Hace hoy exactamente ocho meses la noticia de la muerte de Juan Carlos Portantiero nos llegaba en medio de una de las habituales reuniones de los días viernes en el Club de Cultura Socialista. Ese día, el 9 de marzo, reanudábamos las actividades del año 2007 y el dolor y la angustia nos embargaron a todos.

Sabíamos de su delicado estado de salud y esperábamos esa noticia de un momento a otro. Pero nunca como entonces la muerte adquirió para nosotros un valor tan simbólico, pues nos encontró reunidos en el Club que fue la gran creación suya de los últimos años junto con Pancho Aricó y otros amigos de su tiempo.

Tal vez en aquellos momentos de desconsuelo empezó a concebirse el proyecto de este homenaje.

¿Cómo podíamos honrar dignamente a ese entrañable amigo, a ese intelectual relevante e influyente en la historia política de nuestro país de los últimos años?

Tenía que ser en una reunión en la que el Negro se hubiera sentido cómodo y feliz.

Una reunión dedicada a pensar y a conversar y no sólo a enunciar largos elogios a su persona. En esta misma casa, un Juan Carlos ya físicamente enfermo, pero moral e intelectualmente entero, se declaraba perplejo ante la sin duda merecida valoración de su obra que se hiciera en ocasión de otorgársele el Doctorado Honoris Causa de la Flacso. “Tengo la sensación de que están hablando de otra persona”, nos dijo entonces.

Por eso, pensamos en este Coloquio. Un encuentro convocado para el recuerdo y para el diálogo. Para evocarlo a Juan Carlos y también para traerlo con nosotros, a través de su obra.

Y en la propia preparación fuimos siendo cada vez más conscientes de que en la producción teórica del Negro, así como en los avatares de su compromiso político, estaba toda una época del país. Una época de proyectos y de ilusiones. De tragedia y frustración. De revisión del propio pensamiento y de reconstrucción de las viejas esperanzas.

Claro que para lograr el objetivo había que hacer un esfuerzo por traer a parte de lo más calificado y gravitante del pensamiento y la acción política del país y de la región.

Para que la calidad del debate estuviera a la altura de la emoción que convoca el recuerdo de Juan Carlos.

Por eso estarán con nosotros –y mucho les agradecemos su participación– Carlos Altamirano, Emilio de Ipola, Héctor Schmucler, Fernando Calderón, Jorge Lanzaro, Hernán Camarero, Miguel Murmis, Alberto Filippi, Luis Maira (embajador de Chile en Argentina) y Raúl Alfonsín (primer presidente de la recuperación democrática argentina).

Así se fue diseñando este encuentro. La estrategia fue traerlo a Juan Carlos en todas sus facetas públicas, en todo su recorrido, en toda su proyección.

Hoy nos reencontraremos, entonces, con el Juan Carlos joven militante comunista, asignado al frente cultural. Con el pensador inquieto que desafía los cánones y se convierte en referencia intelectual de nuevas experiencias políticas de izquierda. Con el Portantiero de “Pasado y Presente”. Con el intérprete de Gramsci. Con el amigo y compañero de esa otra gran figura intelectual de la izquierda argentina que fue José “Pancho” Aricó.

Traeremos al Portantiero sociólogo, indagador de las transformaciones sociales que prologaron la emergencia del peronismo. También al crítico literario.

Al Portantiero protagonista intelectual de la radicalización política de los años ’60.

Al que en su exilio en México reflexionó críticamente sobre su experiencia y animó la empresa del reencuentro de las ideas del socialismo y la democracia.

A quien se comprometió con la difícil circunstancia de la recuperación de la democracia y aportó al proyecto de dotarla de contenido social y fortaleza institucional.

A aquel que desde la cátedra y el decanato en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, desde sus libros y sus artículos en La Ciudad Futura y su activo protagonismo en nuestro Club de Cultura Socialista siguió siendo hasta el último de sus días un extraordinario ejemplo de brillantez sin estridencias, de responsabilidad política y consistencia intelectual.

* Miembro de la comisión directiva del Club de Cultura Socialista José Aricó. Extracto del discurso de apertura de las jornadas “Portantiero, el intelectual en la política”.