EL PAíS
› EL GOBIERNO Y LOS GOBERNADORES DEL PJ APUESTAN A LAS ELECCIONES
Ahora Duhalde no quiere internas
El duhaldismo empezó a analizar que el peronismo no participe en las elecciones internas y pase directamente a los comicios generales con sólo dos candidatos. Si De la Sota no levanta en las encuestas, miran con cariño a Rodríguez Saá.
› Por Diego Schurman
Eduardo Duhalde ya negocia con el peronismo la suspensión de las internas. A sólo un día de anunciar el nuevo cronograma electoral, el Presidente busca dar marcha atrás con la medida a través de un acuerdo con los gobernadores justicialistas. La decisión tiene razones prácticas y políticas: además de evitar los cuestionamientos legales –relacionados con el manejo de los padrones–, en la Casa Rosada perciben las dificultades del candidato oficial, José Manuel de la Sota, para levantar cabeza. Por eso muy cerca del mandatario aseguran que, si la tendencia se mantiene, habrá un progresivo realineamiento con el ascendente Adolfo Rodríguez Saá.
La quimera peronista comenzó a gestarse el martes, en un almuerzo que Duhalde mantuvo con los gobernadores Juan Carlos Romero (Salta), Julio Miranda (Tucumán) y Eduardo Fellner (Jujuy). Pero avanzó a pasos agigantados ayer, luego de conversaciones telefónicas con De la Sota (Córdoba), quien a su vez abordó el tema con Carlos Reutemann (Santa Fe) y Néstor Kirchner (Santa Cruz).
El “paso a paso” del Gobierno será armar una primera reunión formal con los mandatarios justicialistas, el próximo martes, en la Capital. Y congeniar allí la convocatoria a un Congreso partidario para el mediano plazo, con los presidentes del PJ de cada provincia, que en la mayoría son los propios gobernadores.
El tema número uno de la agenda: que el peronismo evite la confrontación interna y vaya directamente a las generales, el próximo 30 de marzo. De entrada el Presidente deberá explicar por qué pretende liquidar las internas abiertas y simultáneas convocadas hace apenas dos días para el 15 de diciembre.
Un hombre de su más extrema confianza explicó el atajo: simplemente se anunciaría que el PJ no participará de la misma, lo que no es lo mismo que suspenderla. Así, el proceso electoral podría quedar “vaciado” de hecho ya que Elisa Carrió, una de las candidatas mejor posicionadas, ya dijo que no será de la partida. Claro que aún habrá que ver, si el experimento prospera, qué papel adoptará el radicalismo.
La manera de no participar en la interna, para ir directamente a generales, remite por ahora a tres posibilidades: la ley de lemas, el proyecto del diputado justicialista Gerardo Conte Grand, o la llamada “variante Romero”.
Voceros de la Casa Rosada explicaron ayer que a Duhalde le entusiasma esta última opción. ¿De qué se trata?: los candidatos del PJ se presentan a las generales con “sello” propio. Y cada postulante se compromete a respaldar en la segunda vuelta a aquel “compañero” que obtenga la mayor cantidad de votos.
La alternativa presenta varias dificultades. Al tener en carrera cinco candidatos –De la Sota, Rodríguez Saá, Romero, Kirchner y Carlos Menem– el voto peronista podría atomizarse, con el riesgo de que el más votado apenas logre el tercer lugar y quede sin chances de ir al ballottage. Por eso ayer en Gobierno varios funcionarios coincidían en que la competencia debería acotarse a dos candidatos, de tal manera de fortalecer las chances del PJ.
Otra traba: qué garantías habrá para que el menos votado apoye al más votado. Muy cerca del Presidente creen que el compromiso debería quedar plasmado en un documento, acordado en el Congreso partidario en cierne. Aún así, nada más parecido a una utopía que en caso de ganar Menem, alguien como Kirchner –en verdad el votante del santacruceño– termine respaldándolo en una segunda vuelta.
La idea del Congreso fue blanqueada ayer nada más y nada menos que por José Pampuro. Se trata del secretario privado del Presidente y uno de los puentes del Gobierno con los gobernadores y también con el menemismo. Lasnegociaciones del hombre fuerte de la Rosada también incluyeron por estos días a radicales y frepasistas.
Las idas y vueltas de Duhalde obedecen a un abanico de razones. La adecuación de la convocatoria a internas a un fallo judicial le sirvió de excusa para decir que las elecciones no serían lo suficientemente “transparentes”. Es que se realizarán con los cuestionados padrones –por inflados y otras yerbas– ya que ese fallo dispuso que en las internas de cada partido voten sus afiliados y los independientes, excluyendo a los adherentes de otros partidos.
Sortear las internas tiene varias ventajas para Duhalde. La primera: no perdería mayor poder durante la “transición” que habría desde la elección del candidato peronista, el 15 de diciembre, hasta la entrega del mando, el 25 de mayo. La segunda: se desembarazaría del “proyecto De la Sota”. El candidato oficial está cuarto entre las preferencias de los peronistas y no logra mover el amperímetro.
No por nada un hombre que está a sol y sombra de Duhalde fue tajante con el análisis: “Para setiembre deberían quedar en carrera sólo dos candidatos peronistas. Todo indica que uno será Rodríguez Saá. Y si éste sigue despegándose del resto y alcanza el 25 por ciento en las encuestas no tenga duda que vamos a jugar ahí”, dijo a Página/12.
La frase no revela un pacto con el puntano, si bien ya existen conversaciones informales. Pero muestra a las claras que el acuerdo con De la Sota está atado con alambres. A Duhalde le facilitaría también resolver el entuerto de su distrito, la provincia de Buenos Aires, donde varios intendentes fieles, y también algunos infieles, prefieren poner sus fichas en Rodríguez Saá antes que en De la Sota.
Como siempre, en la Casa Rosada no terminan de descartar la candidatura de Reutemann, a pesar de sus cuarenta y pico “no” a esa posibilidad. El argumento es: si el Lole dijo que se hacía a un costado por lo “sucio” de la interna, de no haberlas no hay razones para que se haga a un costado. Si bien Duhalde cree ahora tener tras su propuesta al eje Buenos Aires (allí el titular del PJ es él y no su “enemigo” Felipe Solá-Córdoba-Santa Fe, todavía resta saber de qué manera se convencerá a Menem & Cía. Sin hablar de la interna, el jefe de campaña del ex presidente, Alberto Kohan, pidió recientemente el adelantamiento de las generales.
La lectura de un secretario de Estado fue unívoca: Menem no quiere internas –pese a un comunicado conocido ayer que repudia su eventual levantamiento–, pero sí adelantar los comicios ya que el desarrollo de la campaña le juega en contra, sobre todo por el devenir de las causas judiciales que lo involucran. En fin, las roscas están a la orden del día.