, aceptamos lo que ella decida”, respondió Schiaretti cuando le preguntaron si aceptaría el recuento voto a voto, como admitió Campana en un programa periodístico porteño. En ese momento, la figura del ex basquetbolista pareció mimetizarse entre la gente que lo abrazaba, saludaba y alentaba, como en un partido de la Liga.

Antes, el “gobernador electo” había embestido contra el intendente de Córdoba. “Creo que ahí se desgrana toda la coalición que apoyó a Juez. Hay otra fuerza, como el Movimiento Vecinal, que va a hacer un bloque propio y va a acatar la decisión judicial. La actitud de (Benigno) Rins es de sentido común”, repitió Schiaretti cuando le recordaron que el compañero de fórmula de su propio competidor, el intendente radical de Río Cuarto, dijo que votará a Cristina Kirchner para “respaldar la Concertación Plural”, contrariando la postura de Juez de votar en blanco en las elecciones nacionales.

Cuando la caravana ya había culminado su recorrido sin entrar en la ciudad, un extenso spot de TV, sin logo que identifique su origen, dominaba las tandas publicitarias en los canales locales. Una voz en off, acompañada por dibujos afirmaba que “las urnas ya se abrieron” para descalificar el reclamo juecista del conteo sufragio a sufragio. En el PJ consideran que le ganaron a Juez la batalla callejera, pero no aún la “pelea mediática”, la única compulsa que admiten ir perdiendo.