“El fallo ratifica la igualdad de oportunidades que tenemos los argentinos”, celebró Francisco de Narváez desde Mar del Plata. “Nunca dudé de que éste iba a ser el fallo de la Justicia”, agregó el candidato. Le habían avisado que su postulación a gobernador por la alianza Unión-PRO había sido habilitada por la Suprema Corte bonaerense. “Estoy muy contento”, comentó. El tribunal había desechado por seis votos a uno el pedido de inhabilitación presentado por el lavagnismo. Esa presentación buscaba impedir que De Narváez fuera candidato por haber nacido en Colombia. Aunque es aliado de Mauricio Macri y en el 2003 se alineó con Carlos Menem, recibió un decidido apoyo de la Rosada para obtener la habilitación de su candidatura. La explicación: tras la decisión relacionada con De Narváez el tribunal se expediría sobre Daniel Scioli, tambien impugnado por el lavagnismo.

Con el voto afirmativo de seis magistrados y uno en disidencia, la Justicia lo autorizó a ser candidato. “Cumple con los requisitos legales exigibles”, resolvió la Suprema Corte. El tribunal revisó la semana pasada un criterio que había sostenido desde hace más de dos décadas: que las resoluciones de la junta electoral bonaerense no son apelables. La junta había aprobado las candidaturas de De Narváez y Scioli. Pero la Suprema Corte decidió que igualmente las examinaría. Por eso, el tema llamó la atención.

El suspenso se terminó ayer a la tarde. Y el empresario del tatuaje en el cuello pudo sonreír. Ahora resta el pronunciamiento sobre los pedidos de inhabilitación contra Scioli, a quien se le reprocha no tener los años de residencia en la provincia necesarios para ser candidato. Uno de sus competidores e impugnadores, el candidato del lavagnismo Jorge Sarghini, pronosticó que el candidato oficialista tendría la misma suerte.

Quienes gustan de las curiosidades de la política, estarán de parabienes con la confirmación de que De Narváez será, finalmente, candidato.

El empresario es un candidato atípico no sólo por ser colombiano: también es el accionista mayoritario del canal América y el propietario de El Cronista Comercial.

El empresario combina una pública devoción por los iconos del peronismo clásico (es el dueño del uniforme de gala del general Perón, que compró en 93 mil dólares) con cierta preocupación por mostrarse actualizado en las novedades de la tecnología. De Narváez debe ser de los pocos candidatos que se preocuparon por hacer campaña en Second Life, una comunidad virtual de Internet en la que suelen participar tres mil argentinos. ¿Qué alternativa encontró el propietario de medios para combinar peronismo y tecnología? A través de sus colaboradores, creó en la realidad virtual una unidad básica y un Museo Peronista.

Para la campaña más tradicional, De Narváez eligió concentrar su campaña en la denuncia de la inseguridad. Como blancos de sus cuestionamientos eligió al gobernador Felipe Solá y al ministro León Arslanian. “Como dijo un presidente norteamericano el tema ‘es la economía, estúpido’, yo sostengo que ahora el asunto ‘es la inseguridad, incapaces’”, dijo en una entrevista reciente.

Más allá de las confrontaciones, cuando la Suprema Corte bonaerense debía tratar las presentaciones que pedían impugnar su candidatura, De Narváez recibió un insólito apoyo de las máximas autoridades del Gobierno. Fue un respaldo que llegó a través de Néstor Kirchner, la primera dama Cristina Fernández y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. “No me gusta que proscriban a nadie y quiero que todos puedan votar”, había dicho, el viernes, el propio Presidente. “Tiene derecho como cualquier argentino”, coincidió su esposa. “Hay que ganar en las urnas y no con chicanas judiciales a una semana de las elecciones”, repitió el jefe de Gabinete. Ahora todos esperan la definición sobre el candidato oficialista.