Uno habló primero y otro después, pero los dos lo hicieron con el mismo objetivo: tratar de instalar la idea de que las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no están terminadas ni mucho menos. “La Argentina sigue negociando con el Fondo y el Fondo envía una misión técnica y negociadora que estará aquí entre el martes y el jueves”, dijo a su turno el jefe de Gabinete, Alfredo Atanasof, y volvió a reclamarle a los candidatos presidenciales que definan si quieren o no cerrar un acuerdo con ese organismo internacional. Más tarde, el ministro del Interior, Jorge Matzkin, opinó que “estamos muy cerca de incluir al país en el contexto internacional”, aunque en su caso dejó la puerta abierta a un eventual fracaso porque aclaró que de todos modos no cree que el país “explote si no logramos un acuerdo con el FMI”.
Atanasof no pudo evitar tocar el tema de la negociación con el FMI. Las preguntas al respecto caían de maduro en su habitual encuentro de todas las mañanas con la prensa después de las declaraciones del vocero de ese organismo, Thomas Dawson, explicando que “falta de consenso político (en la Argentina) sobre el camino a recorrer” y la inexistencia de “reglas de juego claras” impiden arribar a un acuerdo.
“Es total y absolutamente falso”, respondió categóricamente el jefe de Gabinete para rebatir la sensación de que nuevamente las tratativas con el FMI han fracasado. Con el mismo objetivo destacó después que la semana que viene llegará al país una nueva misión del organismo encabezada por el jefe del departamento Monetario y Cambiario del FMI, Stephan Ingves, y de la que también formará parte John Thornton, encargado del caso argentino.
Atanasof también subrayó que “el Gobierno ha llegado hasta aquí con logros y sin ayuda de nadie” y siguió la línea abierta por el propio Eduardo Duhalde, al señalar que el consenso en torno de la política económica que reclamó Dawson “excede al Gobierno”. “Son los actores políticos los que deben manifestar su acuerdo o desacuerdo” respecto de las negociaciones con el FMI, declaró el funcionario y consideró que ese tema es clave porque “hace a la previsibilidad y al futuro de la Argentina”.
En realidad, los candidatos a los cuales Atanasof pidió definiciones ya las dieron. Página/12 los consultó no bien Duhalde les exigió anteayer –después de escuchar las declaraciones de Dawson– que “digan claramente” si quieren llegar a un acuerdo con los organismos de crédito y casi todos respondieron. En líneas generales, los postulantes a la Presidencia no cerraron la puerta a las negociaciones pero advirtieron que deberían hacerse bajo otras condiciones y criticaron la forma en que la Argentina se manejó durante los últimos años con el FMI.
Matzkin no les reclamó a los candidatos que fijaran una posición, pero sí aportó al discurso que delineó el Gobierno para dar la idea de que las negociaciones con el FMI continúan por los carriles habituales. Tanto es así que hasta dijo creer que “estamos muy cerca del acuerdo porque la Argentina ha cumplido con todos los requisitos”.
El ministro se refirió al tema al término de su participación en el Seminario “Reformas en las Provincias: avances y expectativas”. Entonces, afirmó también que se advierte una “decidida mejoría” en la actividad económica del país. “Yo hablo con todos los gobernadores y no hay un solo mandatario que no me diga que las economías regionales han comenzado con algún nivel de actividad interesante, sea del norte, sea del sur”, aseguró el funcionario y agregó que “estamos mejor porque estamos muy cerca de incluirnos en el mundo; no digo que los problemas están solucionados pero estamos sensiblemente mejor”.
Por las dudas, Matzkin aclaró que no cree que la Argentina vaya a explotar en caso de no llegar a un acuerdo con el FMI y concretamente desestimó que se puedan producir estallidos sociales en las provincias. “No creo en los estallidos en forma generalizada pero si eso depende de una acción del gobierno nacional, lo vamos a evitar”, sostuvo.
En tren de transmitir optimismo, el ministro del Interior confirmó la reactivación de dos créditos por 250 millones de dólares otorgados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Los préstamos están destinados a la construcción de centros de salud, hospitales, puentes, obras de riego, y reestructuración de villas de emergencia en más de 13 provincias.