Los correligionarios que integran las principales fórmulas presidenciales cruzaron críticas. Los sectores que acompañan a Lavagna y Carrió continuaron la disputa por el segundo lugar.
Radicales, lo que se dice radicales, hay en casi todas las fórmulas electorales. El domingo, los radicales K acompañarán a Cristina Fernández de Kirchner. La institucionalidad del partido respaldará a Roberto Lavagna. Y un grupo rebelde apoyará a Elisa Carrió. A pocas horas del cierre de la campaña presidencial, casi todos ellos se dedicaron al juego que más les gusta: la interna partidaria. La bonaerense Margarita Stolbizer, alineada con la Coalición Cívica de Carrió, calificó “de lamentables y groseras” las críticas de Raúl Alfonsín a la chaqueña. Federico Storani también criticó a Carrió. El mendocino Julio Cobos reunió a 63 intendentes radicales de Córdoba con la primera dama y les pidió que acompañen al kirchnerismo. Le respondió el jujeño Gerardo Morales, titular del partido fundado por Leandro Alem, calificando de “obsceno” al encuentro auspiciado por Cobos.
La salida de Fernando de la Rúa de la Casa Rosada en helicóptero y la caída de la Alianza en el 2001 marcaron el comienzo de la diáspora radical. Casi todos los sectores resultantes protagonizaron ayer un cruce verbal generalizado. Todos intentan capturar el histórico voto al radicalismo.
“Lo último que uno podía esperar es que un ex presidente como Alfonsín, con quien Carrió y yo hemos compartido muchas cosas, se metiera así de lleno en una campaña sucia, demostrando el nivel de crispación que tiene”, afirmó Stolbizer. En la Convención Nacional de la UCR, que el 24 de marzo inició las negociaciones que terminaron con el respaldo a Lavagna, Stolbizer fue una de sus más duras opositoras. Incluso impugnó el cónclave porque dijo que no contaba con quórum. Stolbizer consideró que Alfonsín no tiene mucho predicamento dentro del radicalismo y especuló que sus críticas no harán efecto entre los radicales que podrían votar a la chaqueña.
Fue el bonaerense Federico Storani, ex referente de Stolbizer, quien tomó el guante lanzado por su ex correligionaria. Calificó a Carrió de “sectaria” y destacó que “se rodea de personajes con una historia bastante negra, como la de Patricia Bullrich”. La Piba, como la bautizaron los gremialistas, supo compartir con Storani el gabinete de De la Rúa, hace seis años. Storani criticó la trayectoria de Bullrich y habló “de sus idas y vueltas”. Una manera elegante para referirse a quien en los ’70 supo militar en el peronismo revolucionario, luego adherir a las políticas de ajuste que impulsó De la Rúa y hoy ser la jefa de campaña de Carrió. “Sin comentarios”, fue la única expresión que entregó ayer Carrió cuando se la consultó por los calificativos de “hipócrita” y “traidora al radicalismo” que le había dedicado Alfonsín.
Desde un arcón de su memoria, Storani recordó que en marzo pasado la convención radical había aprobado que su partido iniciaría una ronda de diálogo con distintos referentes. Cuando se comunicaron con Carrió para tener un encuentro, la chaqueña respondió por carta que no dialogaba con la UCR. En ese hecho se apoyó Storani para calificarla de “sectaria”.
No es Carrió, sino Julio Cobos, la espina más dolorosa dentro del radicalismo. Néstor Kirchner, Cristina Kirchner y Cobos recibieron ayer en la Rosada a 63 intendentes radicales de Córdoba. La Docta, como suele denominarse a la provincia mediterránea, es una de las provincias más inciertas para el kirchnerismo. Allí, el lavagnismo espera una buena performance. Horas más tarde, en un comité radical, acompañado por el ministro de Educación, Daniel Filmus, y los socialistas Ariel Basteiro y Oscar González, Cobos les pidió a los “boina blanca” que voten por la Concertación Plural. Destacó que las intervenciones partidarias caducan el 31 de diciembre, relativizó su expulsión de la UCR y no descartó dar batalla para que el partido se encolumne con el kirchnerismo. El candidato a vicepresidente de Lavagna no demoró en responderle. “Son obscenos. Ahora parece que Cobos lleva intendentes, con promesas de obras para sus municipios, a la Casa de Gobierno para que se saquen fotos con el Presidente y Julio De Vido, como si fuera Disneylandia con el Tío Rico y el Pato Donald. Una verdadera vergüenza”, concluyó Morales. Calma radicales, el domingo está cercano.
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