Todo indica que será difícil volver a ver a Mauricio Macri y a Ricardo López Murphy juntos después de esta campaña. En los últimos días, las diferencias entre ambos quedaron cada vez más al descubierto, al nivel que ayer anunciaron que cerrarán sus campañas por separado y que lo más probable es que el domingo no esperen los resultados de la elección en el mismo bunker. Anoche, López Murphy se mostró desencantado con la actitud de su socio en PRO. “Cada cual se tiene que hacer cargo de la consecuencia y de la lealtad que tuvo. Yo tengo mi conciencia en paz”, deslizó.

De movida, la alianza entre ambos se presentó complicada para la elección la presidencial. Macri tardó mucho en anunciar su apoyo a la postulación del Bulldog y cuando lo hizo fue a medias: dijo que él lo votaría en forma personal y que el PRO lo apoyaría únicamente en la Capital Federal. La decisión no le cayó nada bien a López Murphy.

El líder de Recrear inició un diálogo con Elisa Carrió para formalizar una alianza electoral que, se intuía, funcionaría como una salida elegante para una postulación que no contaba con apoyos de peso ni se veía favorecida por las encuestas. Pero la entente tampoco prosperó y el Bulldog se quedó sin puente de plata. Siguió adelante con su candidatura, pero su campaña funcionó en paralelo a la del PRO porteño. Solamente cruzaron sus caminos un sábado, que Macri y López Murphy caminaron algunos metros juntos por la avenida Cabildo, en Belgrano.

Con todo, la relación había quedado fría pero estable. Lo que volvió a mover el avispero fue que algunos macristas de la Capital comenzaran a manifestar en público que no pensaban votar a López Murphy. Así, el jefe de campaña del PRO porteño, el legislador de origen peronista Cristian Ritondo, avisó que tenía en sus planes elegir a algunos de los candidatos justicialistas, Roberto Lavagna o Alberto Rodríguez Saá. Funcionó a la manera de advertencia de que lo de Macri y López Murphy tenía un fin ya determinado.

López Murphy consideró las declaraciones de Ritondo un acto “desleal”. “Han hecho campaña conmigo y están llamando a votar por otro. Es una cosa increíble, yo lo he visto caminar conmigo”, dijo. Después chicaneó: “El núcleo de la fisura se encuentra en que Ritondo fue viceministro del Interior con Duhalde”, agregó.

En un acto al que asistió por la mañana, Macri insistió ayer en su argumento de que apoyaba a López Murphy en la Capital Federal pero no desautorizó las expresiones de Ritondo. “Me sorprendieron sus declaraciones, pero él pertenece a un partido aliado y está en su derecho a expresarse así”, respondió el jefe de Gobierno electo luego de una actividad de campaña junto a Federico Pinedo y Carlos Melconian en el puerto porteño. Por la noche, Macri estuvo en Luján en el cierre de campaña de la fórmula para la provincia de Buenos Aires Francisco de Narváez-Jorge Macri.

Justamente, la cuestión de los cierres de campaña puso en evidencia que la relación se había quebrado. Macri volverá a mostrarse junto a Pinedo y Melconian en sus oficinas del centro porteño. López Murphy, apenas un par de horas después, pondrá broche final a su campaña con un acto en la Plaza del Congreso.

Macri se hizo el desentendido y dijo que Recrear no lo había “convocado” para participar de su último acto. López Murphy sostuvo que si no compartían el cierre se debía a “las contradicciones” que muestra el PRO en la provincia de Buenos Aires, donde la fórmula que encabeza De Narváez no lleva candidato presidencial. El dato, por cierto, no es nuevo.

López Murphy buscó meter cizaña. “Es llamativo que por el único que el presidente Kirchner pidió que lo dejaran competir fue por De Narváez”, recordó. Por si quedaban dudas, López Murphy sostuvo que desde hace “varias semanas” que no habla con Macri. Todo indica que no lo harán por bastante tiempo más, a no ser que se encuentren de casualidad.