EL PAíS
› VIOLENTA CAIDA DE ACTIVIDAD EN LA CONSTRUCCION
Ya no hacen ni obras de bien
Más del 20 por ciento de las empresas que se dedican a las obras privadas permanecen inactivas. Más del 40 por ciento de las que habitualmente trabajan para obras públicas están, igualmente, paralizadas. Son algunos de los datos, de tantos, que describen la devastación sufrida por el sector de la construcción, que en julio volvió a mostrar una baja del orden del 40 por ciento con respecto al nivel de actividad de igual mes del año anterior. Casi un calco del informe de los siete meses precedentes, sólo que por acumulación esta realidad va dejando víctimas en el camino que ya no estarán en condiciones de volver a formar parte de la actividad.
Uno de los datos más dramáticos que surgen del informe del Indec para julio de 2002, titulado “Indicadores de Coyuntura de la Actividad de la Construcción”, es el del descenso en los planteles laborales. Conforme a los puestos de trabajo declarados por el sector ante el sistema previsional, la ocupación se redujo de 285 mil empleados a fines de 1998 a apenas 111 mil en el último trimestre. En tan sólo un año, la reducción en los puestos de trabajo es del 50 por ciento. Y aunque el informe del Indec no lo precisa, es fácil presumir que también cayeron los salarios.
La parálisis de empresas y el recorte en las obras de las que se mantienen en actividad determinó que las ventas de insumos al sector también cayeran fuertemente. La comparación de los datos de julio con respecto a los del mismo mes del año pasado dan cuenta de descensos del 71,7 por ciento en las ventas de ladrillos huecos, del 61,6 por ciento en asfalto, 44,2 por ciento en hierro redondo para hormigón, 34,8 por ciento en pinturas para construcción, 30 por ciento en cemento y 11,5 por ciento en pisos y revestimientos cerámicos.
Si la situación presente de las empresas dedicadas a la obra pública y privada es mala, las perspectivas no son mejores. De acuerdo a una encuesta cualitativa realizada por el Indec, entre los primeros son amplia mayoría (casi 70 por ciento) los que no esperan cambios en lo inmediato, mientras que son más los que pronostican un empeoramiento (20 por ciento) que los que vislumbran un cambio favorable (el 10 restante). Entre los empresarios dedicados a la obra privada, más de la mitad cree que en el corto plazo la situación tiende a empeorar, y más del 40 por ciento estima que el nivel de actividad se mantendrá sin cambios. Los optimistas representan menos del 5 por ciento del empresariado del sector.
Otro indicador de la evolución de la actividad que ofrece el informe del Indec es la superficie a construir registrada por los permisos de edificación para obras privadas. Tomando datos de 42 municipios del área metropolitana, el informe señala que el volumen de obras (en metros cuadrados) es inferior en julio en un 49 por ciento con respecto al año anterior. Sin embargo, el dato a favor (el único de todo el informe) es que por segundo mes consecutivo se observa un repunte con respecto al mes inmediato anterior. En este caso, del 9 por ciento con respecto a junio.
El nivel de actividad del sector en el primer semestre del año se ubicó un 35 por ciento por debajo del año base en que se inició la medición oficial, 1993. El pico de actividad de la serie corresponde al año 1998. Con respecto a ese período, la caída es superior al 50 por ciento.