El gobierno uruguayo sostuvo que otorgarle a Botnia la autorización para comenzar a funcionar fue su “decisión soberana”. Ese es el principal argumento de la réplica a la queja presentada por la Argentina por la puesta en marcha de la pastera. En ella, los uruguayos dan a entender que consideran que no tenían por qué consultar con Buenos Aires, ni con la Corte Internacional de La Haya, para otorgar el permiso de operaciones.

El texto fue entregado el martes al embajador argentino en Montevideo, Hernán Patiño Meyer. Redactado por los asesores legales de la cancillería, tiene una carilla y media, está firmado por su titular, Reinaldo Gargano, y tiene como destinatario a su par Jorge Taiana. La carta insiste en que la habilitación de Botnia no violó el Estatuto del Río Uruguay. La intención del gobierno de Tabaré Vázquez es enviar una copia a La Haya para que sea agregada al expediente del juicio. Al igual que en la Casa Rosada, los colaboradores de Vázquez se muestran cada vez más convencidos de que será ese tribunal –y no la vía diplomática– el que finalmente dirima el conflicto.

Ayer, reforzando la réplica, Gargano dijo que la posición de su país “está fundada en el derecho inalienable que tiene Uruguay a determinar que se instalen en su territorio plantas industriales”.

La protesta argentina había calificado la decisión de “unilateral” y violatoria del Estatuto del Río Uruguay, que establece que las decisiones que afecten al río deben ser compartidas por los dos Estados. También había considerado que el permiso para la puesta en marcha de Botnia contradijo “la exhortación a no agravar la controversia”, realizada por la Corte de La Haya.

En cambio, los uruguayos sostuvieron que en todos los pasos previos subyacía que la planta iba a comenzar a operar tarde o temprano y que las resoluciones de La Haya no señalaron que la habilitación implicara un agravamiento al conflicto.

Ante la posibilidad de que estas declaraciones sean utilizadas en La Haya, en la Cancillería argentina analizan responder la réplica.

Vázquez regresará hoy a Montevideo tras la gira que realizó por Nueva Zelandia, Malasia y Vietnam. Fuentes de su gobierno anticiparon que tiene en agenda analizar varios “temas pendientes” sobre Botnia, como la decisión sobre si mantener cerrado o reabrir el cruce del puente internacional San Martín. El cierre de este punto de la frontera fue adoptado hace dos semanas, cuando la planta comenzó a funcionar, para evitar que las manifestaciones de protesta de Gualeguaychú pudieran trasladarse a la puerta de la pastera.

Otra de las cuestiones que empiezan a cobrar tensión es el tema de los controles ambientales. Según trascendió, el ministro de Medio Ambiente uruguayo, Mariano Arana, propondrá que los monitoreos que se realizan por Botnia sean certificados por organismos internacionales. La idea había sido sugerida por el ex presidente Julio María Sanguinetti, quien planteó que para dotar de mayor legitimidad a los monitoreos el Estado uruguayo debería dar participación a un organismo internacional o contratar a una empresa especializada del exterior.

Los uruguayos aseguran que los primeros controles en la zona de influencia de Botnia muestran que el funcionamiento de la pastera está “dentro de los parámetros esperables”. “Se tomaron muestras periódicas en distintas partes del río Uruguay, que fueron chequeadas por una consultora canadiense, que verificaron que los procedimientos aplicados por técnicos de la Dinama son los correctos”, sostuvo Arana.

El funcionario explicó al periodismo que primero definirá el tema con los técnicos de su gabinete y que, una vez elaborado el modelo de control, buscará la aprobación del presidente Vázquez.