“Algunos dirigentes en vez de quejarse tanto porque Moyano toma un café a veces con el Presidente deberían poner lo que tienen que como hombres para salir a pelear los salarios de los trabajadores”, dijo ayer, sin eufemismos, el secretario general de la CGT, Hugo Moyano. A su manera, le respondió al dirigente del gremio de los gastronómicos Luis Barrionuevo, que el martes pasado reclamó: “La CGT se está desmoronando. Necesitamos una nueva conducción”.

Desde la inauguración de un centro de salud del sindicato de mecánicos (Smata), se libró otra señal más de la explícita pelea entre los gremialistas por la conducción de la CGT. Moyano insistió que “de ninguna manera” van a aceptar un congelamiento de los salarios durante el gobierno de la presidenta electa Cristina Fernández y destacó que hay que “seguir peleando porque el trabajador y su familia merecen la dignidad que nos dan estas obras, la dignidad que nos da la atención médica de nuestras obras sociales y merecen la dignidad de un salario que les permita vivir con dignidad”.

El martes Barrionuevo habló en un acto de la Mesa Sindical Peronista, que había convocado a unos 600 gremialistas. En una nueva movida contra Moyano lo acusó de usar su poder en beneficio propio.

“El unicato no le hace bien a nadie, salvo a aquel que lo usa como beneficio personal”, sostuvo Barrionuevo allí. El dirigente gastronómico intenta nuclear en su espacio a los sectores alejados de la central obrera –los llamados “gordos”– para disputarle la conducción el año próximo. “La CGT no se puede conducir tomando café con el Presidente cuando te necesitan”, aseguró Barrionuevo. A la ironía le respondió ayer Moyano con un desafío.