En Mendoza hay muchas cosas en juego. Además de elegir al futuro presidente o presidenta de los argentinos, los mendocinos votarán por un gobernador y un vice, por cinco diputados nacionales, 23 legisladores provinciales, 18 intendentes y 90 concejales. Los tres principales candidatos a presidente, Cristina Fernández de Kirchner, Elisa Carrió y Roberto Lavagna, tienen más de una lista que los apoya. A las disputas locales se les suman las internas nacionales. Esas sórdidas peleas son el plus que condimenta la elección mendocina.

Dos grandes colectoras reportan a la candidatura de la primera dama: la Concertación Plural y el Partido Justicialista. Más allá de que a nivel nacional todo suma, cada armado electoral conlleva una construcción política diferente. Esto también dispara una fuerte interna que divide aguas dentro de la Rosada. El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, no oculta su respaldo a la Concertación, un armado que tiene el sello del actual gobernador y candidato a vicepresidente, Julio Cobos, y postula a César Biffi. La fórmula del PJ, que lleva como candidato a gobernador al senador Celso Jaque, tiene el apoyo del ministro del Interior, Aníbal Fernández, y del operador Juan Carlos Mazzón. La disputa es algo más que una disputa de Palacio. Detrás de la candidatura de Jaque también aparece la mano de una liga de gobernadores peronistas. Entre ellos: el sanjuanino José Luis Gioja, el cordobés Juan Manuel de la Sota y el chubutense Mario Das Neves. A estos referentes peronistas no se les escapa que infligirle una derrota a Cobos en su provincia tendría un doble mensaje. Por un lado debilitaría al probable vicepresidente y por otro sería un mensaje indirecto para el presidente Néstor Kirchner. La tensión entre el PJ y la Concertación también tiene su explicación por motivos locales.

Todos estos matices no se expresaron públicamente en el debate televisivo con el que anteayer se le puso punto final a la campaña. Conocidos por ofrecer buenos candidatos, por tener una cultura política de mucha discusión y deliberación, los políticos mendocinos ofrecieron frente a las cámaras una aburrida uniformidad. Afuera del debate quedó la candidata Alejandra Namam, de la fórmula ARI-Socialismo. Elisa Carrió no dudó en repetir que en Mendoza su candidato era el ex juez Luis Leiva, el hombre de la Coalición Cívica. El ARI tuvo que pelear judicialmente para poder participar electoralmente con la boleta que lleva a Carrió como candidata a presidente. Esta interna es una mecha que ya tiene vida propia y que puede estallar después de las elecciones. Leiva participó de uno de los dos debates. Quedó afuera del que organizó el Canal 7 perteneciente al grupo Vila-Manzano. El ex juez es un adversario visceral del banquero Raúl Juan Pedro Moneta y eso tiene su peso en los medios de la provincia. De hecho, cuando finalizó su participación en el debate de canal 9 dijo: “Yo voy a pelear contra los grupos económicos que se quieren quedar con Mendoza. Espero que el resto de los candidatos diga qué van a hacer”. La única respuesta fue el silencio.

El radical Roberto Iglesias, que a nivel nacional apoya a Lavagna, ingresó en el estudio televisivo diciendo: “Soy amigo de todos menos de algunos”. La frase tenía un claro destinatario: el radical k, César Biffi, que apuesta a suceder a Cobos en la gobernación de Mendoza. No hubo respuestas. El lavagnista Omar De Marchi puso paños fríos diciéndole a Iglesias: “Se vino afilado”.

“Vuelve The Police, vuelve Soda, vuelve Iglesias”, repetían ilusionados los seguidores del ex gobernador en sus cánticos del último día de campaña. Los temas del debate no son distintos de los que entregó la campaña nacional. Sólo que en Mendoza la inseguridad se destaca por sobre cualquier otra preocupación.

“El desinterés por la elección nacional es por sobre todas las cosas un fenómeno de los centros urbanos”, comenta a este diario un reconocido político de la política mendocina. Antes de este debate, los candidatos a vice protagonizaron otro similar. Mendoza le pone su impronta a una elección nacional en la que el debate y las propuestas estuvieron ausentes. Claro que esta tradición tampoco es nueva para los mendocinos. “Mendoza está dentro de lo previsible”, concluye el político que analiza con este diario el escenario político provincial. Una autoridad del Senado nacional suele repetir que “Mendoza siempre envía grandes legisladores, tanto peronistas, como radicales”. Destaca que todos ellos tienen dos puntos en común: “Su inteligencia y que todos son conservadores”. El político mendocino consultado por este diario no oculta su sonrisa y dice: “En Mendoza todos somos conservadores”. En verdad, no todos lo son.