EL PAíS
› OTRA DENUNCIA CONTRA LOS HERMANOS
El Credit vs. los Rohm
El banco suizo que fue su socio en una privatización los acusa de “guardarse” 43 millones de dólares.
› Por Adriana Meyer
Ahora los ex socios se denuncian entre ellos. Los abogados del banco suizo Credit Suisse First Boston acusaron a los banqueros menemistas Carlos y José “Puchi” Rohm, del Banco General de Negocios (BGN), de haberse quedado con 43 millones de dólares que habían aportado para la compra del Banco de Córdoba, emprendimiento que fracasó. Los fiscales Luis Comparatore y Patricio Evers impulsaron la acción penal en la causa por lavado de dinero, evasión impositiva y otros delitos en la que Carlos Rohm está detenido. Mientras tanto, los hermanos Rohm cambiaron de abogados y ahora los comparten con otro banquero menemista, Raúl Moneta.
La maniobra consiste en una presunta administración fraudulenta de un fondo de 43 millones de dólares que el Credit Suisse transfirió a la cuenta 3544-033334-001 que el BGN poseía en el Standard Chartered Bank de Nueva York el 29 de octubre de 2001. Ese dinero tenía como finalidad exclusiva la compra del Banco de Córdoba, entidad que el año pasado el gobierno provincial sujetó a privatización y el BGN era el principal interesado en adquirir. Según la denuncia de la que se hicieron eco los fiscales Evers y Comparatore, el BGN designó para esta operación al Credit Suisse como asesor financiero, por lo que se firmó entre los hermanos Rohm, el BGN y el banco suizo un “Memorandum of Understanding” donde se dejaba constancia de que esos fondos debían ser utilizados para la compra del paquete accionario del banco provincial.
A mediados de octubre, cuando los funcionarios del Credit Suisse ya no tenían contacto con las autoridades que definían la privatización, los directivos del BGN informaron a sus socios que el desenlace de la operación era inminente. “Lo que a la postre resultó ser falso”, apuntaron los fiscales en el requerimiento al que Página/12 tuvo acceso exclusivo. Los Rohm reclamaron que el pago se materializara antes del 29 de setiembre. Ese mismo día, los suizos transfirieron los cuarenta y tres millones pautados, previo acuerdo verbal con Juan Carlos Iarezza sobre que los fondos quedarían en Estados Unidos hasta que los suizos dieran su consentimiento para ser transferidos a la Argentina por la compra del Banco de Córdoba. Según los denunciantes, los directivos del BGN transfirieron el dinero al país, vulnerando lo expresamente acordado. Cuando los suizos reclamaron, se encontraron con el corralito y con que el BGN presentaba serios problemas de liquidez. Los fiscales sospechan que el dinero fue extraído del patrimonio del BGN. “En el barrio le dicen ‘mejicaneada’”, graficó una fuente que conoce el caso.
El BGN llegó a ganar la licitación por el Banco de Córdoba, ofreciendo 117 millones de dólares, pero el gobernador José Manuel de la Sota la anuló por decreto. El Córdoba también está sometido a una investigación judicial dado que su patrimonio habría sufrido modificaciones durante las negociaciones previas a su frustrada entrega a manos privadas.
En principio, el hecho no parece tener relación con los asuntos que se investigan en la justicia federal porque se trata de una cuestión entre privados. Los fiscales recordaron que habían solicitado a la jueza María Servini de Cubría que impute a los directivos del Credit Suisse en la causa del BGN como parte de la “organización criminal que mediante maniobras ilícitas provocaron la denominada ‘fuga de capitales’ que perjudicó gravemente al sistema financiero argentino y también, a muchos de los desprevenidos clientes que fueron defraudados en su buena fe al confiarles sus depósitos bancarios”. Además, resaltaron el hecho de que los acontecimientos descriptos por los denunciantes se materializaron mayormente en Estados Unidos. Sin embargo, decidieron impulsar la denuncia porque entendieron que la causa del BGN tiene un objeto procesal amplio, la investigación se encuentra en un “avanzado estado”, y el juzgado posee “conocimientos específicos” sobre los “manejos del BGN” como para asegurar una pesquisa eficaz y rápida. Comparatore y Evers pidieron a Servini de Cubría una serie de medidas: que libre un oficio al responsable actual del BGN para verificar si la entidad poseía la cuenta bancaria en el Standard Chartered Bank de Nueva York, si durante el último trimestre de 2001 fueron girados 43 millones de dólares desde esa cuenta hacia nuestro país, y, en caso afirmativo, que se remita “toda la documentación que avale dicha transferencia como así también se indique el destino final que se le dio a esa suma de dinero”.