Tras la suspensión del paro, los trabajadores del subte y la empresa Metrovías comenzarán hoy las negociaciones. Representantes de las partes se reunirán esta tarde en la Defensoría del Pueblo de la Nación; también fueron convocados la Unión Tranviarios Automotor (UTA), la Secretaría de Transportes y la CNRT. Por una mediación del defensor, Eduardo Mondino, ayer los servicios funcionaron normalmente. Ahora, el cuerpo de delegados y la empresa intentarán avanzar en un acuerdo. Los trabajadores reclaman a Metrovías que deje sin efecto el despido de un delegado y cerca de sesenta sanciones enviadas a otros operarios.

La apertura de la mesa de diálogo se realizará a las 15 en el edificio de la Defensoría, ubicado en Suipacha al 300. La idea para este primer encuentro es definir un temario y un cronograma discusión. Mondino anticipó que a su criterio no hay que esperar una solución rápida para los subtes, por la complejidad de los temas que deben resolverse. Pero los delegados hablaron de una suspensión del paro “por 48 horas”, es decir sólo hasta el viernes.

Ocurre que ese día se pagan los sueldos, y entonces se verá si Metrovías aplicó descuentos al personal que participó en asambleas o que realizó medidas de fuerza, una de las formas de sanción por las que se había convocado a la huelga. Al mismo tiempo, pusieron como condición para el diálogo que se reincorporara al delegado Néstor Segovia, para cuyo despido la empresa ya inició un juicio de desafuero.

El conflicto viene de agosto, cuando los delegados comenzaron a denunciar la falta de mantenimiento de los trenes, y se agravó por el enfrentamiento entre los gremialistas de base y la dirigencia de la Unión Tranviarios Automotor (UTA), que no respaldó los reclamos. Durante todo septiembre hubo denuncias cruzadas: los delegados acusaron a la concesionaria de usar trenes con deficiencias y la empresa los acusó a su vez de sabotear el servicio y producir demoras. La concesionaria también fue respaldada por el Gobierno, que en vísperas del paro lo calificó de “caprichoso”.

Ayer, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, anticipó su regreso de Nueva York, donde participaba de la gira que encabeza el presidente Néstor Kirchner, para seguir de cerca el conflicto. Su ministerio tendrá un rol de garante en estas negociaciones. Consultado sobre la situación, Tomada cuestionó al cuerpo de delegados: “Este grupo, que quizás ha perdido el carácter representativo, nunca puede usar esa metodología”, sostuvo.

El ministro agregó que escucharán los reclamos por falta de seguridad, pero sostuvo que “la proporción del daño que causan (al realizar paros) también es un elemento a tener en cuenta cuando se habla del conflicto”.

Los temas a discutir son, como se ve, más amplios que los de un conflicto laboral tradicional, ya que hacen a la calidad de los servicios (por las denuncias de falta de mantenimiento en los trenes), a las atribuciones que tienen o no los trabajadores (por las acusaciones de sabotaje y de demora a la salida de los trenes que formuló la empresa), a la representación gremial (la UTA versus el cuerpo de delegados) y a las sanciones que puede aplicar la concesionaria. Incluso a los sistemas de vigilancia implementados sobre el personal: uno de los puntos en discusión es que Metrovías ha colocado 47 cámaras de TV en el taller de Constitución. La empresa alega que están destinadas a reforzar la seguridad.