Nada mejor que la historia del pibe de barrio vuelto empresario exitoso para ejemplificar la movilidad ascendente que pregona el kirchnerismo. Y mucho mejor si ese empresario, rey del rating de la televisión, con una audiencia diaria cercana a los tres millones de espectadores, hace obra para la ciudad que lo vio nacer. Néstor y Cristina Kirchner no quisieron desaprovechar esa foto con Marcelo Tinelli –de él se trata– y por eso en la recta final de la campaña compartieron la inauguración de un polideportivo en la localidad bonaerense de Bolívar.

El acto debió realizarse el sábado. Pero el asesinato de tres policías bonaerenses ocurrido el día anterior en La Plata modificó los planes. La Casa Rosada se preocupó entonces en reprogramar el encuentro con Tinelli para antes de las elecciones del domingo.

Si habitualmente Kirchner no es amigo de las formalidades, la presencia del peso pesado de la TV en la tribuna de los funcionarios K hizo que el evento fuera decididamente descontracturado. “Voy a estar en el próximo maratón, y le voy a ganar, por lo menos a él”, dijo riendo Kirchner en alusión al evento deportivo organizado por el conductor de ShowMatch en Bolívar, su ciudad natal.

Probablemente inspirado por Tinelli –y tras hablar del triple crimen de La Plata (ver página 5)–, Kirchner jugó el rol de presentador. Así anunció la hora del discurso de su esposa y candidata a sucederlo, Cristina Fernández. “Es incorregible este hombre”, fueron las primeras palabras de la primera dama. Después Cristina improvisó: “Estamos volviendo a reconstruir una escala de valores donde el trabajo, la familia, la educación y la salud vuelvan a ser las prioridades. Necesitamos imperiosamente reconstruir el tejido social”, dijo.

Hubo un mimo para el anfitrión, por su vocación de mejorar la ciudad que lo vio nacer, además de administrar su principal club de vóley, Direc TV Bolívar. “No se olvidó de sus orígenes”, resaltó la candidata.

Tinelli fue el primero en hablar para agradecer el aporte estatal para el complejo deportivo José Domeño, llamado así en homenaje a su abuelo. Kirchner se excusó de abundar en detalles sobre la obra pública en esa ciudad por regir veda electoral para “ese tipo de anuncios” oficiales. Pero prometió que “todo lo conversado con las autoridades de Bolívar se va a llevar a cabo”.

Como es habitual en su arenga, resaltó el crecimiento económico del país y destacó la “recuperación de la inversión, de la industria nacional, y el desendeudamiento. Somos un país que va saliendo del infierno y con Cristina ese camino se va a profundizar; será un gobierno mucho mejor que éste; se viene la nueva institucionalidad; el acuerdo socioeconómico que nos permita a los argentinos darle calidad estratégica al esfuerzo que hicimos”, expresó.

El Presidente fue declarado, al igual que Tinelli, huésped de honor de la ciudad de Bolívar y recibió de regalo una matera confeccionada por un artesano local, en tanto que Cristina se retiró con un ramo de flores. El vicepresidente y candidato a gobernador, Daniel Scioli, fue parte de la comitiva, al igual que el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido; el ministro de Gobierno bonaerense, Florencio Randazzo; el intendente radical de Bolívar, Juan Simón, y el postulante kirchnerista a sucederlo, Marcelo Salamanco.

En cambio, Alberto Fernández no estuvo en el lugar. En rigor, el jefe de Gabinete no suele participar de inauguraciones. Pero en este caso había expectativas sobre la presencia o ausencia del funcionario a raíz del cruce que mantuvo con Tinelli a mediados de año. En el marco de la campaña porteña, Fernández había vinculado a Ideas del Sur con supuestas irregularidades en el manejo de publicidad por parte de la empresa Sol Group. Tinelli respondió con dureza. Equiparó al jefe de Gabinete con José López Rega. La relación se recompuso en el aire de Radio del Plata, durante un diálogo telefónico. Por estos días la productora del hombre de mayor rating de la televisión se hizo cargo de varios spots de campaña de Cristina.