Dom 14.10.2007

EL PAíS  › LA INFLUENCIA MASCULINA EN LOS CUARTOS OSCUROS

El voto femenino

Una encuesta revela que siete de cada diez mujeres del país deciden su voto en forma autónoma o, si se quiere, tres de cada diez votan de acuerdo con lo que dispone un hombre. Para algunos, un avance. Otros todavía se indignan.

› Por Alejandra Dandan

La escena tiene algunos años. Sucedió en 1995, durante un trabajo de campo en la provincia de Corrientes. Una de las consultoras más reconocidas del país le preguntó a una mujer del pueblo sobre su voto, si sabía o “pensaba” a quién iba a votar. La sorpresa se la llevó con la respuesta. La mujer dio vuelta la cara, y buscó al marido:

–¡Viejo! –exclamó–. ¿Yo pienso?

A muchos años de aquello, un estudio del Instituto de Opinión Pública y Proyectos Sociales (IOPPS) apenas terminado indaga acerca de la continuidad o ruptura con aquel mandato. De acuerdo a las conclusiones, siete de cada diez mujeres del país decide su voto en forma autónoma o, si se quiere, tres de cada diez vota de acuerdo a lo que dispone uno de los hombres de su casa. Políticas, sociólogas y especialistas en género consultadas por Página/12 leyeron los resultados como un “gran avance” en la autonomía de la mujer.

La encuestadora IOPPS tomó 1200 casos de mujeres mayores de 18 años de todo el país que conviven en hogares donde existe al menos la presencia de un varón en el rol de marido, padre, hermano o demás alternativas. El sondeo se hizo entre 2006 y 2007. Los encuestadores intentaron determinar cuáles pueden ser los factores de coyuntura o estructurales que se ponen en juego a la hora de decidir el voto. Entre ellos, tuvieron en cuenta la lógica del mandato paterno y su juego.

Los resultados poseen más de una lectura. Una primera impresión muestra la presencia de una sociedad de mujeres preponderantemente modernas. La mayor parte de ellas no tomó en cuenta el peso del sexo en las respuestas de análisis políticos. Un 69,6 por ciento dijo que las mujeres y los varones saben “por igual” de política; 66 por ciento aseguró que los temas políticos son preferentemente conversaciones “por igual” de varones y de mujeres y 74,4 por ciento dijo que prefiere “por igual” a varones y mujeres como colaborador o militante en los partidos políticos.

Los resultados más sorprendentes se refieren a la decisión del voto.

De acuerdo con las mediciones de IOPPS, en un 31,9 por ciento de los hogares donde viven mujeres y hombres la opinión del hombre para decidir a quién votar es decisiva o “muy importante” porque “él es el que más sabe de política” o “él está más informado”.

Las respuestas de ese 31,9 por ciento de mujeres se acentuaron cuando el encuestador preguntó concretamente si “usted le pregunta a su marido (padre, hermano, suegro, etc.) por quién es más conveniente votar”. Un 24,5 por ciento aseguró que “Sí” y 6,1 por ciento explicó que “algunas veces”. Cuando esas mujeres llegan al cuarto oscuro la mayoría dice hacerle caso a lo que sugirió el varón. Los resultados varían de acuerdo al grado de instrucción. En un hogar con dos varones, la voz más escuchada a la hora del voto suele ser la del más instruido. Lo mismo sucede con las interpretaciones por estratos: los mandatos se observan en ricos y pobres.

“Cosa de machos”

Antonio De Tommaso es director de IOPPS. En su hipótesis más extrema, considera que los datos de la encuesta son temibles en términos de democratización, de derechos ciudadanos y de institucionalidad para esta etapa del país. “Que el 30 por ciento de las mujeres no decida su voto –explica– significa que ¡3.000.000! de mujeres el próximo domingo 28 no van a decidir de forma individual y privadísima su propio voto. Habrá quienes hagan lo que el varón de su casa diga, por temor o porque sencillamente creen que la política es cosa de machos.”

En el otro extremo están las mujeres que no piensan de la misma manera. Algunas especialistas en análisis de discurso político y estadistas valoran el estudio de IOPPS pero no coinciden con la mirada ni con la evaluación de la toma de datos.

Una de ellas es Diana Maffía, filósofa, legisladora recién electa por el ARI en la Ciudad de Buenos Aires y referente histórica del movimiento de mujeres. Ella anota como faltante de la muestra –y por lo tanto como un dato indicador– la pregunta sobre el voto de los hombres. “¿Por qué nadie pregunta cómo vota un varón?”, dice casi retóricamente. “Que ni siquiera se formule la pregunta ya es un signo de subordinación, de una determinada mirada que observa en función de esa primera idea preconcebida del voto dependiente”. Según Maffía, cuando se discutió la Ley del voto femenino hace sesenta años lo que aparecía en los debates del Congreso eran los temores de los diputados porque se suponía que el voto de las mujeres no lo decían los maridos sino los curas. En ese sentido, ella cree que estos nuevos datos son un avance. Al principio, las mujeres solían sufragar igual que los varones. Un dato –explica– que salía por la comparación de las mesas de varones y de mujeres. “Eso fue así hasta 1983, cuando el voto empezó a cambiar y la mujer empezó a autonomizarse”, dice Maffía.

Virginia Franganillo es socióloga y fue una de las creadoras del Consejo Nacional de la Mujer. También considera los datos de la encuesta como un avance, pero no cree que el inicio del despegue del voto de la mujer se haya dado con el alfonsinismo, sino una década antes. “Creo que en los ’40 de forma temprana en relación al resto de Latinoamérica, el peronismo organizó políticamente a las mujeres y eso fue un dato cultural muy fuerte que tuvo un impacto después. En los ’70, la participación de las mujeres en las organizaciones sociales y políticas fue muy fuerte y estuvimos a la par de los hombres. Aunque no tenemos información como para compararlo, hay un dato que todos nosotros manejamos y es que en 1983 el padrón de afiliaciones de la UCR y del PJ eran 50 por ciento. Lo que pasó luego de la democracia es que se instaló la mujer como agenda pública y como parte del debate social y se dieron los procesos actuales que se están dando en todo el mundo.”

La mitad más llena

Analía del Franco es la dueña de la imagen de Corrientes de 1995, del registro de aquella voz del “Viejo, ¿yo pienso?” en la que todavía se queda pensando. Desde ese lugar, ella mira la encuesta de IOPPS ahora y dice: “Yo me quedo con el siete de cada diez, o el vaso más lleno que vacío”. Ella que es socióloga y una de especialistas políticas en diseños de campaña, está convencida de que el universo de las votantes no es lo que era. Todavía nadie sabe si esos cambios son los responsables de que haya dos mujeres entre las favoritas para los próximos comicios o que la presencia de ellas haya generado los cambios. Lo que detectó es:

1. Mayor nivel de desinhibición entre las mujeres porque ahora responden en las encuestas y aunque no conozcan del tema actúan como los hombres: hacen de cuenta que saben.

2. En contra de lo que suponía, las mujeres votan por las mujeres.

“Antes, la mujer tendía a votar a los candidatos más conservadores o paternalistas porque buscaba seguridades. Para ganarse el voto femenino tenían que hablar de la familia, de salarios y ahora no porque hay menos diferenciación. Si bien es cierto que ellas piensan más en sus hijos, como muchas tienen el rol de jefas de hogar están ubicadas en otro espacio. Ni hablar de Capital Federal. A Elisa Carrió la votan más las mujeres porque es más reactiva con los hombres. Y si bien hay un sector en los niveles medios y urbanos más críticos con Cristina Kirchner, eso no tiene que ver con ser mujer, sino que son críticos al oficialismo, y allí se juegan varias cosas. Ahí todo parece quedar en el juego de las críticas por si se pinta o es simpática, pero en realidad es gente que no tiene ganas de votar al oficialismo.”

Los numeros

En su opinión, ¿los varones saben más de política que las mujeres, a la inversa o por igual?


Saben más los varones 25,0
Saben más las mujeres 5,8
Los dos por igual 69,2


En su opinión, los temas políticos ¿son preferentemente conversaciones de mujeres, de varones o de los dos por igual?


Más de varones 30,4
Más de mujeres 3,6
Los dos por igual 66,0


En los partidos políticos, ¿a quiénes prefieren como colaborador o militante: a los varones, a las mujeres o a los dos por igual?


Más a los varones 18,0
Más a las mujeres 7,6
A los dos por igual 74,4


Concretamente..., usted le pregunta a su marido (padre, hermano, suegro, etc.) ¿por quién es más conveniente votar?


Sí, siempre 24,5
Algunas veces 6,1
Nunca 69,4


Fuente: Fundación IOPPS Instituto de Opinión Pública y Proyectos Sociales. Dirección: Dr. Antonio De Tommaso.

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