Los candidatos de la Coalición Cívica decidieron utilizar el primer día de veda para recuperar algo del tiempo perdido con sus familias. La candidata a presidenta Elisa Carrió estuvo con sus hijas, que viajaron desde Chaco (siempre la acompañan durante las elecciones). Pasó el día entre su departamento y paseando. A diferencia de otros candidatos, optó por no hacer declaraciones por la mañana tempranísimo, antes de que comenzase la veda. El domingo la dirigente irá a votar a media mañana a la Universidad del Salvador, y luego almorzará con su familia y dormirá la siesta, casi como una prueba zen en contra de la ansiedad del comicio.

Su candidato a vicepresidente, Rubén Giustiniani, también aprovechó el silencio previo a la elección para pasar tiempo con sus tres hijos, con quienes toca la guitarra (sin intenciones profesionales). Después de un poco de folklore y algo de rock, el senador socialista los acompañó al colegio y tuvo un rato para descansar, luego de semanas de dormir menos de lo recomendable. El domingo votará el Rosario, su ciudad natal, y compartirá con su familia la pasta imperdible de su madre. Un clásico de los Giustiniani.

En cambio, la candidata a senadora por la ciudad de Buenos Aires María Eugenia Estenssoro se levantó temprano para atender a las radios. Luego de algunas pocas horas de vida doméstica, tuvo una reunión habitual con sus asesores y varios encuentros de coordinación, algo de lo que se encarga día y noche la titular de Unión por Todos, Patricia Bullrich. A la noche, Estenssoro también aprovechó para estar con sus hijos.

Como jefa de campaña, a Bullrich le tocó trabajar todo el día. Se despertó a las seis con el sonido de su teléfono: era un programa de radio. Atendió a otro más y rechazó un tercer convite porque eran ya las ocho menos diez. A las 9.30, fue al local de Unión por Todos y tuvo un encuentro de fiscalización general de todo el país. Luego estuvo en el comité de campaña, a lo que le siguió un encuentro con los candidatos y los principales referentes de la Coalición Cívica para discutir la estrategia de comunicación del domingo.

La candidata a diputada porteña tuvo que hacer un alto en su álgido día para comprarse baterías para el celular, porque no le alcanzan de tanta llamada que recibía de todas las provincias. Luego fue al Hotel NH, donde participó con otros dirigentes opositores de la reunión organizada por los partidos de la oposición con los veedores internacionales. Allí les informaron que los opositores armarán un centro de cómputos paralelos y tendrán los resultados de las mesas testigo para las ocho de la noche.

Bullrich estuvo hasta la noche en el local de su partido y no alcanzó ni a almorzar. Finalmente, terminó yendo a cenar a su casa y se miró una película por cable. Una al azar.