El canciller de Uruguay, Reinaldo Gargano, dijo ayer que “se acabó el tiempo de toda la buena voluntad” con la Argentina y deslindó la responsabilidad de ese país en el fracaso de la facilitación auspiciada por la corona española: aseguró que la autorización para la puesta en funcionamiento de la pastera Botnia fue otorgada durante la Cumbre Iberoamericana porque el presidente Néstor Kirchner se rehusó a tener allí un encuentro con su par uruguayo Tabaré Vázquez y el rey Juan Carlos con el propósito de buscar una solución al conflicto. “La postergación habría significado quince días más de relajo, de insultos y agravios”, sostuvo el funcionario, quien adelantó que Vázquez viajará a Buenos Aires para participar el próximo 10 de diciembre de la ceremonia de asunción de Cristina Fernández de Kirchner.

Las declaraciones de Gargano persiguieron un doble propósito: por un lado, apuntaron a reforzar la estrategia de victimización de Uruguay y que la profundización del conflicto responde a la intransigencia de la Argentina; por otro, exhibieron que la intención de Montevideo es que la disputa por las papeleras no interfiera con los demás aspectos bilaterales entre argentinos y uruguayos.

En ese contexto se inscribe el anuncio de Gargano de que “salvo un imponderable”, Vázquez estará en la ceremonia de traspaso del mando entre Kirchner y su esposa Cristina. “La invitación para la asunción llegó hoy (por ayer a Montevideo) y el presidente está dispuesto a asistir”, explicó el canciller uruguayo y enfatizó que “la coyuntura no puede hacer perder de vista la relación bilateral de fondo”. “En el resto de los temas, la relación es normal... No hay que pensar tampoco que las cosas son irreversibles”, agregó.

En las referencias concretas a la disputa por las pasteras, Gargano no dio ninguna tregua. Y según su relato, el asunto llegó al punto en que está por responsabilidad de los argentinos y no de los uruguayos.

El canciller uruguayo aseguró que Tabaré firmó en plena Cumbre Iberoamericana la habilitación para que Botnia empezara a funcionar por el rechazo de la Argentina a una reunión suya con Kirchner y el rey de España. “Nosotros dijimos que sería bueno que primero los técnicos dijeran si había posibilidad de hacer algo. Pero aceptamos. La respuesta del lado argentino fue negativa porque dijeron ¿y después de la foto qué?”, aseguró.

Gargano contó que la cumbre entre ambos mandatarios y el rey Juan Carlos fue propuesta por el canciller español, Miguel Angel Moratinos, y transmitida por el negociador Juan Antonio Yáñez Barnuevo durante los encuentros que mantuvo con representantes argentinos y uruguayos antes del comienzo de las deliberaciones en Santiago de Chile. En el repaso de las razones que llevaron a Tabaré a actuar así durante la Cumbre Iberoamericana, el responsable de la diplomacia uruguaya no pasó por alto el saludo que Kirchner les brindó en la puerta de la embajada argentina en la capital chilena a los asambleístas de Gualeguaychú, que viajaron hasta esa ciudad para manifestar allí su rechazo a la instalación de la planta de Botnia.

La conclusión pública de Gargano fue que demorar en ese contexto la puesta en funcionamiento de Botnia no tenía sentido. “La postergación habría significado quince días más de relajo, de insultos y agravios”, analizó y se preguntó hasta cuándo Uruguay debía posponer el inicio de las actividades de la pastera: “¿Hasta después de la reunión del Mercosur, de la asunción de Cristina Kirchner?”.

“La gente nuestra de Fray Bentos está harta”, se respondió a sí mismo y en esa línea expuso también que “hace dos años que estamos soportando los piquetes” y que “hemos sido muy tolerantes, muy creyentes de que las cosas se iban a arreglar. Hemos dado mucho tiempo. Hemos sido víctimas de ataques internos subliminales y nada subliminales” desde la Argentina.

Gargano adelantó, además, que Uruguay seguirá manteniendo cerrada la frontera en Fray Bentos y defendió esa decisión: “Las medidas precautorias dieron su resultado y provinieron de las manifestaciones expresas de los ambientalistas que no fueron contrarrestadas por el gobierno argentino”.