EL PAíS › OPOSICION Y OFICIALISMO SE CRUZARON POR LOS SONDEOS DE OPINION
Los datos que auguran un triunfo de CFK fueron criticados por UNA y la CC. Para el Gobierno, la ventaja será mayor a la prevista.
A una semana de las elecciones, en el último tramo de la campaña, las últimas encuestas desataron una nueva polémica entre la oposición y el oficialismo. De un lado, las críticas agruparon a lavagnistas y “lilitos” escépticos respecto de los números de la mayoría de las encuestadoras que dan por ganadora a Cristina Kirchner en la primera vuelta. “Estas encuestas son del Indec”, disparó ayer el propio Roberto Lavagna en medio de una de sus actividades proselitistas. El oficialismo, en tanto, no se mostró cauteloso: la “brecha” de Cristina contra el resto de los candidatos, dijo Alberto Fernández, es “muchísimo más holgada” de lo que marcan los números.
“La idea de que la segunda vuelta no iba a existir se va debilitando claramente”, dijo el ex ministro de Economía, ahora enrolado en la campaña a presidente por Una Nación Avanzada (UNA). Según los datos que se difundieron ayer en este diario, a partir del relevamiento de diez consultoras, Lavagna se encuentra en un cómodo tercer lugar, debajo de la jefa del ARI, Elisa Carrió, y de Cristina Fernández de Kirchner. La ventaja de CFK sobre Carrió llegó hasta a treinta puntos de diferencia en la encuesta de Haime, mientras que la jefa de la Coalición Cívica se consolida en el segundo puesto (ver los resultados de otra encuesta que se publican en la página 6).
De gira electoral en Córdoba, Lavagna fue uno de los candidatos que ayer salieron a ponerle el pecho a tanto mal pálpito para las fuerzas opositoras. “En lugar de jugar a las encuestas” –dijo– los candidatos de UNA optaron por “recorrer el país, explicando el proyecto de gobierno para la Argentina que viene, con un programa de la concertación integrada por la UCR, el justicialismo y el MID”, además de otras agrupaciones. En ese contexto, también tomó distancia de segundos y terceros. UNA es “la única concertación verdaderamente distinta”, dijo. “Los Rodríguez Saá, los Carrió, los López Murphy, ya estuvieron en 2003.”
A varios kilómetros de ahí se escuchó trepidar la voz de Margarita Stolbizer. La capitana del ARI lleva adelante el desafío al oficialismo en la provincia de Buenos Aires, donde se concentra el 40 por ciento del electorado nacional. “El impacto de estas encuestas es de resignación”, dijo. “Los encuestadores ayudan a instalar que está perdida esta pelea. Yo creo sinceramente que no es así, el termómetro que vivimos en la calle lo indica así, donde hay un clima totalmente distinto.” Según ese termómetro, “Lilita está muy bien en las grandes ciudades” y, según sus relevamientos, todavía tendría chances para entrar al ballottage y pelear por una segunda vuelta.
El oficialismo, por su lado, se muestra convencido de que ya no hay vuelta atrás posible. Luego de la difusión de los números redondos y contundentes del domingo, el jefe de Gabinete Alberto Fernández decidió intervenir en la polémica de los datos con una carta personal. “Todos los datos indican –dijo– que Cristina gana por una diferencia mucho más holgada en la primera vuelta.” Esa diferencia en “algunas provincias es muchísimo más holgada que lo que muestran los diarios”. En la provincia de Buenos Aires se encuentra el verdadero desafío porque de los resultados que obtenga el kirchnerismo en el territorio de Felipe Solá depende la posibilidad de la segunda vuelta electoral o, tal como anticipan las consultas de opinión, una victoria directa con más del 40 por ciento de los votos. La oposición lo sabe y por eso juega ahí con todas las chances para forzar el ballottage. De todos modos, dijo Fernández, “la única encuesta que vale” es la que se empieza a contar voto por voto a las seis de la tarde del domingo 28 de octubre.
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