Más de la mitad de los ciudadanos del Gran Buenos Aires –el distrito más populoso del país– quiere que se mantengan las fechas de las elecciones y que no se hagan más cambios. Ha bajado la presión para que el gobierno se vaya de inmediato –esa presión existía hace 60 días– y por supuesto son muy pocos los que sugieren que Eduardo Duhalde se quede más tiempo, pese a que el conurbano es territorio duhaldista. En los escenarios de posible ballottage, Elisa Carrió derrotaría hoy a Carlos Menem o a José Manuel de la Sota, pero el candidato mejor ubicado en las encuestas, Adolfo Rodríguez Saá, le ganaría a Carrió en una eventual segunda vuelta.
Las conclusiones surgen de un estudio realizado por la consultora Vox Pópuli, que ha trabajado durante años en evaluación de municipios y en metodología, pero ahora, encabezada por la socióloga de la UBA Gabriela Dorrego, incursiona en el territorio electoral, básicamente en el difícil Gran Buenos Aires. El trabajo registra a 600 entrevistados en los cuatro niveles sociales en que el Indec diferencia al Conurbano y las encuestas fueron hechas personalmente, en el domicilio del encuestado y respetando las proporciones por sexo, edad y nivel económico-social. El trabajo se realizó durante la semana pasada.
Pese a los vaivenes y las polémicas de las últimas semanas, el ciudadano parece haber ya adoptado el calendario electoral y quiere que se respete. Los que impulsan un adelanto de los comicios suman un 27 por ciento y los que piden que todo se atrase son aún menos. Más de la mitad insiste en que las elecciones se hagan efectivamente el 30 de marzo como está previsto.
En cuanto a la intención de voto, el trabajo de Vox Pópuli registra similares resultados a los que se observan en los demás estudios: Rodríguez Saá ya encabeza las encuestas con cierta nitidez, poniendo cinco puntos de distancia con el segundo. Por el otro lado, uno de cada tres ciudadanos sigue indeciso o afirma que va a votar en blanco, anulado o directamente no irá a votar.
En el estudio, se hace un simulacro respecto de los eventuales escenarios de ballottage, en que confrontarían un candidato del PJ con la postulante del ARI, Elisa Carrió. Los resultados son los siguientes:
u Si Carrió debe enfrentar a Menem, la candidata del ARI le sacaría 20 puntos de ventaja, provocando la mayor de las diferencias.
u Si Carrió choca en el ballottage con De la Sota, las ventajas se reducen a sólo siete puntos.
u En una eventual segunda vuelta entre Carrió y Adolfo Rodríguez Saá, ganaría el puntano por siete puntos.
Debe considerarse que el trabajo está hecho en el Gran Buenos Aires, un territorio por ahora desfavorable para Menem o De la Sota, que consiguen mejores resultados en el interior del país. Es, además, un distrito donde a Rodríguez Saá le va particularmente bien ya que tiene muy buena llegada con los sectores de menores recursos. Al puntano, por ejemplo, le va mucho peor en Capital Federal, aunque en los últimos sondeos ha mejorado algo. Por último, para Carrió se trata de un distrito promedio: no le va tan bien como en Capital, pero le va mejor que en el interior del país.
También debe tomarse en cuenta otro elemento de importancia: el candidato que salga de la interna del PJ llegará con una potencia multiplicada por el efecto de esa victoria, de manera que seguro será el favorito, se enfrente con quien se enfrente. De todas maneras, el detalle fundamental, en el que coinciden todas las encuestas, es que todavía no hay ningún candidato que despierte pasiones.