Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe

Carlos Reutemann habilitó ayer la Casa Gris como escenario político de los precandidatos presidenciales en campaña. José Manuel de la Sota y Néstor Kirchner se llevaron la foto con Lole (ver fotos). Pero nada más. Y si alguno –sobre todo el mandatario de Córdoba– esperaba un apoyo explícito, el santafesino sólo contestó con silencio. “Reutemann no me dio la bendición porque no es obispo”, bromeó De la Sota al responder a una chicana periodística. “No vine a pedir ninguna bendición porque sería una falta de respeto para él y para mí”, completó después Kirchner en tono más ceremonioso. Los dos lamentaron la decisión de Reutemann de rechazar la candidatura. “Es un dirigente importante del país, uno puede coincidir o no con él, pero le restó calidad a la lucha electoral para representar al justicialismo y conducir la Argentina en términos globales”, afirmó el gobernador de Santa Cruz.
Reutemann recibió a sus visitantes con galas oficiales: alfombras rojas, guardias con uniforme de gala y audiencias en turno vespertino, algo infrecuente desde que asumió su segundo mandato, en diciembre de 1999. De la Sota fue el primero en llegar. Cuando estacionó el auto, los camarógrafos y reporteros se le fueron encima. El hombre tuvo dificultades para abrir la puerta del vehículo y abrirse paso.
–¿Viene a buscar la foto? –lo cruzó un cronista.
–Cada vez que llego a una provincia y comienzo mi trabajo corresponde presentar los saludos al gobernador. Y en este caso mucho más, porque Lole es uno de mis mejores amigos. Uno de los mejores que me ha dado la política. Durante mucho tiempo compartimos ideas, proyectos y trabajo –contestó.
–Y si es tan amigo suyo, ¿por qué Reutemann no le brinda el apoyo? -insistió alguien.
De la Sota se las ingenió para contestar otra cosa. “Yo presenté mi pedido de licencia sin goce de sueldo porque hay que separar el gobierno de los vaivenes de una campaña electoral. Yo no podía seguir siendo gobernador y al mismo tiempo participar de una elección aunque ésta sea muy importante. Uno debe garantizar la gobernabilidad en cada lugar”, afirmó.
–¿Reutemann lo invitó?
–No, vine porque tenía actividad en Rosario. Entonces, lo llamé y le dije: “Lole por primera vez voy a ir a Santa Fe, quiero ir a darte un abrazo como amigos que somos. Y avisarte: comienzo a recorrer tu provincia”.
–¿Qué le contestó Reutemann? ¿Le dio su apoyo?
–¿Por qué le tengo que pedir un apoyo? Nunca le pedí un apoyo a nadie. ¿Sabe cuál es el apoyo que me importa? El de la gente –retrucó el cordobés, ya molesto por la insistencia.
Media hora después, cuando De la Sota ya no estaba, apareció Kirchner, quien insistió con su convocatoria a “un frente popular, nacional y progresista”.
–¿Qué opina de la postergación de las internas?
–Todo es un manoseo infame. La Argentina tiene muchos problemas como para que la estén torturando con este tipo de temas. Lo digo con todo respeto: elecciones primarias, padrón general. Para elegir un intendente tiene que votar una ciudad, para elegir un gobernador tiene que votar una provincia, para elegir presidente tiene que votar el país. Los peronistas no son marcianos, algunos creen que son marcianos y se van a adueñar del sello del PJ y de esa forma los van a votar y van volver. Están equivocados. Para mí, Menem es Le Pen.
–¿Por qué?
–Porque en cualquier elección que quiera presentarse el 80 por ciento de la sociedad estará en desacuerdo con él.
–Le Pen es neofascista.
–Por eso, no lo digo desde el punto de vista ideológico sino de la reacción de la sociedad. El 80 por ciento de las encuestas son absolutamente negativas (para Menem). No lo estoy acusando de neofascista, bajo ningún aspecto.