Siete partidos de la oposición presentaron en conjunto ante la Justicia electoral una denuncia por supuestas irregularidades. Dicen que hubo un “robo sistemático y masivo” de boletas. Réplica del gobierno nacional.
Por primera vez desde que comenzó la campaña se dio la tan mentada “unidad de la oposición”. El acontecimiento ocurrió 20 minutos después de cerrados los comicios, cuando siete partidos presentaron una denuncia de “irregularidades” por el “robo sistemático y masivo” de boletas. Una hora más tarde, el ministro del Interior, Aníbal Fernández, salió al cruce y aseguró que fue “el acto eleccionario más cristalino que se ha visto”. Aunque hubo reparos en hablar explícitamente de “fraude”, los representantes de la oposición coincidieron en que fueron “perjudicados” y que se “violaron los derechos humanos de todos los ciudadanos argentinos”. La Capital Federal y la provincia de Buenos Aires fueron los distritos presentados como más sospechosos: el argumento para la denuncia fueron la falta de fiscales partidarios, las boletas faltantes y las consecuentes demoras en los escrutinios. Después de las ocho de la noche, referentes de la Coalición Cívica insistían en una “situación de ballottage” entre Cristina Kirchner y Elisa Carrió. A esa hora, el juez federal de la Cámara Electoral bonaerense Manuel Blanco aseguró que “no es normal el desarrollo de los comicios porque hubo denuncias durante todo el día por falta de boletas”.
Al comenzar el día se habían generado algunos problemas por la falta de autoridades de mesa, pero unas horas más tarde se había normalizado la situación. Ni siquiera fueron necesarios los funcionarios judiciales que aguardaban en las comisarías en caso de ser requeridos. El conflicto se generó después, por la reiterada falta de boletas que denunciaban los votantes al salir del cuarto oscuro.
Los integrantes del oficialismo se encargaron de desmentir las acusaciones de la oposición. El ministro de Justicia, Alberto Iribarne, las calificó como “inconsistentes” y en medio de la alegría triunfal apeló al humor: “Yo cuento un chiste de Roberto Fontanarrosa, ‘el que gana, gobierna y el que no, denuncia fraude’”. En cambio, Aníbal Fernández replicó públicamente la presentación que los partidos hicieron ante la subsecretaria administrativa María del Carmen Belliotti. Explicó que “ni el Ministerio del Interior ni el Correo tienen responsabilidad de poner boletas. Es responsabilidad de la Junta Electoral de cada provincia”. Para el titular de la cartera de Interior, la provisión de boletas partidarias en los lugares de votación es un tema de “seguimiento y control de los fiscales de cada partido”. Desde el Hotel Intercontinental, el secretario de Medios, José Albistur, también descalificó las acusaciones: “Esperaban otra cosa y están tirando la bronca producto de eso”.
Los hermanos Rodríguez Saá fueron los más duros a la hora de apuntar contra la legalidad de las elecciones. “Tenemos que resguardar el comicio para que no se transforme en un escándalo como ocurrió en Córdoba, porque el Gobierno puso en marcha un fraude”, aseguró “el Adolfo”, coordinador de la campaña del Frejuli. En el mismo sentido, la candidata a senadora por la capital de la Coalición Cívica, María Eugenia Estenssoro, contó que cuando reponían las boletas “a los diez o quince minutos no había más y cuando los ciudadanos reclamaban les decían “vote igual o vote en blanco’”.
La concertación UNA, que postulaba a Roberto Lavagna, también se sumó a la denuncia y específicamente señaló faltantes en los distritos bonaerenses de Gerli y La Matanza, entre otros. Además, sostenían que ni siquiera habían llegado las pilas de boletas –alrededor de 50– que se mandaron al Correo Argentino para que fueran distribuidas junto con las urnas en cada mesa electoral. “Por lo simultáneo y coincidente podría ser una maniobra perfectamente organizada en contra de partidos de la oposición”, dijeron en el bunker del candidato de Recrear, Ricardo López Murphy. Aunque aclararon que aún no tienen “elementos para apuntar a ningún sector en particular”, les resultó “llamativo que los afectados sean partidos opositores”.
Desde la izquierda también apuntaron contra el oficialismo. El candidato Pino Solanas advirtió “el manejo irresponsable y fraudulento de los comicios”. “Lo que creíamos esta mañana que era obra de algunos pícaros es, en realidad, consecuencia de este sistema electoral”, sentenció. El MST-Nueva Izquierda, que llevaba a Vilma Ripoll, también participó del reclamo.
En concreto, la denuncia será enviada hoy a las distintas Juntas Electorales, donde las fuerzas políticas tendrán que presentar las pruebas necesarias para acreditar las supuestas irregularidades. Desde la Justicia electoral relativizaron el presunto fraude y calcularon que las sospechas en la provincia de Buenos Aires fueron producto de la dispersión del voto, ya que había que elegir “muchos candidatos y había mucho corte de boletas”.
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