EL PAíS › DISCURSO DE DESPEDIDA DE CRISTINA KIRCHNER EN EL SENADO
Cristina Kirchner renunció a su banca como senadora y dio un discurso de despedida en el que valoró la gestión del Parlamento. Consideró una “deuda” que los jueces aún no paguen Ganancias.
En un discurso de despedida y renuncia a la banca de senadora, la presidenta electa Cristina Fernández de Kirchner sostuvo ayer que deja un Congreso “diferente, prestigiado por el voto popular y valorizado por la sociedad”. El discurso de la presidenta electa fue seguido desde la primera fila por el presidente Néstor Kirchner y el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y una de sus líneas más llamativas fue cuando planteó como “una deuda de la democracia” que no se hubiera aprobado una ley para que los jueces paguen impuesto a las Ganancias. La banca que dejó la presidenta será ocupada por Eric Calcagno, quien se desempeñaba como embajador argentino en Francia.
Cristina Kirchner abordó en su mensaje varias de las líneas de interpretación que manejó en el reportaje publicado el domingo pasado por Página/12. La presidenta electa considera que este Parlamento recibió el aval en las elecciones pasadas dado que muchos legisladores –incluyéndose ella– fueron elegidos para cargos ejecutivos o bien fueron reelectos. “Nos vamos de un Parlamento que fue denostado mediáticamente, pero valorizado de una forma diferente por la sociedad, por lo menos a la hora de expresar su voluntad inapelable en las urnas”, reflexionó.
Su visión de que existe una realidad de la que dan cuenta los medios y otra “real”, a lo que hizo varias referencias en el reportaje, también fue abordada ayer cuando llamó a hacer “una mejor interpretación sobre cuál es la Argentina que nos quieren hacer ver y cuál es la real”, y a “poner en claro en la sociedad lo que sucede”.
Kirchner y Alberto Fernández se sentaron justo enfrente de la banca de Cristina Kirchner, en los asientos ubicados de cara al recinto.
La presidenta electa resaltó como un logro del Gobierno y “de todos los argentinos” la reconstrucción institucional del Parlamento –en especial del Senado– luego del escándalo por el pago de sobornos para la aprobación de la ley de reforma laboral durante el gobierno de la Alianza.
En ese sentido, señaló como “curioso” que si bien hubo “muchas cámaras ocultas”, no fue el periodismo quien filmó días atrás el intento de soborno al diputado Héctor Recalde para que se parara o modificara la ley sobre los tickets canasta.
Cristina Kirchner, vestida con un traje gris, ingresó sola al recinto del Senado y fue saludada por la mayoría de los miembros de la Cámara. En su mensaje repasó los logros del Congreso durante estos años. Por ejemplo, cuando sostuvo que “terminó con la cultura de la impunidad”, cuando anuló las leyes de obediencia debida y de punto final.
En el rubro incluyó al reformado Consejo de la Magistratura y recordó las críticas de la oposición cuando ella presentó el proyecto del oficialismo. “Fue denostado y se dijo que era para manipular jueces; se dijo que íbamos a atacar a los jueces probos y a proteger a aquellos que no lo eran; hace un año que funciona (el cuerpo) y no sucedió nada de eso”, relató. Subrayó además que el Consejo es presidido por primera vez por un académico, Mariano Candioti, “con una orientación política” diferente –es radical–, y elogió la norma aprobada que habilita el acceso de los ciudadanos a la declaración patrimonial de los jueces.
Cristina se salió un poco del libreto habitual cuando definió como “deuda de la democracia” lograr que los jueces “paguen el impuesto a las ganancias como corresponde a todos los ciudadanos”, por entender que el “aspecto patrimonial es algo más que un concepto económico”.
Al igual que en el discurso que ofreció el 28 de octubre, cuando resultó elegida en los comicios presidenciales, Cristina Fernández pidió “respeto” para las futuras “discusiones y debates de ideas”. “Tengo mucha esperanza de que podamos darle mucha calidad institucional a esta etapa que se avecina”, expresó.
Cristina Kirchner cerró ayer un largo historial como legisladora. Luego de haber sido electa en dos oportunidades diputada provincial en Santa Cruz, en 1995 llegó al Congreso como senadora nacional donde le hizo oposición al menemismo, que luego la marginó del bloque del PJ. Dos años después fue electa diputada nacional y en 2001 volvió otra vez como senadora. En 2005 renovó su escaño en la Cámara alta, pero esta vez representando a la provincia de Buenos Aires, donde nació.
La primera suplente de su banca era la titular del PAMI, Graciela Ocaña, pero Cristina Kirchner la designó ministra de Salud. Así que el lugar quedó para el segundo suplente, el actual embajador en Francia, Eric Calcagno. El enroque se completa con la designación como nuevo representante argentino en París de Luis Ureta Sáenz Peña, presidente de Peugeot Argentina.
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