Jue 29.11.2007

EL PAíS

Escrache al fiscal Hermelo

La agrupación HIJOS realizó un escrache al actual fiscal Oscar Hermelo, quien trabajó en la ESMA bajo las órdenes de Scilingo.

“A pasitos del Obelisco” la murga sonaba con el ritmo de “Cuando yo me muera...”, de Rubén Rada, aunque con la letra cambiada: “Oscar Hermelo... que todo el mundo lo sepa... tuviste una agencia de autos... que funcionaba en la ESMA”. Donde se cruzan Diagonal Norte y Lavalle se sentía el escrache de la agrupación H.I.J.O.S al único fiscal de Ejecución Penal de la Capital Federal. Es un miembro del Poder Judicial que trabajó en la Dirección de Talleres de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) bajo las órdenes del represor Adolfo Scilingo y, desde el 5 de octubre de 1994, tiene la facultad de controlar y evaluar las libertades de los detenidos de las cárceles federales del país. Entre otras cosas, determinará, en representación de los intereses del Estado, sobre la ejecución de las penas de los condenados en las causas por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura. En la Procuración General de la Nación se está analizando la situación del fiscal, denunciado ante la Conadep como “encargado de la compra y venta de los bienes saqueados a los secuestrados”.

El escrache empezó pasado el mediodía. Dos pisos más arriba se encontraba la oficina del fiscal. “Oscar Hermelo... te vinimos a escrachar... para que todos se enteren... y dejes de ser fiscal”, seguían la melodía de la pegadiza canción, cantada a coro, con bombos y trompetas. En febrero de 1998, el propio fiscal reconoció en declaraciones a la prensa que trabajó en el centro clandestino de detención, aunque se excusó diciendo que “no sabía lo que pasaba” y que era simplemente un empleado administrativo. En 1977, cuando ya se había recibido de abogado, entró en la ESMA por recomendación de su primo, Ricardo Hermelo, capitán de navío y parte del entorno de Armando Lambruschini, entonces jefe de la Armada. Allí conoció al ex capitán “arrepentido”, Adolfo Scilingo, quien le entregó una condecoración por su ayuda a la Marina. “Trabajaba bajo mis órdenes y, aunque ahora lo niegue, él tenía pleno conocimiento de todo lo que ocurría allí”, afirmó Scilingo en 1998, para desmentir los dichos de Hermelo.

“Vos sos vigilante... vos sos un botón... sos el abogado... de la represión”, repetían ayer los organismos de derechos humanos como Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, Herman@s y otras agrupaciones políticas. “A través de su accionar, fueron vendidos más de 300 autos secuestrados a los desaparecidos e incluso fueron utilizados por grupos de tareas”, le contó a Página/12, Paula, integrante de Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio.

“Cuando no hay justicia, hay escrache”, recordó Tati Almeyda quien, en representación de Madres, acompañó el repudio convocado por H.I.J.O.S. Federico Gómez, hijo del abogado Conrado Gómez desaparecido en la ESMA, criticó al aparato judicial que “defiende y apaña a los torturadores” y reclamó “la aplicación de las penas por genocidio, no por homicidio, ni tormentos, ni vejámenes”.

“Que vayan pensando... a quién van a nombrar... después del escrache... se va un fiscal...”, entonaban los jóvenes. En distintos momentos solicitaron al procurador general, Esteban Righi, que “no haga oídos sordos” a los reclamos y separe del cargo al fiscal. La sorpresa, aunque no fue percibida, la dio un joven policía que formaba la fila de seguridad cuando saltó –disimuladamente– al ritmo de “hay que saltar, hay que saltar, el que no salta, es militar”.

Informe: Sebastián Abrevaya.

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