EL PAíS › LAS ABUELAS DE PLAZA DE MAYO CONMEMORARON SUS TREINTA AÑOS
El acto en el Teatro Ateneo juntó a miembros de organismos, funcionarios, artistas y demás adherentes al trabajo realizado por Abuelas.
› Por Victoria Ginzberg
Cuatro mujeres llevan un cartel: ¿Dónde están los centenares de bebés nacidos en cautiverio? Liliana Corti –luego desaparecida– tiene a Horacio, su hijo –luego apropiado y encontrado– en brazos. Una remera deshilachada usada por una embarazada en el Pozo de Banfield. Marchas en dictadura y en democracia. Mujeres que se juntan. Mujeres que recorren el mundo para denunciar las desapariciones y el robo de bebés. Y niños. Niños que sonríen, que festejan cumpleaños y adolescentes que se abrazan y jóvenes que tienen niños. Las imágenes abrieron al acto por los treinta años de Abuelas de Plaza de Mayo que se realizó ayer. “Ustedes nos enseñaron que había una generación de amadores. Nuestros padres nos engendraron para protegerse de la muerte, para proteger sus sueños. Estamos muy orgullosos de ser el fruto de ese infinito amor. Gracias Abuelas porque la verdad es la única forma de ser libres. Nos dieron el mejor regalo que el amor puede dar: la libertad”, les dijo desde el escenario Victoria Donda, en representación de los 88 nietos recuperados.
El hall del Teatro ND Ateneo era una muestra del trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo. Allí había miembros de diferentes organismos de derechos humanos, colaboradores de la institución, funcionarios (los ministros Jorge Taiana, Daniel Filmus y Aníbal Fernández, entre otros), embajadores e integrantes (o ex) del Poder Judicial (como el fiscal Félix Crous y el ex camarista y ahora candidato radical Ricardo Gil Lavedra). Pero también músicos, escritores, artistas plásticos y actores que las Abuelas lograron sumar en estos años para que las ayudaran a buscar a sus nietos o a conseguir que los jóvenes apropiados durante la dictadura se acercaran a ellas con sus dudas.
Horacio Fontova, La Petitera, Adriana Varela y Divididos cantaron ayer para todos los que fueron a acompañar a aquellas mujeres que se agruparon en octubre de 1977 no sólo para pedirle a la dictadura explicaciones sobre el destino de sus hijos, sino también por el de 500 nietos secuestrados o nacidos en cautiverio. Las canciones del trío liderado por Ricardo Mollo fueron las más coreadas y gritadas, pero los nietos restituidos les ganaron en aplausos cuando desde una pantalla se pasaron los rostros de las 88 historias resueltas. También subieron al escenario representantes de Madres, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas e HIJOS. “Ustedes son un ejemplo de lucha, de compromiso y perseverancia, pero esta noche venimos a agradecerles el amor, el amor a la verdad y la justicia”, dijo Enrique, de la agrupación que nuclea a los hijos de desaparecidos. Además, el artista Adolfo Nigro entregó un cuadro para las Abuelas y Daniel Bustamante les dio una placa en nombre de todos los que trabajan en sus equipos técnicos. Ernestina Pais leyó un texto de José María Pasquini Durán que prologa el libro sobre las fotos que abrieron el acto: “Han enseñado a todos los que quisieron aprender –dice en el último párrafo– la lección de aguardar, el aguardamiento, esa sabia mezcla de esperanza, de lucha, de fe en las propias fuerzas y de firme convicción que al final del camino alguien las espera, sabiéndolo o no, desde hace tres décadas. Ese aguardamiento acuna la dulce y férrea decisión de alumbrar vidas”.
La noche terminó con todo el salón coreando el tango “Uno”. Pero antes Estela de Carlotto, presidenta de la institución, agradeció a los que habían ido a acompañarlas. “Tal vez esto no salga en algunos diarios mañana, pero en otros va a salir y eso va a hacer que algún chico toque el timbre y nos diga ¿vos sos mi abuela?”.
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