Para completar la renovación de las autoridades, la UCR eligió ayer a quien conducirá la Juventud Radical en esta nueva etapa: Juan Nosiglia, hijo de Enrique “Coti” Nosiglia. Con sólo 28 años, se impuso ante los candidatos de GEN que impulsaba la disidente Margarita Stolbizer, que se retiraron del congreso con un comunicado que se titulaba: “No al hijo del Coti”. Pese a las críticas, Nosiglia tendrá mandato hasta 2009. “En la provincia tenemos a la hija de Moreau, porque hace 20 años tuvimos al papá, y pasa lo mismo con el hijo de Nosiglia”, sostuvo Stolbizer.

La siempre presente interna radical lo alcanzó apenas su candidatura se hizo visible. “La actual dirigencia partidaria pone herederos en los cargos de representación partidaria y electiva. No hacen más que desprestigiar a nuestro centenario partido”, lanzó el delegado pampeano de GEN Federico Roitman. “La UCR es una partidocracia oligárquica hereditaria. Ciertos sectores anquilosados del radicalismo no promueven ni facilitan en modo alguno el necesario recambio de las autoridades del partido”, cargó. Su sector no participó del plenario, en señal de protesta.

Stolbizer, por su parte, disipó –sin explicitarlo– algunos de los rumores sobre un acercamiento entre la Coalición Cívica y la conducción de la UCR. “Nosotros tenemos una crítica generalizada a la renovación de autoridades del partido, que se da en un nivel de autismo importante, porque lo único que les interesa que sigan estando los mismos de siempre”, remarcó a Página/12, en alusión a la reelección de Gerardo Morales. “La renovación no pasa por los nombres: no hay una renovación de la práctica política: en no dar debates y que no haya elecciones internas”, criticó.

“Están despechados porque no ganaron”, se defendían en el Comité Nacional, donde frenaban de entrada las preguntas sobre Nosiglia: “Es como su papá, no habla”. Sin embargo, aclaran que es por su hartazgo con las comparaciones paternas. “La verdad es que no lo podemos juzgar por el padre”, sostenían. El flamante presidente la Juventud Radical empezó a militar cuando estudiaba en el Colegio Nacional de Buenos Aires y luego se sumó a la Franja Morada de Económicas, conocida por dirimir algunas de sus internas por medios no pacíficos. Milita en la línea interna “La Cantera Popular”, que conduce la Juventud desde hace tres períodos.

Hasta ahora, logró mantener un bajo perfil similar al de su padre, quien fue viceministro de Salud durante el gobierno de Arturo Illia y fundador de la Junta Coordinadora Nacional. En 1982, fue el organizador del acto de lanzamiento de la precandidatura de Raúl Alfonsín, de quien fue primero subsecretario de Acción Social –con manejo del Plan Alimentario Nacional– y ministro del Interior. Pocas veces tuvo contacto directo con los medios. “Creo que soy un buen negociador”, fue una de las pocas cosas que se le escuchó decir en 1987. Para esa época, ya empezaba a negociar con el menemismo a partir de su amistad con el gastronómico Luis Barrionuevo, entre otros.

Ambos fueron parte del tejido del Pacto de Olivos que le permitió a Carlos Menem lograr la reelección. Su figura volvió a acercarse a la luz (si se puede decir algo así de una persona que cultivó el secreto) durante el gobierno de Fernando De la Rúa. Tras su derrumbe, se concentró en un dirigente porteño de la derecha que prometía: Mauricio Macri.

En los actos del radicalismo, Nosiglia padre tiene la costumbre de pararse al fondo, casi como una teatralización de su actividad en las sombras. Los dirigentes van, de uno en uno, a estrecharle la mano. Nadie sabe si su hijo heredó esa costumbre.