EL PAíS › EL OFICIALISMO ROMERISTA ENFRENTA A UN CANDIDATO KIRCHNERISTA
En las elecciones del domingo, el vicegobernador Walter Wayar intentará continuar la gestión de Juan Carlos Romero, mientras Juan Manuel Urtubey buscará la sorpresa. Desde el peronismo, ambos apoyan a CFK.
› Por Fernando Cibeira
Luego de un año electoral en el que no faltaron sobresaltos y escrutinios para el infarto, la elección en Salta pinta, a priori, como candidata fuerte a darle emoción al domingo 28. Allí, el eterno número dos de Juan Carlos Romero en la gobernación, Walter Wayar, aspira a mantener la continuidad del oficialismo ante las pretensiones del candidato del Frente para la Victoria, Juan Manuel Urtubey, que aparece con posibilidades de dar la sorpresa. Ambos vienen del peronismo y llevan la boleta de Cristina Fernández de Kirchner para la presidencia, pero desde la Casa Rosada, específicamente desde la jefatura de Gabinete de Alberto Fernández, han dado muestras de su entusiasmo por las perspectivas que se le abren a Urtubey, un diputado de 38 años, portador de un discurso más acorde con el sentimiento K.
Que la elección provincial es una preocupación para el romerismo quedó claro desde el vamos. Los planes iniciales eran desdoblar los comicios pero luego lo pensaron mejor y resolvieron unificarlo con la elección de cargos nacionales de manera que Romero, que va como candidato a senador nacional, pueda hacer valer su peso de “hombre fuerte” en la provincia luego de 12 años consecutivos en el poder. De hecho, en los últimos días, la presencia del gobernador en la campaña ha ganado terreno frente a su delfín Wayar, que luce un tanto desdibujado.
Urtubey es un apellido tradicional en el PJ salteño. Incluso, Juan Manuel fue funcionario del gobierno de Romero hasta que llegó a la Cámara de Diputados y comenzó a tomar distancia. Hoy es su más enconado opositor. Critica lo que considera la aplicación del “modelo neoliberal” en la provincia, que posibilita que los números vayan bien mientras que las desigualdades sociales son cada vez mayores. “Vamos a terminar con un modelo de fuerte concentración económica”, promete Urtubey.
Para afianzar sus pretensiones, Urtubey armó un frente en el que convocó a los justicialistas enfrentados a Romero, un sector del radicalismo, movimientos sociales y principalmente al Partido Renovador de Salta (PR), la fuerza creada por el interventor durante la dictadura, el capitán Roberto Ulloa. Hoy, el PR está manejado por el candidato a vice de Urtubey, Andrés Zo-ttos, mientras que Ulloa y los dirigentes que le responden, como el senador Ricardo Gómez Diez, crearon una nueva agrupación, Partido Propuesta Salteña, que postula a la gobernación a Fanny Velarde. Eclécticos, Ulloa y Gómez Diez alguna vez estuvieron en la Alianza, luego con Ricardo López Murphy y en esta ocasión apoyan la candidatura presidencial de Roberto Lavagna. Urtubey asegura que de aquel partido de raíz procesista no quedan rastros en el PR de Zottos. “Nuestro frente es una muestra de construcción progresista y plural”, le dijo a Página/12.
Pese a que se muestra junto a ellos en los spots televisivos, Urtubey no consiguió en la campaña un respaldo explícito del presidente Néstor Kirchner y de su esposa, Cristina Fernández. Quien más se jugó por Urtubey fue Alberto Fernández: en una reciente cena en la Costanera para festejar el triunfo de Jorge Capitanich en Chaco, auguró que el salteño seguiría sus pasos. Además, muchos dirigentes vinculados al jefe de Gabinete –como la senadora Vilma Ibarra, el subsecretario de la Gestión Pública, Juan Manuel Abal Medina, y el sindicalista Víctor Santa María– viajaron hasta Salta para llevar su apoyo.
Es que luego de que fuera el compañero de fórmula de Carlos Menem en 2003, Romero comenzó una tarea de acercamiento a Kirchner que terminó por redondear una relación fría pero correcta entre ambos. Cada tanto se reúnen en el despacho presidencial y hablan de la necesidad de normalizar el PJ, Romero asegura salir satisfecho y listo. Gracias a ese vínculo, el gobernador consiguió que la boleta de Wayar vaya junto a la de Cristina Kirchner. Incluso la agrupación Compromiso K, encabezada por el santacruceño Olaf “Pilo” Aasef, hizo un explícito respaldo al vice que ahora quiere ser gobernador.
La semana pasada el romerismo sufrió un traspié en la justicia electoral. Habían impreso sus boletas con Cristina Kirchner como candidata del PJ y no del Frente para la Victoria, la fuerza que a nivel provincial encabeza Urtubey. Los jueces electorales salteños, presumiblemente sensibles a los deseos de Romero, habían dado su aprobación. Pero la Cámara Nacional Electoral deshizo el arreglo. “Se excluye la posibilidad de que en un distrito la sección que lleva la fórmula presidencial sea distinta de la oficializada para el resto del país”, falló.
En los últimos días circularon encuestas para todos los gustos. El equipo de campaña de Urtubey difundió los números que pasó la consultora CEOP, que suele trabajar para la Casa Rosada, en la que lo daba ganador por 2,4 puntos. En verdad, un empate técnico. El consultor Julio Aurelio, contratado por Romero, mostró un trabajo con Wayar arriba por 13 puntos, aunque realizado sólo en la capital y alrededores.
En Salta se da una particularidad. Generalmente los gobiernos justicialistas suelen ser fuertes electoralmente en los distritos del interior provincial –donde puede hacer valer el peso de su maquinaria electoral– y más débiles en las ciudades, donde las clases medias suelen inclinarse por opciones opositoras. En Salta se da a la inversa. Eso tiene que ver con la dedicación de Romero a embellecer la capital provincial y a la bien considerada gestión del intendente Miguel Isa, que ahora va por su reelección en la lista de Wayar.
La capital salteña concentra el 45 por ciento del electorado y el interior, el 55 por ciento restante. De un promedio de las encuestas que publicaron diferentes consultoras provinciales en estas semanas se puede deducir que Wayar efectivamente está arriba en la capital y que Urtubey saca una luz en el interior.
Para la última semana no hay sorpresas en la manga. Romero y Wayar seguirán mostrándose como los únicos portadores de la experiencia necesaria para gobernar. “Sabemos lo que hay que hacer, estamos mucho mejor que hace doce años”, explicó el gobernador, que tiene asegurada una banca en el Senado. “Gobernar la provincia no es para ambiciones pasajeras, no es para oportunistas, no es para inexpertos”, agregó. Surgido de sus filas, en el romerismo caracterizan socarronamente a Urtubey como “traidor”. De ahí que el cierre de campaña del jueves será con una “Caravana de la lealtad”.
Urtubey apuesta a emparejar su estructura menor con esfuerzo, manteniendo su promedio de actos en distintos puntos de la provincia. “Generamos una mística en la gente”, aseguró el candidato. Cerca suyo comentaban lo difícil que se les hace competir contra el romerismo. “Es que nunca pensaron que podían perder la provincia después de doce años. Acá te quedás un rato parado en una esquina y te regalan una heladera”, ironizaban.
A nivel nacional no hay muchas dudas. Las dos listas que polarizan la elección llevan a Cristina Kirchner como candidata lo que le asegura un piso del 60 por ciento de los votos y proyecciones que la elevan como unos 20 puntos más. Además del nuevo partido de Ulloa, a Lavagna lo respalda la fórmula a gobernador de los radicales no K que encabeza Alberto Espeche. A Elisa Carrió, en tanto, la apoya la fórmula del partido Nueva Generación, adherente a la Coalición Cívica, que propone a Eduardo López.
Junto al gobernador y al vice, en Salta elegirán el domingo tres senadores y cuatro diputados nacionales, 30 diputados y 11 senadores provinciales y a los 59 intendentes salteños. Todo el poder provincial por cuatro años.
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