Vie 14.12.2007

EL PAíS  › SECUELAS POR EL DESPLAZAMIENTO DE UN JEFE MILITAR

Acciones poco inteligentes

Uno de los hombres que denunció al mayor Marcelo Rodríguez Rey, desplazado la semana pasada de la Jefatura de Inteligencia del Ejército en Bariloche, sufrió ayer un llamativo accidente automovilístico que le causó una fractura de la clavícula izquierda, entre otras lesiones importantes. Rodríguez Rey es investigado por la Justicia por supuestas tareas de espionaje dentro de la fiscalía federal local y la Municipalidad barilochense y también por posible malversación de fondos. Es el tercer caso que afecta a la inteligencia militar en el último año.

El denunciante “accidentado” es el ex encargado del Pelotón Finanzas de la Sección de Inteligencia del Ejército de Bariloche y le había imputado a Rodríguez Rey el cobro de un plus por actividades que no realizaba y viáticos irregulares. Ayer, mientras manejaba una Trafic blanca por la avenida de los Pioneros a la altura del kilómetro 4 y medio se le cruzó repentinamente un auto de color rojo –cuya marca no alcanzó a identificar– y las maniobras que hizo para esquivarlo lo llevaron a volcar. “Me tuve que tirar hacia la banquina del lado derecho, pero terminé cruzando a la otra banquina y volqué. El conductor del auto rojo huyó”, le describió a Página/12 el ex PCI (personal civil de inteligencia), quien prefiere no decir su nombre.

Por el episodio sufrió una fractura de clavícula izquierda, fractura de meñique izquierdo, una herida en la rodilla de ese mismo lado y golpes múltiples en la cara. Hoy radicará una denuncia –dijo– para que se investigue el hecho y su eventual relación con las imputaciones que formuló contra Rodríguez Rey. Tanto él como un sargento que denunció el espionaje ilegal vienen sufriendo persecuciones y amenazas desde que hicieron diferentes presentaciones ante el Ministerio de Defensa, la jefatura general del Ejército y la Defensoría del Pueblo.

Rodríguez Rey fue removido la semana pasada de la jefatura de Inteligencia de Bariloche, a raíz de las investigaciones que podrían comprometerlo y enviado a un Regimiento de Caballería en La Pampa. Además, él mismo reconoció en una “declaración informativa” ante el fiscal federal de Bariloche Jorge Bagur que un empleado de esa misma fiscalía, Walter Quinteros, era en realidad un agente encubierto. Se sospecha que habría otros dos agentes que trabajan o trabajaron infiltrados en dependencias municipales en Bariloche y El Bolsón.

Este nuevo caso de espionaje tiene similitudes con el que fue descubierto en las bases navales de Almirante Zar y Puerto Belgrano (por el que hay nueva marinos procesados) y coincide con la remoción del jefe de Inteligencia del Ejército Osvaldo Montero, por haber intentado operar en contra de la ministra de Defensa Nilda Garré. Una línea de conducta.

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