Preocupado por el escrache que los vecinos de Gualeguaychú preparan a Tabaré Vázquez, el canciller uruguayo Reinaldo Gargano advirtió que “es la Argentina quien tiene que garantizar la seguridad” del presidente, que el lunes pasará fugazmente por Buenos Aires para asistir a la ceremonia de asunción de Cristina Kirchner. Vázquez llegará en avión el mismo día de la jura. Se prevé que luego de aterrizar en el sector militar del aeroparque irá directamente al Congreso. En la Cancillería aclararon que tendrá “el mismo dispositivo de seguridad de todos” los presidentes que vienen al traspaso, pero no una custodia especial.

El mandatario se limitará a participar de los dos actos protocolares que se realizarán en el Congreso y la Casa Rosada; en cambio, no irá a la cena de despedida ofrecida por Néstor Kirchner el domingo, ni al lanzamiento del Banco del Sur. La ausencia en ambos eventos fue confirmada por el vocero de la presidencia oriental, Gustavo Antúnez.

Otro gesto de cuán mal están las relaciones de Vázquez con la Casa Rosada es que no traerá a Buenos Aires a ninguno de sus ministros, sino que se mostrará en la ceremonia con la única compañía del embajador uruguayo en Buenos Aires, Francisco Bustillo, pese a que se había hablado inicialmente de que podía viajar con dos de sus ministros, José “Pepe” Mugica y el propio Gargano. Tampoco está previsto que se reúna con Cristina Kirchner. “No lo pidió”, sintetizaron fuentes del gobierno argentino.

El mandatario uruguayo había sido, en octubre, el primero de los presidentes en llamar a Cristina Kirchner para felicitarla por su triunfo. Como a su vez la presidenta electa dijo que iría a Montevideo en uno de sus primeros viajes oficiales, se especuló con una recomposición del diálogo, una posibilidad que ambos gobiernos mostraban como un horizonte a lograr “más allá del conflicto por Botnia”. Sin embargo, las cosas volvieron a enfriarse cuando Vázquez autorizó la entrada en funcionamiento de la pastera mientras se realizaba la Cumbre Iberoameriacana de presidentes en Santiago de Chile, clausurando sin resultados los intentos de diálogo que se realizaron con la mediación del rey de España. Aunque esas negociaciones no tenían chances de avanzar, la oportunidad elegida por Vázquez para dar el OK a Botnia fue sentida en la Casa Rosada como una provocación.

“Si quiere más custodia, que la traiga como hacen otros presidentes, como (Hugo) Chávez”, comentó otra de las fuentes de Gobierno consultadas sobre el tema.

Vázquez estará “pocas horas” en la Argentina, anticiparon ayer en Montevideo. Los vecinos de Gualeguaychú, por su parte, ratificaron que su idea es salirle al cruce en el trayecto de su recorrido o manifestar frente al hotel donde se aloje. “Vamos a hacer lo posible por escracharlo donde podamos”, resumió Gustavo Rivollier, integrante de la asamblea ambiental.